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Papas de Israel vendidas en Canarias y sacos de papas de Tenerife amontonados en una nave./ MONTAJE AH

Las papas de Tenerife se amontonan en naves mientras los supermercados venden las de Israel

Productores locales de la isla alertan de la competencia de importaciones y la crisis de precios que amenaza la supervivencia del sector

Tomás Alonso es agricultor de toda la vida en Icod el Alto, en el norte de Tenerife. En temporada puede llegar a recoger miles de kilos de papas, muchas de ellas hoy amontonadas en su salón a la espera de poder venderlas. Junto a un socio, venden ya sea a un particular o en un mercadillo. 

Según ha denunciado a través de sus redes sociales y explica a Atlántico Hoy, los agricultores tienen un problema claro: la presencia en los supermercados de papa importada de países como Israel, capaz de suministrar gran cantidad de este tubérculo en estas fechas por estar en temporada.

“Salones como el mío hay bastantes en el norte y ya están entrando papas de fuera. El pez grande se come al pequeño. Cuando compren papas de fuera, piensen en los agricultores y ganaderos”, reivindica Tomás Alonso.

Cosecha de papas en el norte de Tenerife. / CEDIDA

“No podemos regalar la cosecha” 

Tomás explica que este año las papas están “bastante buenas” y se han almacenado muchos kilos. El problema viene, asegura, cuando se empiezan a recoger.

“Cuando empezamos a recoger las papas, muchos compradores que tenemos en la isla, al ver que hay esta cantidad, hacen presión y dicen que no quieren porque están llenos. Así, los precios bajan. Hay agricultores que tienen poquita cantidad y no les importa venderla al precio que les quieren hacer pagar, e incluso entregan las papas a la cooperativa sin precio. Pero hay otra parte, como nosotros, que recogemos cantidades grandes y no podemos permitirnos el lujo de regalar la cosecha”, asegura. 

Importadas o locales 

Agricultores como Tomás están esperando a septiembre porque en agosto el mercado es flojo. "Lo que pasa es que ahora mismo ya sabemos que el precio de la papa puede subir un poco y que podemos vender al coste de pago. Pero nos inundan con papas de fuera importadas. Ahora la gente tiene que elegir entre las importadas o las locales", explica.

Tomás apunta que si vende las papas a 50 céntimos, como se las han venido a comprar, apenas cubre gastos. "No solo se trata de las siembras, sino de la maquinaria, la mano de obra, los fitosanitarios o los abonos", detalla.

Relevo generacional 

Este agricultor tinerfeño no recomienda actualmente a nadie dedicarse al sector primario. “En la zona donde estoy, conocida en su época como Icod de Los Trigos, todo el mundo vivía de la agricultura. Ahora quedamos cinco o seis. La brecha generacional es muy grande y, si alguien me pregunta si esto vale la pena, mientras no cambien las políticas, le diré que no. Tiene que gustarte mucho”, reflexiona. 

Él y otros agricultores piden a las administraciones que sean capaces de frenar la importación, que la hostelería “deje de comer tanta papa congelada” y que apuesten por los agricultores locales.

¿Qué pasa? 

Ahora mismo, la causa de que se esté trayendo esta papa de Israel es por la época del año en la que nos encontramos, ya que se produce más o menos en la misma que en Canarias. "Las papas procedentes de esta zona se están dejando ver en algunas cadenas de distribución determinadas, pero no en todas", explica a Atlántico Hoy el secretario general de Asaga, Theo Hernando. 

Las multinacionales suelen regirse por acuerdos internacionales de suministro, lo que dificulta la prioridad del producto local. “Al final, el mercado es quien manda, somos los consumidores”, apunta. Por ello, desde la organización agraria insisten en la importancia de que los ciudadanos pidan papa canaria. “Este año tenemos en cantidad y en calidad, después de muchos años”, reivindicó Hernando.