La casa más navideña de Canarias en Valle de Guerra / AH
La casa más navideña de Canarias en Valle de Guerra / AH

La casa más navideña de Canarias abre sus puertas: un espectáculo de luces con entrada gratuita

La emblemática vivienda de Tenerife encendió este 30 de noviembre su espectacular iluminación y anuncia una recogida solidaria de juguetes el 6 de diciembre, en el año en que la tradición cumplirá tres décadas

Irene Cartaya

La noche del 30 de noviembre volvió a iluminar el cielo de Valle de Guerra con un resplandor que ya forma parte de la identidad sentimental de muchas familias tinerfeñas. El encendido de la que se conoce popularmente como la casa más navideña de Canarias marcó, un año más, el inicio oficioso de la temporada festiva en la isla. Cientos de personas se reunieron frente a la vivienda para presenciar un ritual que mezcla tradición, creatividad y un entusiasmo que no parece agotarse pese al paso del tiempo.

Este proyecto, nacido como una iniciativa familiar en los años noventa, se ha convertido en una cita señalada dentro del calendario navideño insular. Y, aunque cada edición sorprende de una forma distinta, este año la expectación venía acompañada de una cifra especial: en 2025, esta tradición alcanzará tres décadas de historia.

Origen de la tradición

El autor de este montaje, Lorenzo Barroso, comenzó a decorar la casa en 1995 junto a su padre, cuando la ilusión por las luces navideñas apenas se intuía como un pequeño gesto doméstico. Con el paso del tiempo, aquella costumbre fue creciendo hasta transformar la vivienda del núcleo lagunero de Valle de Guerra en un referente navideño dentro y fuera del municipio.

Tal como adelantó en sus redes sociales semanas atrás, la preparación de esta edición comenzó con meses de antelación. Su anuncio, habitual cada otoño, volvió a despertar la curiosidad de vecinos y visitantes, que esperan cada año conocer qué nuevas figuras o detalles iluminarán la fachada.

Un encendido multitudinario

La repercusión de esta iniciativa quedó patente en la pasada Navidad, cuando más de 2.000 personas se desplazaron hasta la carretera de El Boquerón para asistir al encendido anual. En aquella ocasión, la instalación incorporó alrededor de 40.000 luces, creando un espectáculo que se ha consolidado como uno de los planes familiares más populares de la isla.

Este año, aunque la cifra exacta de bombillas no se ha detallado, el despliegue lumínico vuelve a mantener ese carácter artesanal y minucioso que ha hecho famoso el proyecto. La edición inaugurada este 30 de noviembre confirma que la tradición mantiene intacta su capacidad de convocatoria.

Artesanía y detalles

Todo el montaje es diseñado y construido por el propio Lorenzo, que dedica meses a elaborar y revisar cada elemento antes de colocarlo. La decoración combina miles de luces con figuras de gran formato, como cascanueces gigantes o un Papá Noel cercano a los dos metros de altura, elementos que convierten la fachada en un escenario casi teatral.

El cuidado por el detalle es una de las señas de identidad del proyecto: cada rincón de la vivienda adquiere un protagonismo distinto, y cada edición incorpora algún guiño nuevo que renueva la experiencia para quienes la visitan año tras año.

Recogida de juguetes

Además de la iluminación, esta edición incorpora una acción solidaria que amplía el sentido de la iniciativa. El próximo 6 de diciembre, entre las 18:00 y las 20:00 horas, la casa más navideña de Canarias organizará una recogida de juguetes nuevos, destinados a familias que los necesiten durante las fiestas.

Con esta propuesta, la tradición navideña se abre también a un gesto comunitario que refuerza la dimensión social del proyecto, sumando solidaridad a una cita que ya forma parte del imaginario colectivo del norte de Tenerife.