El petrolero Mersin, que está relacionado con la flota fantasma rusa, se encuentra en una situación crítica al estar hundiéndose lentamente frente a las costas de Senegal, cerca de Dakar.
El incidente, que se registró en la madrugada del 27 de noviembre, ha despertado la preocupación de las autoridades locales y la comunidad marítima internacional.
Sin heridos
La naviera Besiktas Shipping, con sede en Estambul, es la propietaria del buque. El supuesto ataque sucedió mientras el barco estaba anclado. Se produjeron cuatro "detonaciones externas" que provocaron la entrada de agua de mar en la sala de máquinas del petrolero, explica la compañía en un comunicado difundido por la agencia Reuters.

Pese a la gravedad del suceso, la naviera sostiene que la situación está controlada, que todos los tripulantes están a salvo y que no hay contaminación por el momento, añade la agencia.
Otros medios internacionales, sin embargo, detallan que la popa está casi a la misma altura del agua y que el barco ha comenzando a hundirse.
Posible vertido
Las autoridades marítimas de Senegal se han movilizado con urgencia para evitar un posible derrame de combustible, lo que podría causar un desastre medioambiental en esta parte de la costa occidental africana.
Por el momento se han desplegado varios remolcadores y se han tomado medidas para detener la posible fuga, transferir la carga de combustible y desplegar una barrera anticontaminación alrededor del petrolero como medida de precaución.
Ucrania
Diferentes informaciones vinculan al Marsin a la flota fantasma de Rusia, compuesta por petroleros que operan con banderas de conveniencia para trasportar gas y petróleo en condiciones poco transparentes, eludiendo los controles y las sanciones de Europa por la guerra en Ucrania.
El 28 de noviembre, el día después de las explosiones a bordo del Mersin en el Atlántico, drones navales ucranianos impactaron dos petroleros sancionados en el Mar Negro, cerca de la costa de Turquía, cuando se dirigían a un puerto ruso para cargar petróleo.
Kiev está tratando de aumentar la presión sobre la vasta industria petrolera de Rusia, al tiempo que Europa también ha tomado medidas para controlar estas operaciones, con un trajín importante de barcos en el Estrecho y en aguas cercanas a Canarias, lo cual aumenta los riesgos de accidentes y de vertidos.
El Mersin se construyó en 2009 y tiene 183 metros de eslora por 32 de manga. Navega bajo bandera panameña y en los últimos años ha trabajado con puertos rusos. Sus últimas escalas en Europa han sido en Algeciras y Rostock, en Alemania, sin que consten visitas recientes a los puertos de Canarias.