El CD Tenerife no tiene remedio. La afición sigue aferrada a las matemáticas para creer que la salvación todavía es posible. Sin embargo, después de lo demostrado ante el CD Mirandés hay que sacar una conclusión clara y es que no hay a lo que sujetarse para mantener la ilusión.
Este equipo no tiene ni una sola posibilidad de continuar en el fútbol profesional porque en cada partido demuestra que no hay mimbres, no hay ganas, no hay fútbol, no hay nada que nos permita “agarrarnos” a ese supuesto.
Bodiger en la media punta
El entrenador del Tenerife, Álvaro Cervera, que se presentó en Anduva con algunos problemas por la ausencia de alguno de sus titulares, colocó al canterano César Álvarez como lateral derecho en el lugar de Mellot, mientras que a Bodiger le sacó de su posición habitual en el doble pivote y lo situó en un lugar extraño para él, más cerca de Enric Gallego, como media punta.
De esta forma, el Tenerife jugó a algo que no está acostumbrado, con Diarra más cerca de la banda. El técnico olvidó en el banquillo a jugadores que pueden ocupar un lugar cercano al delantero, caso de Maikel Mesa, pero Bodiger parece insustituible para el ecuatoguineano, y así le va al conjunto blanquiazul.
Incluso con este planteamiento, cuando habían transcurrido 12 minutos, tras un saque de banda, Luismi Cruz combinó a la perfección con Yusi Diarra, que le dejó el balón perfecto para pegarle a puerta, pero el disparo del andaluz se fue a las manos del ex guardameta de la UD Las Palmas, Raúl Fernández.
Errores infantiles
El Tenerife se quiso imponer en el dominio del balón desde el pitido inicial, sabedor de que solo le servía una victoria para seguir con alguna mínima opción para mantenerse en la categoría. De esta forma se acercó frecuentemente a la meta del Mirandés, aunque solo ocasionó peligro en el citado lanzamiento de Luismi Cruz.
Después de haber cometido un error infantil, al tratar de hacer una pared cerca del área rival, Enric Gallegp corrió hacia su terreno y, cuando Lachuer entraba en el área, le zancadilleó y el colegiado pitó un penalti igual de claro como innecesario, que paró Edgar Badía. Sin embargo, el rechace fue aprovechado por el lanzador, Izeta, para anotar el primer tanto del encuentro.
Poco después, cuando trataba de hacer un control, solo, sin que ningún contrario le acosara, David Rodríguez no pudo controlar el balón y se resbaló ante el mal estado del césped por la lluvia. Se le fue la pierna y sufrió un estiramiento muscular por el que estuvo un buen rato sin participar.
Lesión de David
Volvió al terreno y, nada más regresar, el árbitro tuvo que parar el juego por un nuevo contratiempo de David, que sangraba de forma evidente de su pie derecho. Otra vez se quedó el Tenerife con uno menos, mientras atendían al
lateral blanquiazul.
Aun así, el Tenerife siguió en su intento de llegar a la meta rival y en una falta cerca de la frontal del área burgalesa llegó una buena oportunidad para los visitantes. Se colocó ante el balón Yann Bodiger, que mandó el balón a los pies de los defensores situados en la barrera. No fue una resolución sorprendente, cuando el equipo tiene otros futbolistas con mejor toque para la ejecución de un lanzamiento de estas características.
Este Tenerife hace cosas que no parecen propias de un equipo de categoría profesional. Y eso que el colegiado se inhibió en una jugada en la que el VAR intervino, por una mano de Aitor Sanz, que pudo haber sido un nuevo penalti.
Los futbolistas blanquiazules ya no creen en sus posibilidades y eso se aprecia partido tras partido. El Mirandés, que venía en una posición de privilegio, con opciones reales de ascenso a la Liga, no hizo un partido extraordinario. Se limitó a aguantar atrás con seguridad y a esperar el momento para dar la estocada a un equipo que un día sí y otro también expone sus carencias en el terreno de juego.
Cambios sin mejoría
Y si cuando se inicia la segunda parte, con dos cambios introducidos por Cervera, se te presenta una ocasión tan clara como la que tuvo Diarra, solo ante Raúl, y la envías fuera, las cosas ya se aclaran de una forma casi definitiva. Y es un “casi” porque en el fútbol no hay nada sentenciado hasta que el árbitro pita el final.
Por fin, a los 60 minutos, el entrenador tinerfeñista colocó a sus jugadores en su posición. Aclaro. Diarra se situó como media punta, Waldo entró por Luismi y puso su primer pase en el área para el remate del senegalés, que a punto estuvo de convertirse en el empate. No llegó.
Mínima reacción, gol en contra
Con Bodiger sustituido por Teto parecía que el Tenerife se situaba mejor y, a pesar de la continua lluvia, que dificultaba las acciones de los futbolistas, el equipo pareció otro. Mejoró mucho respecto a los primeros 60 minutos
de partido. A partir de entonces se vislumbraba una posible mejoría no sólo en el juego, sino en el marcador.
Pero no. Cuando había una mínima esperanza de reacción llegó el segundo gol de los burgaleses que ya puso la “guinda” a un pastel envenenado para este Tenerife quecamina a pasos agigantados hacia su salida del fútbol profesional.
Ficha técnica
CD Mirandés: Raúl Fernández; Hugo Rincón, Juan Gutiérrez Alonso, min.72), Alberto Rodríguez, Pablo Tomeo, Iker Benito (Eguiluz, min.72); Alberto Reina (Martín, min.83), Jon Gorrotxategi, Lachuer (Adriano, min.83); Izeta
(Roca, min.64) y Panichelli.
CD Tenerife: Edgar Badía; César Álvarez; Sergio González, José León, David Rodríguez (Medrano, min.46); Aarón Martí, Aitor Sanz (Maikel Mesa, min.70); Luismi Cruz (Waldo, min.59), Bodiger (Teto, min.59), Diarra, y Enric Gallego (Ángel, min.46).
Árbitro: Manuel Ángel Pérez Hernández, del Comité Madrileño. En el VAR estuvo el valenciano Ais Reig. Amonestó al entrenador local, Alesio Lisci (min.15), Juan Gutiérrez (min.29), al ayudante de Cervera, Roberto Perera (min.44), Aitor Sanz (min.63), Sergio González (min.75), Teto (min.83)
Goles: Min.25. Izeta ejecutó un penalti cometido por Enric Gallego. Edgar Badía paró el lanzamiento, pero su rechazo lo aprovechó el propio Izeta para anotar. Min.69. Centro pasado desde la izquierda que Rincón cabeceó al área pequeña, donde remató también de cabeza Reina, a bocajarro.
Estadio: Municipal de Anduva, con capacidad para con capacidad para 5.759 espectadores. Media entrada. Llovió con fuerza durante gran parte del partido.