El Real Club Náutico de Gran Canaria (RCNGC) ha materializado este jueves una operación "histórica" para el futuro de la entidad: la compra de los terrenos sobre los que se asienta su sede en la playa de Las Alcaravaneras.
La compraventa, que se firmó ante notario por 7,2 millones de euros, pone fin a décadas de concesión portuaria, además de garantizar la permanencia del club y su desarrollo con una mayor seguridad jurídica.
Expectación
El contrato lo firmaron el presidente del RCNGC, Pity Sánchez, y la presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP), Beatriz Calzada.
También asistieron la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias; el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y el delegado del Gobierno de España en Canarias, Anselmo Pestana, entre otras autoridades y miembros de las directivas anteriores, incluido el expresidente de la APLP Luis Ibarra, que inició los trámites en 2021 para desafectar el suelo y poder enajenar la parcela.
Todos coincidieron en destacar que era un día "feliz" y "esperado" para el club, con una trayectoria repleta de triunfos deportivos que dan "prestigio" a la capital grancanaria.
Largo camino
El más contento, sin duda, era Sánchez, que agradeció la colaboración de todas las administraciones implicadas en la tramitación del expediente durante estos cuatro años, con gestiones complicadas que afectaban a tres ministerios, hasta lograr la desafectación del dominio público portuario, liberar el uso del suelo y autorizar su venta al Náutico, que tenía derecho de adquisición preferente.
Pero eso es el pasado. Ahora toca ahorrar para devolver el préstamo y trabajar en un plan a diez años para armonizar la arquitectura del club, además de negociar la renovación del canon por la concesión de la marina, explica el presidente.
Y es que la renta anual del embarcadero asciende a 60.000 euros y vence en 2027. De ahí que la entidad esté inmersa en ese proceso de actualización. El objetivo es amarrar su uso hasta 2043.
Al contrario que la parcela adquirida, la marina sí es una infraestructura de uso portuario, por lo que es casi imposible tenerla en propiedad, aclara Sánchez.
Un futuro para los regatistas
El suelo comprado es el que está entre el embarcadero y los vestuarios, es decir, ocupa la totalidad de la piscina, el solárium y las canchas deportivas: son casi 10.000 metros cuadrados de parcela que se unen al edificio y el aparcamiento actual. Todo, menos el embarcadero, es ya propiedad del Náutico.
La operación supone "un futuro y seguridad" para la entidad, especialmente ante la posibilidad de cambios en la reglamentación urbanística sobre concesiones de dominio público, destaca su presidente, lo que proporciona tranquilidad y continuidad para "todos esos regatistas que nos han dado satisfacción internacional", añade.
Limbo legal
Es, por tanto, una "oportunidad" para asegurar el éxito deportivo y social del club, pues al comprar la parcela se evita el "limbo legal" que podría haber supuesto la no renovación de la concesión. El título vencía en 2028 y la entidad carecía de recursos para lograr una prórroga en su sede actual de Alcaravaneras, que se remonta a 1966.
La compra no solo blinda el futuro, sino que representa un ahorro significativo a la larga, puesto que se deja de pagar el canon anual a la Autoridad Portuaria por esa parcela. La cuota es de 93.000 euros, pero el ahorro real ronda los 140.000 euros al liquidarse este año un crédito asociado.
Sin hipoteca ni derramas
Ahora toca "ahorrar" para devolver el crédito, avisa Pity Sánchez. De los 7,2 millones invertidos en la compra, Cajamar ha aportado 4,9 millones, abonándose el resto con los recursos propios del club.
Lo bueno es que se trata de un préstamo personal, sin garantía hipotecaria, con un interés fijo del 2,9 % y la obligación de devolverlo en diez años, lo que permitirá afrontar la deuda sin recurrir a derramas entre los socios, según la previsión de la directiva.
