Ego americano, empeño chino e inteligencia artificial: la nueva 'Guerra Fría' no necesita misiles. / FARRUQO
Ego americano, empeño chino e inteligencia artificial: la nueva 'Guerra Fría' no necesita misiles. / FARRUQO

Ego americano, empeño chino e inteligencia artificial: la nueva 'Guerra Fría' no necesita misiles

La irrupción de DeepSeek, la herramienta de IA que puso en jaque a OpenAI (empresa fundadora de ChatGPT), ha avivado el conflicto entre las dos grandes potencias económicas del mundo

marcos moreno

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Corría el año 1962 cuando Cuba y la Unión Soviética tomaron una decisión difícil: rodear la isla hispanoamericana con misiles para evitar una posible invasión de Estados Unidos. Con el tiempo, Kennedy dio su palabra de no atacar el país presidido por Fidel Castro y el conflicto se tranquilizó. Pero fue una calma tensa porque aquel había sido solo un episodio más de lo que acabó conociéndose como la Guerra Fría.

Aunque las armas tuvieron presencia —con riesgo incluso de una cruzada nuclear— mientras el mundo estuvo dividido entre capitalistas y comunistas, nadie abrió fuego. Ahora, casi cuatro décadas después de que todo terminara, el planeta vuelve a estar fragmentado por dos grandes potencias: China y Estados Unidos. Esta vez los misiles no son necesarios para poner en jaque al enemigo, sacar una herramienta de inteligencia artificial (IA) más amable para el mercado puede ser suficiente.

ChatGPT y DeepSeek

La empresa americana OpenAI presentó en 2022 ChatGPT, una herramienta que permite hablar con un bot para conversar con él casi de cualquier tema. No todos los asuntos son de su agrado o, al menos, eso parece. Al ser preguntado sobre qué opina de DeepSeek su respuesta es clara: “No estoy familiarizado con algo llamado así”. Es curioso, parece que no ha leído demasiada prensa en las últimas semanas.

Otra opción es que esté despechado y prefiera no hacer declaraciones. DeepSeek, que tiene funciones muy parecidas a las suyas, fue desarrollado por una compañía china y vio la luz a finales del pasado mes de enero. La diferencia es que el producto asiático no necesita equipos de alta gama, por lo que resulta más barato.

Una persona usa un ordenador con el logo de la Inteligencia Artificial. / CANVA
Una persona usa un ordenador con el logo de la Inteligencia Artificial. / CANVA

Los gigantes

También parece tener más deportividad que su contrincante. Si se le plantea qué opina acerca de ChatGPT contesta que “es un modelo de lenguaje avanzado que ha demostrado ser muy útil en una amplia variedad de tareas, desde la generación de texto hasta la resolución de problemas complejos”. Eso sí, advierte de que puede tener “limitaciones”. Una de cal y otra de arena.

Mario Hernández, experto en ciencias de la computación e inteligencia artificial —así como profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC)—, explica que hasta el momento los americanos asumían que este tipo de tecnología era suya, dado que los gigantes del sector como Google o Microsoft están allí.

Sede de Microsoft en Estados Unidos / EFE
Sede de Microsoft en Estados Unidos / EFE

"Monstruos tecnológicos"

Señala que se trata de “monstruos tecnológicos”. Son los únicos que tienen dinero y recursos de computación como para desarrollar esto. Ni siquiera las empresas europeas pueden competir contra ellos. Para que ChatGPT pueda funcionar es necesario entrenar redes neuronales muy grandes con millones de documentos. 

Todo con el objetivo de que tenga información suficiente para responder las preguntas. Mientras el mundo se llena de centros de procesamiento de datos, el problema está en que los costes son abismales. Entrenar la cuarta versión de ChatGPT costó 80 millones de dólares. “No lo puede hacer cualquiera, se necesitan grandes centros de hosting con muchos ordenadores”, indica Hernández.

El CEO de NVIDIA / EFE
El CEO de NVIDIA / EFE

La rentabilidad

Ahí está la clave en la nueva ‘Guerra Fría’ que se ha desatado: la rentabilidad de ambos productos. El mismo día que fue anunciado DeepSeek, la empresa NVIDIA —que casualmente es china— cayó en el mercado de valores perdiendo 600.000 millones de dólares porque eran quienes iban a suministrar los hardwares. 

Unas herramientas que, todo apunta, ya no tendrán por qué ser tan necesarias. El catedrático apunta que la IA China “tiene un coste de generación del 10% en relación al de las empresas americanas porque usan un hardware de muy diversa naturaleza”.

Centrales nucleares

“No es tan exigente y además da unos resultados de muchísima calidad. En un día, todo un esquema científico-económico se vio tambaleado”, asevera. Se quedó tiritando como el ego americano mientras se ha empezado a destapar la perseverancia china. Afirma que el común de los inversores no sabía lo que tramaba la compañía asiática en un primer momento. 

“Había unos planes para dar este servicio que implicaba que habría un conjunto de empresas norteamericanas que estaban planteándose invertir en abrir centrales nucleares para alimentar los centros de centros de datos que estén cerca para realizar todos los estos procedimientos”, expresa.

Competencia silenciosa

Resalta que el problema está en que los chinos llevan haciendo competencia a los norteamericanos de manera muy silenciosa desde hace mucho tiempo. “Han penetrado por ejemplo en África, están controlando los naturales del continente. También están entrando en Sudamérica controlando recursos naturales, ellos están planificando para 20 y 30 años”, apostilla.

“Eso pesa muchísimo en estas relaciones y desde el punto de vista de la inteligencia artificial, lo que hace es perder la preeminencia o el supuesto poder diferencial que tenía Estados Unidos con respecto a sus competidores”, reflexiona Hernández.

Ante todo esto, los americanos han quedado en una situación complicada porque amenaza su preeminencia tecnológica ante su rival en el dominio del mundo. El camino de la inteligencia artificial, mientras todo el planeta la usa para hacer su vida más fácil, es un sendero de espinas y rosas para quienes pretenden vivir de ella.