Torre de transporte de la electricidad. / IMAGEN DE LA RED
Torre de transporte de la electricidad. / IMAGEN DE LA RED

Disa, Satocan y Endesa, al frente del nuevo sistema eléctrico canario

El fallo provisional del Estado asigna a estas empresas —junto a Sampol— la modernización de un parque generador que lleva más de una década pendiente de renovación

Martín Alonso

El Estado ha comunicado a Canarias el fallo provisional del concurso que definirá el futuro del suministro eléctrico en las Islas, una resolución largamente esperada que marca el inicio de la mayor renovación del parque de generación en más de 20 años. La adjudicación preliminar coloca a Disa, Satocan y Endesa como actores centrales del nuevo esquema energético, con la empresa balear Sampol completando el grupo de compañías seleccionadas.

El proceso moviliza más de 350 millones de euros y prevé la instalación de 2.427 megavatios de potencia, una cifra que resume la magnitud del desafío: sustituir unas instalaciones térmicas envejecidas que acumulan trece años de retraso respecto al calendario oficial de reemplazo. El deterioro de los grupos existentes, muchos con ciclos de vida agotados, ha incrementado la vulnerabilidad del sistema canario y multiplicado los avisos técnicos sobre el riesgo de apagones. Según publica La Provincia, esta situación fue determinante para que el Ministerio priorizara una resolución urgente.

Renovación en todas las islas

La renovación afectará a todas las islas, aunque la intensidad del esfuerzo variará según la criticidad de cada sistema eléctrico insular. Gran Canaria y Tenerife concentran la mayor carga de generación antigua, pero la fragilidad estructural de los sistemas de La Gomera, El Hierro, La Palma, Fuerteventura o Lanzarote obliga a un rediseño integral que mejore la estabilidad de la red en momentos de máxima demanda o ante averías inesperadas.

La planificación estatal incluye un marco retributivo adicional durante los primeros años de operación, con el objetivo de asegurar la amortización de unas inversiones que requieren estabilidad regulatoria a medio plazo. Esta medida pretende evitar un escenario que en el pasado ha frenado proyectos: la incertidumbre sobre la rentabilidad real de las infraestructuras en territorios extrapeninsulares.

Un proceso largo y complejo

El Ministerio asume, además, que la puesta en marcha de los nuevos grupos será un proceso lento y técnicamente complejo. La fabricación de maquinaria pesada, los plazos logísticos para trasladarla a puertos insulares y la adaptación del terreno en centrales ya saturadas implican que ninguna instalación esté operativa antes de 2030. Hasta entonces, Canarias seguirá dependiendo de unidades térmicas prolongadas más allá de su vida útil, con un mantenimiento cada vez más exigente y costoso.

A pesar de ello, el fallo provisional supone un punto de inflexión para un sistema que llevaba años reclamando certezas. Las empresas seleccionadas deberán ahora aportar documentación adicional, presentar alegaciones técnicas y cerrar los detalles de los contratos para que la adjudicación sea definitiva. Solo entonces comenzará la fase ejecutiva, que incluirá cronogramas específicos por isla y un esquema de inversiones progresivo.

Un nuevo equilibrio energético

Más allá de la renovación tecnológica, el concurso abre la puerta a un nuevo equilibrio energético para el Archipiélago, donde la seguridad del suministro térmico será clave para integrar más renovables sin comprometer la estabilidad. La modernización permitirá, además, reducir costes estructurales asociados a averías, combustibles y mantenimiento, al tiempo que fortalecerá la capacidad de respuesta del sistema ante episodios extremos.

El resultado final tendrá impacto directo en hogares, empresas y administraciones. El suministro eléctrico en un territorio fragmentado como Canarias depende de la fiabilidad de estas infraestructuras, y su actualización definirá la resiliencia del Archipiélago para la próxima década.