En los últimos años el campo canario ha ido perdiendo el cultivo del millo local a pesar de su fuerte arraigo a la gastronómica del Archipiélago. Cada vez resulta más complicado encontrar este tipo de millo debido a la alta producción del millo dulce, lo que lleva a que más agricultores decidan plantarlo.
Segun recoge Mercatenerife, en Canarias existen más de 150 variedades locales, así como que "las variedades foráneas cultivadas localmente son híbridos, en su mayoría dulces, de gran rendimiento y homogeneidad que han ido desplazando a las locales", apuntan.
El agricultor Sergio Rodríguez, de Frutas y Verduras Nito, cuenta a Atlántico Hoy que va ganando terreno por viabilidad, tiempo y garantía.
Más rápido
Uno de los problemas que experimenta el millo tradicional es el tiempo que se tarda para poder cosechar la piña. "En invierno la piña del millo dulce, que está sustituyendo al local, se puede recoger en tres meses. Sin embargo el millo tradicional puede estar hasta cinco meses desde que se siembra hasta que se recoge. Además los precios son muy parecidos", explica Rodríguez.
A ello se suma que el porcentaje de matas de millo que no dan piña es mucho más elevado, según Sergio Rodríguez. "Los agricultores por viabilidad y por tener una cosecha más segura están sustituyéndolo por el millo dulce. La diferencia son 10 o 15 céntimos, y a veces es más cara la piña dulce. Al final por tiempo y garantía, e incluso por sabor, los agricultores están plantando más maíz dulce", subraya.
Sequía
Al igual que a otros cultivos, la sequía ha afectado. "El millo en Tenerife se planta sobre todo en seco, y con muy poca agua sale adelante. El problema es que venimos de unos años de muy mal tiempo y no ha permitido que la cosecha salga adelante".
No todo está perdido. El cultivo se sigue manteniendo, pero temen que en algún momento no sea tan habitual y su precio acabe subiendo.
