Canarias afronta el verano con previsiones estables en el sector turístico. Aunque la temporada estival es considerada tradicionalmente como temporada baja en las Islas, la patronal confía en mantener cifras similares a las del año pasado.
El turismo británico y alemán volverá a ser el principal motor del sector, mientras que se detecta un descenso del visitante peninsular, posiblemente influido por el encarecimiento de los billetes aéreos.
Previsiones estables
Desde la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), su presidente, José María Mañaricua, asegura que el sector espera "un buen verano", aunque matiza que se trata de la temporada baja en Canarias, al contrario que en destinos mediterráneos. “Las grandes ocupaciones y tarifas las tenemos en invierno. En verano nuestras tarifas bajan más de un 30 %, aunque seguimos teniendo buenas ocupaciones”, explica.
La ocupación media prevista ronda el 75 %, una cifra similar a la del verano pasado. “Intentaremos mantener los números del año anterior, aunque hay cierto descenso del turismo peninsular, probablemente por los precios de los billetes aéreos”, apunta Mañaricua.
Los principales mercados emisores seguirán siendo el Reino Unido y Alemania, mientras que el turismo escandinavo, habitual en invierno, desaparece prácticamente en los meses de verano. A estos visitantes se suman los turistas nacionales y también los propios residentes canarios, que aprovechan los fines de semana, puentes y vacaciones escolares para hacer escapadas dentro de la isla o entre islas.
Las zonas turísticas del sur mantienen una demanda estable, aunque la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria suele experimentar una mayor caída de ocupación durante el verano, una tendencia “histórica” según el portavoz empresarial.
Cautela en la provincia tinerfeña
Desde la provincia de Santa Cruz de Tenerife, el gerente de Ashotel, Juan Pablo González, apunta a un ligero retraso en el ritmo de reservas respecto a veranos anteriores, especialmente en los principales mercados emisores. “Parece que la incertidumbre política y social está afectando”, explica.
Aunque por el momento no disponen de previsiones concretas, la patronal hotelera tiene previsto realizar una encuesta a principios de junio para analizar el comportamiento de la demanda durante julio y agosto.
Riesgos a futuro
En cuanto a los posibles factores que podrían condicionar la temporada estival, desde la FEHT descartan que existan riesgos inminentes. “A corto plazo vamos a tener un buen verano. No vemos un horizonte que pueda afectar seriamente a esta temporada”, afirma Mañaricua.
No obstante, el presidente de la patronal de la provincia oriental sí advierte de incertidumbres a medio y largo plazo si se desencadenara una guerra comercial por aranceles entre Estados Unidos y la Unión Europea, lo que podría repercutir en la inflación y en la economía de los principales países emisores. “Si eso llegase a ocurrir, podría afectar a los bolsillos de británicos o alemanes y condicionar su decisión de viajar en el futuro”, señala.
Confianza contenida
Pese a la aparente estabilidad de la temporada, el sector turístico canario encara el verano con una mezcla de prudencia y confianza. Mientras que en la provincia de Las Palmas se aspira a mantener las cifras del año pasado, en Santa Cruz de Tenerife se percibe cierto retraso en el ritmo de reservas, condicionado por un contexto internacional incierto.
A la espera de datos más concluyentes, el sector mantiene la vista puesta en el comportamiento del viajero europeo, con la mirada fija en posibles impactos económicos y políticos que podrían marcar la recta final del año.
