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Manifestación en el sur de Tenerife contra el turismo masivo./ REDES

La turismofobia sopla a Canarias en la nuca

La falta de diálogo entre las instituciones y la patronal con la sociedad, así como la carencia de medidas reales puede conducir a un clima más crispado

El turismo en Canarias vive un momento de contradicciones. Mientras la reputación del sector recibe un suspenso por la perspectiva negativa de la población, los datos muestran la realidad de un mercado que todavía no se ha visto afectado, encadenando dos años con más de un millón de turistas extranjeros por mes. 

Agustín Santana Talavera, antropólogo y miembro del Instituto Universitario de Investigación Social y Turismo de la Universidad de La Laguna (ULL), apunta que la falta de diálogo entre las instituciones y la patronal con la sociedad canaria, junto a las acciones contradictorias que perpetúan el modelo actual, se están convirtiendo en “una bola de nieve que va creciendo”, y podría llegar a pasar de las manifestaciones y las negativas en redes sociales a poner al turista en el foco, es decir, turismofobia. 

Creciente tensión social

El último Barómetro de Percepción Turística elaborado por la consultora LLYC refleja que, tras las protestas contra la masificación turística, la huelga del sector en Semana Santa y el agravamiento del problema de la vivienda, entre otras aspectos, la nota de la reputación turística en Canarias ha caído por debajo del aprobado: 4,5 puntos sobre 10 en el segundo trimestre del año.

Para Santana Talavera, la clave es reconocer que el problema no está aún en los resultados económicos inmediatos, sino en la creciente tensión social y en la percepción local de saturación

Más allá de este barómetro, “sí hay percepción de saturación y eso lo sabemos nosotros por otros estudios. Cada vez hay más turistas, eso es objetivo, y el turismo está más disperso por el territorio debido a las viviendas vacacionales”, explica, lo que deriva en otros problemas que atraviesa el Archipiélago. 

Contradicciones 

Aunque las instituciones y parte del empresariado aseguran que “se están dando pasos hacia un modelo más sostenible”, Santana Talavera advierte que hay “contradicciones” en la planificación: “Mientras se habla de cambios, se siguen aprobando nuevas camas hoteleras o proyectos como Cuna del Alma. Y se rechaza una tasa turística mientras se aprueba el céntimo forestal que afecta a los residentes”, denuncia.

Para el antropólogo, la clave está en la falta de un debate real y transparente sobre el modelo turístico que se quiere para Canarias, ya que “las administraciones hablan de que estamos en la senda del cambio, pero nadie ha dicho hacia qué modelo ni qué factores concretos se están tocando”. “No se están tomando medidas de verdad o no se están presentando, al menos. Y si la gente no lo ve, da igual lo que se haga”, sentencia. 

Turismofobia

Por ello, uno de los principales problemas que se presentan es la falta de diálogo entre las diferentes patas  — instituciones, empresariado, sociedad y fuerza de trabajo —, según el experto. Además de que, “las administraciones y el sector han subestimado la percepción negativa de la población local”, considera.

Santana Talavera advierte que “si no se hace nada por mejorar esta percepción, conduce a una bola de nieve que va creciendo. Primero se expresan molestias, luego llegan las pintadas y después comienzan a tomar a los turistas como la representación de todos los males. Ahí empezamos con eso que llaman turismofobia. Entonces sí podemos llegar a unos límites que empiecen a dañar de verdad el destino”. 

Necesidad de estrategias 

Aunque por ahora no hay evidencia de un impacto real en la demanda turística, el investigador insiste en que este clima social puede acabar dañando de verdad el destino si se cronifica al no atender las peticiones.  

“Podemos llegar a unos límites con problemas de satisfacción, disminución de demanda... cuestiones que creo que nadie quiere. Hay que ponerle atención y pensar en estrategias de futuro a medio y largo plazo”, reclama.