La Autoridad Portuaria y Capitanía Marítima de Las Palmas impartirán un curso la semana que viene para evitar "alarmismos" en la gestión de la contaminación marina o las alertas declaradas en el puerto por derrames de combustible durante las operaciones de suministro.
Tanto la presidenta, Beatriz Calzada, como el capitán marítimo, Ignacio Gallego, coinciden en que un vertido de "1.500 litros de combustible en el mar no es nada".
Polémica
Se trata de incidentes aislados y pequeños, que obligan a "actuar" de inmediato porque "preocupan", pero que están lejos de ser "catástrofes naturales" o de convertirse en situaciones contaminación real en las playas.
La polémica suscitada por estos derrames o escapes de combustible ha llegado hasta el Consejo de Ministros, que el año pasado equiparó estos episodios en Las Palmas con una DANA y ofreció a las administraciones la posibilidad de solicitar compensaciones económicas por los daños causados.
Esos perjuicios medioambientales, sin embargo, nunca se produjeron, lo que motivó la intervención de Puertos del Estado para sacar a Las Palmas de la catastrófica declaración, explica Calzada.
Reacción
Esa situación es la que ha motivado la reacción de la Autoridad Portuaria, Capitanía y las empresas del sector, que desde el año pasado realizan simulacros en tiempo real para gestionar posibles episodios de contaminación marina.

El último de estos ejercicios lo organizó la propia administración estatal este mes de marzo, una acción que se completa ahora con la formación que la Autoridad Portuaria y Capitanía Marítima darán en el puerto el próximo lunes.
El curso es de dos horas y está destinado a periodistas y ayuntamientos, con la finalidad de explicar los protocolos y los planes de actuación existentes, además de los recursos disponibles o la necesidad de informar con la "máxima objetividad posible".
Sector estratégico
Calzada recuerda que el suministro de combustible mediante gabarra (bunkering) es la "actividad principal" del Puerto de Las Palmas.
Es un servicio estratégico, situado entre los más potentes de Europa y segundo de España, que permite a consignatarios y otros operadores captar tráficos marítimos.
Esto redunda en el volumen de negocio del puerto. Sin las escalas de esos buques, La Luz no tendría la actividad que tiene, empezando por la fortaleza de sus talleres navales o la cadena logística de repuestos, víveres y otros tipos de asistencias más especializadas.
Datos
En 2024, por ejemplo, se realizaron 12.000 operativas de suministro de combustible en los cinco puertos que gestiona la Autoridad Portuaria de Las Palmas.
El porcentaje de incidencias fue del 0,02 %, destaca Calzada, y la mayoría de las operaciones se realizaron en La Luz, que es considerado un puerto "muy seguro" en el sector del bunkering.
Los datos estadísticos chocan con términos como "catástrofes naturales" o "desastres", que se emplearon el año pasado y han estado cerca de generar una declaración en ese sentido por el Consejo de Ministros.
Alcance
Un vertido de 1.500 litros de combustible al mar "preocupa y se actúa", pero "no es nada", contextualiza Calzada, que considera necesario formar a los técnicos y a los políticos de las administraciones implicadas, sin olvidar a los periodistas.
Gallego añade que un derrame de 1.000 litros de gasoil hace daño, pero es pequeño porque en las operaciones se llegan a suministrar hasta 150.000 litros de hidrocarburos por hora a los buques.
Seguridad y prevención
Existen, además, mecanismos para bloquear el escape en cuestión de segundos. Esto demuestra que las medidas de seguridad y de prevención son eficaces.
Gallego reclama "no inflar los peligros cuando no es necesario", y pone como ejemplo el reciente hundimiento del pesquero 'Montes y Sabino', en Telde, que se prendió fuego en pleno ejercicio nacional contra la contaminación.
Casuística
El 80 % del suministro de combustible en La Luz se efectúa en fondeo por la noche, pero el "nivel de incidencias es muy bajo", subraya el capitán marítimo. Cuando hay tiempo sur y las condiciones son malas se cancelan los servicios.
Las incidencias más relevantes, además, no son causadas por las gabarras, sino por los propios buques, como ocurrió con el incendio de un carguero en Arinaga o con el naufragio reciente del pesquero en Telde.