Maximiliano Díaz ha sido reelegido como líder de la Asociación Sindical de Estibadores de Las Palmas (ASELP) con un apoyo mayoritario, superando el 80% de los votos de la plantilla.
Las elecciones se celebraron este jueves en la sede del colectivo portuario de La Isleta. Votaron unos 400 estibadores de los 500 que tiene la plantilla, respaldando la gestión de la actual directiva, integrada también por Pedro Cazón.
Es el segundo proceso electoral que gana Díaz, aunque ha estado al frente del colectivo tres mandatos, pues relevó a Miguel Rodríguez en 2019.
Estabilidad
La ratificación lograda asegura la continuidad de su proyecto al frente del colectivo portuario, un período marcado por la estabilización, la modernización del personal y la defensa de la competitividad del Puerto de La Luz y de Las Palmas.
Entre sus logros destaca estabilidad laboral y la renovación de la plantilla. Tras más de dos décadas, el puerto ha vivido con su liderazgo un importante proceso de incorporación de nuevos trabajadores, sumando cerca de 200 empleados entre el pase de eventuales a fijos y nuevas contrataciones.
Este proceso ha incluido la histórica integración de mujeres estibadoras por primera vez en el sector en Las Palmas, siguiendo la estela de otros puertos españoles.
Competitividad
Una de las máximas de Díaz es que la competitividad debe basarse en la calidad del servicio y la rapidez, en contraposición a los bajos salarios de puertos africanos cercanos. Su objetivo es garantizar que los buques que recalan en Las Palmas salgan "en el día", consolidando el puerto como un enclave de transbordo eficiente.
Su gestión también ha coincidido con la firma del Quinto Acuerdo Marco Estatal de la estiba, un logro que proporciona seguridad jurídica y estabilidad al sector a nivel nacional.
Retos para el nuevo mandato
Las Palmas atraviesa un gran momento de actividad, pero hay desafíos que afrontar, como las tasas del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión, que amenazan con desviar tráficos de transbordo fuera de Las Palmas. Los estibadores reclaman una moratoria o la exclusión de estas tasas para los puertos insulares y aquellos con competencia directa de enclaves no comunitarios.
También debe afrontar el relevo generacional, esto es, las jubilaciones previstas y la necesidad de mantener la plantilla con el número y la capacitación adecuada para sostener el ritmo de la actividad portuaria.
La estiba es un trabajo duro, con turnos de hasta 12 horas diarias durante 15 días consecutivos, y los puertos africanos cada ve son más competitivos, como el cercano Lomé, en Togo. De ahí la necesidad de que Las Palmas siga siendo un puerto atractivo, eficiente y seguro.
