Quedan muy pocos meses para que Canarias consiga un gran hito científico y tecnológico: sondear a más de 2.000 metros de profundidad en búsqueda de recursos geotérmicos. Es una carrera a contrarreloj y llena de obstáculos, pero los resultados que están actualmente sobre la mesa son alentadores para que en un futuro las Islas se abastezcan de energía geotérmica.
La energética Disa, la empresa con mayor facturación de las islas, va a la cabeza del impulso de la geotermia en la islas. No lo hace sola, ya que ha firmado un convenio de colaboración público privada con el Cabildo de Tenerife para el desarrollo y futura explotación de una central geotérmica en la isla.
El mapeo
Según explica Joaquín Gurriarán, director de renovables de Disa, actualmente la empresa está trabajando con una empresa islandesa, Reikiavik Geotermal, para determinar qué coordenadas son las más idóneas para perforar con una máquina y llegar hasta los 2.000 metros de profundidad. Los puntos de actuación están en la zona sur y en la zona oeste de la isla.
“Estamos llegando al punto final de esos estudios para tener los puntos exactos de actuación”, explica al respecto de los estudios superficiales que ya están ultimando en la isla. En total, han investigado en un territorio que abarca 17.500 hectáreas para determinar en qué puntos se podrá sondear a más de 2.000 metros.
Los estudios
La ecografía que han realizado en este territorio se basa en estudios de geoquímica, geofísica y mapeo de las erupciones volcánicas. Estos estudios incluyen analizar la resistividad de las rocas, los tipos de rocas que hay y su calor, los gases que emanan del subsuelo y revisar las últimas erupciones que han tenido lugar en ese territorio.
Pero más allá de lo físico y químico también hay otros factores a tener en cuenta como la orografía, el planeamiento urbanístico, que existan carreteras que permitan llegar la maquinaria o que no hayan núcleos poblacionales cerca. “Estamos intentando hacer esa matriz de decisión con recursos, planeamiento, autorizaciones de Medioambiente y que todos los servicios se puedan habilitar para llegar”, explica el director de la energética.
En busca de agua
Lo que tiene que encontrar la empresa en realidad son bolsas de agua. A tanta profundidad el agua es salobre y no sirve para el consumo humano, pero sí sirven para generar energía. “Esta agua va a estar combinada con calor. Es agua muy caliente a alta presión en el subsuelo, que al llegar a arriba se va a expandir y va a mover una máquina de vapor”, explica sobre el funcionamiento de lo que en un futuro sería la central geotérmica.
Pero para encontrar esas bolsas de agua son necesarios los sondeos. Actualmente la empresa ya ha presentado una serie de coordenadas al Gobierno de Canarias para que esta institución autorice el realizar los sondeos en los puntos que consideran oportunos. Una vez el Ejecutivo autorice estas coordenadas, será el momento para traer la gran maquinaria que hará los sondeos y que solo tienen alrededor de cinco empresas en el mundo.
Tres perforaciones
Acertar con las coordenadas es crucial porque un sondeo puede elevarse hasta los 10 millones de euros de coste y la empresa tiene que realizar tres perforaciones en Tenerife para no perder las ayudas del IDAE. La cuestión es que cada sondeo requiere de 70 días y el número de perforaciones dependerá de los resultados que vayan obteniendo.
“Nuestra idea es hacer dos o tres sondeos en Tenerife e irnos corriendo a La Palma”, explica. La situación en la Isla Bonita es más apurada que en Tenerife, debido a retrasos en el concurso de los derechos mineros caducados. Por ello la empresa deberá hacer en tres meses lo que han hecho en Tenerife por casi un año.
Competencia por sondear
Las empresas que buscan recursos geotérmicos en Canarias se enfrentan al hecho de que tienen que hacer los sondeos antes de que finalice enero de 2026 y que no es sencillo reservar las máquinas perforadoras. Según explica el director, tanto en las Islas, como en Turquía o Kenia, están inmersos en la misma búsqueda y con el escaso de mercado de máquinas que hay la competencia está bloqueando las reservas.
“Estamos intentando anticiparnos para bloquear ese equipo para que una vez tengamos la autorización administrativa podamos traer la maquinaria”, comenta. Ese bloqueo se tiene que hacer con tres meses de antelación. Esta tensión de la situación lleva a la empresa a apelar al Ministerio para la Transición Ecológica a ampliar el plazo para sondear, algo a lo que el Estado parece estar dispuesto.
El beneficio
Con el ministerio el gran tema que tiene pendiente Disa es determinar cuál será la tarifa por la que venderán la energía que generen. Esto es fundamental debido a los altos costes que está suponiendo encontrar el recurso y que determinará la rentabilidad del proyecto.
La generación convencional en Canarias ronda una tarifa de 250/300 euros por megavatio hora, por eso Disa quiere sentarse cuanto antes con el ministerio para calcular los precios, tanto que han enviado cartas a la Unión Europea para “que se preocupe por este asunto”. Su intención es que la tarifa se sitúe por encima de los 200 euros para los primeros proyectos y que posteriormente la economía de escala rebaje el precio.
Resultados "favorables"
La empresa tiene muchas expectativas con la búsqueda de los recursos geotérmicos ya que, aseguran, los “resultados han sido muy favorables”, pero sin los sondeos no tienen el dato de forma probada. La previsión de Disa es que en La Palma se construya una sola central geotérmica por el tamaño de la isla.
En el caso de Tenerife dependerá de los recursos que se encuentren y de su cercanía. “A nosotros nos interesa centralizar todo en una, pero no sabemos qué va a ocurrir”, apunta Gurriarán. “Lo sabremos a medida que demos los siguientes pasos”. La previsión es que en 2030 se pueda poner en marcha la central en Tenerife, aunque los tiempos de la administración serán quienes realmente marquen cuándo se instalará.
