Basta con revisar los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para comprobar que el número de trabajadores fijos discontinuos registrados en Canarias creció en 2024 hasta los 42.482. La cifra —que sin contexto puede parecer irrelevante— es mayor a la de hace cuatro años, cuando estaba fijada en 3.125. Lo llamativo es que por aquel entonces la reforma laboral impulsada por el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz aún no estaba aprobada.

La ficha movida por parte de la vicepresidenta segunda del Gobierno de España —con la ayuda inesperada del diputado del PP Alberto Casero, quien votó a favor por error durante la votación parlamentaria— tenía el objetivo de acabar con la temporalidad en el país. Ahora, un tiempo después, es posible hacer balance y preguntarse si es normal que los contratos fijos discontinuos hayan crecido en el Archipiélago.

"Enmascarar la temporalidad"

Antes de entrar en materia, merece la pena resaltar que, en comparación con los empleados indefinidos —experimentaron un aumento de 233.381—, los 39.357 fijos discontinuos que hay de más tienen un peso relativamente bajo. Aún así, no deja de ser curioso y José Cristóbal García, vicepresidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) explica que se debe al cambio de contrato a las personas que antes eran temporales.

“Ha sido”, apunta, “una forma de enmascarar la temporalidad”. Asegura que se ha restado flexibilidad a las empresas teniendo en cuenta que están obligadas a convertir a esos trabajadores en fijos discontinuos. Además, pone sobre la mesa que se han incrementado los costes laborales. “Hay compañías que han pasado momentos duros”, apunta.

Rigidez para contratar

Pone sobre la mesa que las principales perjudicadas han sido las pequeñas y medianas empresas —conocidas como pymes— con medidas como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) o “la rigidez a la hora de contratar”. “Lo que se ha hecho es ocultar una realidad, no se han eliminado los fijos discontinuos, sino que son falsos temporales”, incide.

Las cifras del SEPE fueron recogidas por la Consejería de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias en una respuesta parlamentaria a la diputada de Vox Paula Jover. La tabla vislumbra que el año pasado los fijos discontinuos supusieron el 13,71% de todos los tipos de contratos en el Archipiélago, mientras que en 2021 solo ocupaban el 4,09% de todos los que se firmaron.

"Es lo normal"

Héctor Fajardo, secretario de organización de UGT, subraya que era esperable. “Es lo normal, de hecho, el fijo discontinuo es un contrato estable”, afirma. Detalla que responde a momentos de actividad e inactividad en algunos sectores como la producción audiovisual al trabajar por temporadas. “También es cierto que cuando hay estabilidad en esas programaciones se están convirtiendo en fijos”, matiza.

Apunta que hay casos donde, al ser 10 meses de trabajo al año —los fijos discontinuos requieren un máximo de nueve—, los contratos se deben convertir en indefinidos. En la misma línea que el vicepresidente de la patronal, indica que ahora se están sustituyendo contratos temporales que había antes de la reforma laboral. Sostiene que el pasado mes de marzo se firmaron 3.081 nuevos contratos de este tipo, pero no es lo mayoritario.

Planes de futuro

“Ha habido un descenso de la contratación también de fijos discontinuos, lo cual no quiere decir que sea un dato positivo porque para nosotros la creación o la consolidación de los contratos ha dado estabilidad a la contratación”, prosigue.

“Hay trabajadores que antes no se podían plantear hacer un plan de futuro, tanto con respecto a la firma de alquiler como de financiación para comprar una casa, por ejemplo, o de otros bienes de consumo, y ahora mismo sí lo pueden hacer porque las entidades financieras les dan créditos”, reflexiona.

Actividades administrativas

Fajardo desarrolla que en otros tiempos era habitual que se hicieran contratos temporales y cuando la legislación estaba a punto de obligar a la empresa a convertir a ese empleado en fijo, lo mandaban al paro con el objetivo de que desapareciera la vinculación laboral.

Montserrat Cosano, secretaria de acción sindical de Comisiones Obreras (CCOO) en Canarias, se muestra sorprendida porque han detectado un incremento anómalo de fijos discontinuos en las actividades administrativas con un 12,2% del empleo con estos contratos (8.225 personas).

El dato, a estudio

“No sé qué actividad tienen como para contar con tanto discontinuo al ser un sector de trabajo que son los 12 meses del año. “He pedido que estudien el dato”, dice. Destaca que en la hostelería el número es de 8.440 trabajadores con esa categoría. No entiende tampoco por qué se da ese número cuando tienen una media de ocupación del 90% durante todo el año —no existe tanta estacionalidad como, por ejemplo, en Baleares—. 

“Ahora bien, es verdad que con la reforma laboral, la inspección de trabajo está llevando un control sumamente absoluto y exhaustivo de todos esos tipos de contratos. Ellos hacen una revisión anual a cada empresa y ahí verifican cuántos fijos discontinuos hay”, continúa.

Las mujeres

Pero la cosa no queda ahí. Le parece llamativo que la mayoría de fijos discontinuos son mujeres. Subraya que son quienes más se encargan de los cuidados y requieren de mayor tiempo de conciliación. 

Eso nos impide avanzar laboralmente. Pone de manifiesto que eso para su vida laboral y su jubilación es negativo porque a la hora de llegar a cobrar una jubilación, suelen recibir cuantías más bajas que los hombres. “Es la brecha salarial”, sentencia.