El Fígaro Peluqueros ha dado el primer golpe sobre la mesa de la temporada al vencer al mejor equipo de los últimos años, el Naturhouse de Logroño por tres sets a uno en la gran final de la Supercopa de España de la Superliga femenina de vóley. Las de David Martín fueron superiores durante gran parte del partido y demostraron que han reforzado la plantilla con el único objetivo de recuperar la hegemonía del voleibol nacional.
El primer set se inició de una manera muy igualada. El Fígaro saltó al parqué de Taco muy concentrado y calculando con precisión cada jugada para evitar los mínimos errores. El empuje de los más de 800 aficionados que se dieron cita en la cancha fue decisivo para empezar con buen el partido. El Logroño apenas jugó con comodidad y después de alguna esporádica ocasión en la que se puso por delante el dominio local fue incontestable.
Si hubo una jugadora que estuvo metida al cien por cien esa fue Flavia Lima. No dejó ni un solo momento que sus compañeras bajaran la guardia y suyo fue un decisivo punto con el que se empató a diez y comenzaron a verse las cosas un poco más claras. Sobre todo después de que David Martín, entrenador local, atajar cualquier reacción visitante después de un 10-12 en el marcado. Wagner tomó la capitanía del Fígaro y, con paciencia, los puntos fueron llegando. Batista acompañó a Lima tomando la responsabilidad y sus cuatro puntos (sumados a los cinco de la brasileña) fueron determinantes para conseguir el 25-21 final. Solo Elia González con cinco puntos y Gritzbach con cuatro plantaron cara a las locales.
Casi sin tiempo para lamentarse, Naturhouse dio la vuelta al juego en el segundo set. Elia y Da Silva estuvieron imponentes con seis puntos cada una, unidos al buen juego en recepción de Portero y Esther López permitieron a las visitantes mantener una cómoda ventaja que, pese a los tiempos muertos solicitados por Martín para frenar el asedio, nunca se vieron reducidos con el suficiente peligro como para poner en riesgo el empate en el marcador. Solo un arreón final de las leonas (colocándose 21-24), provocaron que André Collin pidiera un respiro hasta esperar el momento que esperaban su jugadoras. 21-25 y empate en el marcador. Batista con seis puntos y un momento estelar de Wagner que apretó el marcador en un 15-17 fueron los mejores datos del segundo duelo sobre el parqué lagunero.
Esta final de la Supercopa demostraba con el paso de los minutos por qué estaban en la pista los dos mejores equipos del panorama nacional. El tercer set fue apretado hasta casi llegar a su final. Con una ventaja de tres puntos (20-17), Collin André pidió tiempo muerto y funcionó su fórmula. El Logroño consiguió igualar el set a 20 puntos y la intranquilidad se trasladó al banquillo local. La tensión se prolongó hasta un agónico empate a 24 que se rompió con un gran punto de Janine Sandell (hizo un sobresaliente set con cinco puntos), con el que adelantaba al Fígaro y ponía la emoción por todo lo alto. Para luego Cristina Sanz hacer el punto definitivo y el dos a uno en el electrónico con una finta que sorprendió a las riojanas. Solo Elia González mantuvo la regularidad en el Naturhouse manteniendo sus estadísticas y demostrando que sigue siendo una de las mejores jugadoras de la actualidad en Europa. Aunque la mejor fue sin duda Patricia Suárez con seis puntos demoledores sobre la muralla verde.
Y así se llegó al cuarto set, con idéntico guión y protagonistas. Un marcador muy apretado, unas jugadoras que arriesgaron al máximo en cada punto para evitar romper el ritmo a favor de su rival. Y cuando eso sucedía y en la mayoría de las situaciones fue a favor visitante, el técnico local David Martín intentaba enfriar la situación solicitando tiempos muertos con el fin de enmendar la trayectoria de la cuarta entrega de una apasionante final. Y lo consiguió gracias al ímpetu de un equipo que no dio el definitivo por perdido y fue remontando con paciencia hasta conseguir el 25-23 con el que sumaba el tercer set a su favor y la copa de campeonas.