Más de 800 autónomos canarios apagaron el pasado sábado los datáfonos en sus locales como señal de protesta. La idea surgió a través de un grupo de WhatsApp y Ariel Alpizar, uno de sus propulsores, cuenta que los trabajadores por cuenta propia están sometidos tanto a “una fuerte presión fiscal” como a “una mala gestión política” desde el Gobierno de España.
Aunque todo empezó como una propuesta que surgió en Fuerteventura, se ha extendido también por Gran Canaria, Lanzarote o Tenerife. La huelga de TPV es un gesto simbólico que nació en la isla majorera con el objetivo de dar a conocer una situación que consideran insostenible. “Estamos explotados cuando generamos mucha riqueza y empleo”, afirma.
"Defender nuestros derechos"
Como respuesta al malestar que sienten, se han puesto manos a la obra para crear la Asociación de Autónomos de Fuerteventura. El objetivo común será pedirle al Gobierno de Canarias que exija al Estado medidas que beneficien a los pequeños y medianos empresarios del Archipiélago. “Queremos defender nuestros derechos”, exclama.
En cuanto al parón de datáfonos —vigente hasta el 15 de noviembre—, cuenta que se trata de una idea que ha llegado a la Península y le resulta muy complicado saber con exactitud cuántas personas se han sumado. Ahora bien, aclara que si algún cliente no lleva efectivo encima tendrá la posibilidad de pagar con un Bizum o mediante una transferencia bancaria.
"Es una forma de reclamo"
“Es un llamado de atención para que sepan que los autónomos estamos aquí, que somos una clave fundamental en este país, que sin nosotros muchas pequeñas cafeterías, talleres, panaderías o dulcerías no existirían. No se nos puede tratar como delincuentes y pisotear nuestros derechos con todo el sacrificio que hacemos. Nadie mira por nosotros”, reflexiona.
Alpizar recalca que es una decisión personal de cada autónomo y que la ciudadanía se ha volcado con ellos. “Es una forma de reclamo, de dar voz”, sentencia. Resalta, además, que la futura Asociación de Autónomos de Fuerteventura será sin ánimo de lucro y renunciarán a recibir tanto subvenciones como ayudas del Gobierno para no estar “condicionados”.
Discrepancias
Eso sí, la huelga de datáfonos no ha gustado a todo el mundo. Daniela Plotegher, presidenta de la Asociación de Empresarios de Puerto del Rosario, asegura que el colectivo que ella representa actúa de otra forma. Indica que el parón no es claro y opina que es discriminar y culpar al cliente.
Además, pone sobre la mesa que Puerto del Rosario vive un momento en el que los pequeños negocios están experimentando una caída de las ventas —a causa, sobre todo, de las compras por internet—.
"En contra de tu beneficio"
“En lugar de aumentar la venta, la frenará porque hay mucha gente que no está de acuerdo con eso. A los clientes cuesta mucho fidelizarlos y vamos a perder posibles ventas, a mí me parece una locura. Es ir en contra de tu propio beneficio”, sentencia.
Alpizar, como respuesta, cuenta que su futura asociación salvaguarda unos intereses que no van de la mano de los que defiende Plotegher. “En lugar de vernos como un apoyo para defender los derechos de los autónomos, se pone en contra”, afirma.
