El escaldón de Ramis

El técnico del CD Tenerife plasma en su idea futbolística las bondades de este, a veces incomprendido, manjar de la cocina canaria

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Montaje con una foto de Luis Miguel Ramis durante un entrenamiento en el Heliodoro Rodríguez López./ Foto CDT. Montaje Atlántico Hoy
Montaje con una foto de Luis Miguel Ramis durante un entrenamiento en el Heliodoro Rodríguez López./ Foto CDT. Montaje Atlántico Hoy

Ciertos platos de la gastronomía canaria cuentan con el beneplácito de todos los comensales. ¿Papas con mojo? Por supuesto. ¿Costillas con piña? Claro que sí. ¿Carne fiesta? Incluso el nombre invita a pedirla. Pero si hablamos de escaldón, comienza la controversia. Algunos dirán que es demasiado tosco y contundente mientras que otros paladares, más tolerantes con su aspecto rudo, sabrán valorar esta delicia servida en lebrillo de barro.

La propuesta futbolística de Ramis, como el escaldón, tiene sus detractores. En pos de la causa común, estas voces críticas han desaparecido durante las últimas semanas, especialmente desde la eliminatoria ante Las Palmas. Probablemente aún no hayan aprendido a saborear el juego de los blanquiazules pero, en un momento tan trascendental de la temporada, han optado por el prudente silencio.

Luis Miguel a los fogones

Jornada tras jornada, el cocinero Luis Miguel Ramis ha acertado con los ingredientes para preparar un escaldón exquisito, comparable al mejor de La Esperanza, Santa Úrsula o La Orotava. Puede pensarse que es un plato fácil de cocinar porque aparece en el menú de casi todos los guachinches pero lo cierto es que son pocos, muy pocos, quienes logran conjugar consistencia y sabor en su justa medida. De la misma manera, la mayoría de equipos de Segunda División (y muchos de Primera) aspiran a construir conjuntos sólidos, cimentados en su defensa y en dejar su portería a cero pero pocos, muy pocos, lo consiguen con los resultados que ha logrado el Tenerife con la receta de Ramis. 

Quizá en su época de jugador blanquiazul, allá por el año 1995, el hoy técnico del Tenerife quedó con sus compañeros Pizzi, Mata, Vivar Dorado o Pinilla y fueron a almorzar a la zona norte de la isla, pidieron un escaldón y Ramis quedó sorprendido por un plato que, años después, inspiraría su trabajo como entrenador. Supongo que a esto se refieren cuando dicen que es un hombre de la casa, que conoce el club y la isla.

Caldo y pella

El secreto es el caldo. En un escaldón el caldo es tan determinante como la actitud lo es en un equipo. Y, en este sentido, Ramis ha dado con el gusto exacto, con un caldo compuesto de solidaridad, entrega y esfuerzo que impregna a toda la plantilla para convertirla en un plato homogéneo, sin jugadores protagonistas, como si se tratara de ingredientes bien mezclados que por separado no tendrían el mismo sabor. 

Ya lo dijo Gallego hace unas semanas cuando aseguró que "el delantero es el primero que defiende" y posteriormente José León estrenándose como goleador blanquiazul contra Las Palmas, demostrando que todas las facetas del juego son responsabilidad de todos. Si los jugadores de ataque defienden, los defensores también marcan goles. Sobre el terreno el Tenerife es un bloque, una pella compacta con el gofio que aportan jugadores comprometidos con la receta como Mellot, Aitor Sanz, Mollejo, Corredera, Moore y, en definitiva, todos y cada uno de los integrantes del plantel.

Cena para 22.000

El próximo domingo Ramis prepara su último escaldón de la temporada en el Heliodoro. El técnico y los jugadores llevan todo el año trabajando para esta cena, a la que acudirán más de 22.000 blanquiazules. Sería un error por parte de los comensales pensar que van a llegar a mesa puesta porque la batalla por incluir la gastronomía canaria en la élite de la cocina española también se libra en la grada. Por eso los aficionados debemos tener muy claro que, para que la velada acabe en brindis, tenemos que animar como nunca antes.