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Economía

AirBnb aumenta la “tarta” turística y genera más actividad en la economía local

El estudio 'How does AirBnb affect local Spanish tourism markets?' se realizó en base a datos de AirBnb que abarcan desde 2014 a 2017 en 31 ciudades españolas

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Icono de la plataforma AirBnb en un smarphone./

AirBnb aumenta la “tarta” turística, ya que este tipo de plataformas (Homeaway, Niumba,…) crea su propia demanda, por lo que a mayor número de camas ofrecidas, mayor número de visitantes recibe una ciudad.

Estos son las conclusiones del estudio How does AirBnb affect local Spanish tourism markets? (¿Cómo afecta AirBnb al mercado turístico local español?), realizado por el profesor de Economía Aplicada, Juan Luis Jiménez, y el catedrático Jorge Vicente Pérez, de la Universidad de Las Palmas (ULPGC), junto a Armando Ortuño, de la Universidad de Alicante.

En conversación con Atlántico Hoy el profesor Jiménez relata que la publicación académica, desarrollada en base a datos de la plataforma AirBnb que abarcan desde 2014 a 2017 en 31 ciudades españolas, se basó en “una única pregunta”, que es si el numero de turistas en una ciudad aumenta al albergar plataformas como AirBnb.  

“La respuesta es sí, hay más turistas en una ciudad gracias a que están estos alojamientos”, afirma el profesor, que continúa asegurando que “por tanto, por una parte puede ser competencia, sobre todo en relación a los AirBnb más caros, pero el resto atrae más turistas”, lo que puede desembocar en efectos positivos y negativos.

Competencia con hoteles

Es consciente el investigador de que, en muchas ocasiones, los hoteles argumentan que estas plataformas suponen una competencia para ellos, “lo cual es cierto en algunos casos, pero no en todos. Un AirBnb de baja calidad no puede competir con un hotel de 3, 4 o 5 estrellas”.

Considera el estudio, impulsado con la financiación de FEDEA (la Fundación de Estudios de Economía Aplicada), que tras la aparición de nuevos alojamientos en plataformas como AirBnb no se hallan, econométricamente, efectos positivos o negativos sobre los hoteles, lo que significa que no había menos (ni más) huéspedes alojados en los hoteles que en viviendas vacacionales.

“Airbnb es un mero intermediario y propicia que los particulares decidan qué opción tomar -reconoce Jiménez-, si ven que el alquiler vacacional sale más rentable, muchos optarán por el vacacional aunque esté más sujeto a la temporalidad y a una mayor volatilidad”.

Potenciar la economía local

En este sentido, según la publicación, apoyándose en estudios recientes (Basuray et al, 2021), puede afirmarse que plataformas como Airbnb pueden contribuir a mejorar la economía local, sobre todo en zonas menos atractivas al turista.  

“La hipótesis es que cuando uno hace turismo tiene dos opciones: quedarse en vivienda vacacional o en un hotel. Si opta por la primera opción es muy probable que use servicios anexos que no incluye la vivienda pero sí un hotel: de lavandería, restauración o supermercados”.

Continúa Jiménez reclamando que “si tuviéramos mejores datos podríamos constatar que el desarrollo turístico de una ciudad vía AirBnb genera efectos positivos en la economía local, cosa que no necesariamente tiene que realizar un hotel”, porque, según elucubra el profesor, “un hotel puede tener compras centralizadas, con empresas que no están localizadas en esa ciudad, y por eso podría ser que AirBnb puedira repercutir más positivamente en la economía local que un hotel”.

Aumento de precio del alquiler

“Nosotros nos limitamos a los efectos turísticos, porque después hay otra literatura sobre los efectos en otros ámbitos que nosotros no contemplamos en el artículo”.

Se refiere el investigador a la subida del precio de los alquileres o de la mayor dificultad a la hora de acceder a una vivienda. Problemas como la gentrificación en favor de un modelo de vivienda enfocado en la rentabilidad, como aquellas promotoras o empresas que compran casas o edificios completos para el alquiler vacacional. “¿Eso dificulta el acceso a la vivienda? Muy probablemente. ¿Aumenta los precios? Sí, probablemente. El cuánto no lo sé”.

Falta de datos

Cree el economista que “el problema es que no hay datos suficientes para extraer conclusiones, y no se pueden llevar a cabo políticas sin tener datos según sople el viento”.

Jiménez asegura que “de cualquier cosa hay falta de datos”, incluso de las propia actividad del sector público, que es “donde más faltan”. Políticas como la de “subsidiar la compra de vehículos nunca se han evaluado y se ha gastado más de 2.000 millones de euros en la ultima década que no sabemos a dónde van”.