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Vistas de Las Palmas de la zona residencial de Las Palmas de Gran Canaria. / ARCHIVO

Auge de las viviendas ocupadas en venta: “Los propietarios se ven obligados a malvender”

Los procesos de desahucio más largos, marcados por los altos precios del alquiler, y la falta de oferta disparan un fenómeno que deja fuera a muchas familias

“Este encantador piso ofrece una distribución perfecta con un acogedor salón comedor, cocina independiente y tres amplios dormitorios” o “este piso es ideal para quienes buscan un hogar confortable en un entorno natural y acogedor” son algunos de los textos que acompaña el anuncio de viviendas en venta en Las Palmas de Gran Canaria entre unos 30.000 a 50.000 euros. Una ganga viendo el mercado actual, ¿no? Sin embargo, hay un problema y es que están ocupadas. 

Las viviendas anunciadas como ocupadas se multiplican en los portales inmobiliarios de Canarias. Así lo confirma Ciro Machado, responsable de comunicación de ACEGI (Asociación Canaria de Empresas de Gestión Inmobiliaria), que reconoce que el fenómeno “ha aumentado de forma notable en el último año”. 

Sin fotos ni financiación

Estos inmuebles, además de anunciarse con sus características, vienen acompañados de señales como que no hay fotos del interior, ni posibilidad de visitarlo, así como tampoco se admite financiación bancaria. En el caso del portal de Idealista, hay una casilla que permite filtrar las viviendas que se encuentran en esta situación. 

Por ejemplo, en la capital grancanaria hay casi 60 casas a la venta ocupadas por personas que no cuentan con un contrato vigente o permiso del propietario del inmueble, como el portal inmobiliario define el concepto. En Santa Cruz de Tenerife están anunciadas más de 30 viviendas. 

Modificaciones de las leyes

Según Machado, el origen está en un cambio de contexto legal y social. Por un lado, ha influido la entrada en vigor de la nueva ley de medidas urgentes en materia de vivienda, que amplió la duración mínima de los contratos de alquiler de tres a cinco años. 

Esos contratos están empezando a vencer ahora, y ACEGI detecta un incremento de casos en los que los inquilinos, sin alternativas habitacionales, simplemente no abandonan la vivienda. “Hace cinco años el alquiler era prácticamente la mitad de lo que es hoy. Hay inquilinos que no tienen dónde irse y entran en una situación de lo que se ha denominado como inquiocupa. Ese vencimiento masivo de contratos está impactando de lleno en el mercado”, advierte Machado.

A ello se suma que “las modificaciones de la ley han provocado que la situación de ocupación —los inquiocupas — haga que el proceso de desahucio sea más complejo y más largo”, indica. 

Una vivienda en venta (Canarias)./ Archivo

Diferentes precios

Debido a la situación de los inquilinos, detrás de estos anuncios suele haber propietarios atrapados en una situación financiera difícil. Machado detalla el caso más habitual: “Una familia que compró una vivienda con una hipoteca y, de pronto, el inquilino deja de pagar. Se encuentran con un inmueble del que no ingresa nada, pero siguen asumiendo la hipoteca y otros gastos. Muchas veces se ven obligados a malvender para recuperar lo posible”.

Esa presión explica que el precio de venta dependa más de la urgencia del propietario que de los valores de mercado: “Hay propietarios que pueden aguantar y negociar, y otros muy apretados que están dispuestos a bajar más el precio”. 

Inversores

Uno se puede preguntar quién optaría por comprar un inmueble en estas circunstancias. La cuestión es que las viviendas ocupadas se han convertido en un nicho específico dentro del mercado inmobiliario: “Quienes compran estas viviendas suelen ser inversores con capacidad económica para pagar al contado y afrontar un proceso de desahucio que puede durar dos años”, afirma Machado.

Esto es así que los propios anuncios hacen llamamiento a sus compradores predilectos señalando que se trata de “una oportunidad solo para inversores”. Y es que los inversores no buscan entrar a vivir, sino aprovechar la rentabilidad a futuro: “Compran a buen precio y no tienen prisa. Después la alquilan o la revenden aprovechando que el mercado no para de subir”. 

Una persona pasa ante una inmobiliaria. /EFE / Ana Escobar

Necesidad real de vivienda

El problema está en que, mientras los inversores encuentran oportunidad, las familias que buscan una vivienda en propiedad quedan fuera del mercado. “No se está cubriendo la necesidad real de vivienda. La mayoría de compradores no son inversores, sino personas que necesitan un hogar. Y estos anuncios no les sirven para nada”, lamenta Machado.

A su juicio, el origen del bloqueo es claro: una oferta insuficiente ante una demanda creciente. Los precios siguen aumentando —“más de un 15% en el último año”, recuerda— mientras la construcción de vivienda nueva avanza a un ritmo incapaz de responder al aumento poblacional.

Machado apunta que “entre 2023 y 2024 la población creció en más de 25.000 personas, pero solo se construyeron 2.884 viviendas. La desviación entre oferta y demanda no solo existe: sigue aumentando”.

Soluciones

ACEGI advierte que el fenómeno de las viviendas ocupadas en venta seguirá creciendo si no se modifica la normativa y no se incrementa la oferta disponible. Machado señala que, “mientras no se garantice al propietario que puede cobrar las rentas y mientras no aumente el número de viviendas en el mercado, esta situación seguirá pasando. Las medidas actuales son demasiado laxas para cambiar la tendencia”.

Entre las posibles soluciones, apunta a incentivar que los propietarios de viviendas vacías las pongan en alquiler y, sobre todo, aumentar la construcción de obra nueva.