El “céntimo forestal” ha reabierto en Canarias el debate sobre los modelos de financiación ambiental. Mientras se cuestiona por qué se rechaza la idea de una “ecotasa turística” y se aprueba este impuesto, organizaciones como Fénix Canarias subrayan que son herramientas muy distintas, con objetivos y usos diferentes.
Se trata de un recargo de 0,02 € por litro de combustible con destino exclusivo a la prevención de incendios y restauración forestal, lo que supondría, según la asociación, una “financiación estable y finalista” para mantener la gestión del monte canario de forma continua, ante las sequías, incendios cada vez más destructivos, abandono rural y pérdida de biodiversidad.
“Cuando se puede”
Fénix Canarias expone, a través de un hilo de la red social X, que tras un gran incendio suele haber inyección de recursos públicos, contrataciones extraordinarias y anuncios de vigilancia reforzada. Sin embargo, una vez que la emergencia pasa y el foco mediático se disipa, el dinero también desaparece.
Muchas intervenciones forestales se acaban realizando “cuando se puede”, de forma puntual o sólo tras emergencias, sin la planificación e intensidad necesarias para prevenir nuevos incendios.
Prioridades presupuestarias
El problema principal de este panorama es que “la gestión forestal compite con otras prioridades presupuestarias —carreteras, puertos, infraestructuras— y casi siempre pierde”, recuerdan desde la asociación.
Ponen de ejemplo el dinero invertido en el Puerto de Granadilla, en Tenerife, que costó 450 millones de euros, lo que habría financiado medio siglo de gestión forestal continuada para adaptar el monte canario a formaciones más naturales y resistentes al fuego.
Ecotasa vs céntimo forestal
El céntimo forestal aparece como solución a esta falta de inversión directa al monte canario. No obstante, el debate se encona porque la carga del céntimo forestal recaería principalmente en los residentes, que repostan combustible de forma habitual. En cambio, una “ecotasa turística” afectaría sólo a visitantes.
Pero Fénix Canarias explica que son instrumentos distintos por naturaleza jurídica y destino: la ecotasa es una tasa vinculada a la prestación de un servicio público o al uso de bienes de dominio público — por ejemplo, pernoctar en alojamientos turísticos — y no puede destinarse libremente a políticas generales como la gestión forestal. Además, aunque se podrían diseñar fórmulas para invertir parte de la ecotasa en el monte, su recaudación no estaría necesariamente vinculada y requeriría amplios consensos y regulación específica, añaden.
Para la asociación este impuesto no sustituye a otros también necesarios, como la ecotasa turística, la fiscalidad ambiental justa o la mejora del transportes, pero “permite empezar ya, con una herramienta concreta, regulada y pensada para proteger nuestros montes”.
Destino del dinero
Es así que recalcan que el céntimo forestal no puede usarse para nada más que prevención de incendios y restauración forestal. El dinero recaudado se destinará a medidas como creación de viveros y repoblación con especies nativas; apoyo a la gestión agroforestal y lucha contra el abandono rural; eliminación de especies invasoras; reducción de densidad en pinares repoblados para mejorar la biodiversidad y reducir riesgo de incendios.
Asimismo, se destinaría también a la protección frente a erosión, desertificación y escorrentías, además de la selvicultura preventiva en zonas con alto riesgo de incendio, con especial atención a la interfaz urbano-forestal. En la práctica, este impuesto permitiría financiar actuaciones continuadas en el tiempo, no sólo reacciones tras cada desastre.
Un euro al mes
Desde Fénix Canarias, estiman que por cada euro invertido en medidas preventivas se pueden ahorrar entre 4 y 7 euros en costes de extinción y restauración tras un incendio. La estimación más habitual del coste para el usuario es de alrededor de 1 € al mes por vehículo, lo que se podría considerar una inversión modesta teniendo en cuenta que los montes canarios no son solo un recurso paisajístico o turístico, sino que regulan el clima, almacenan agua, protegen suelos, previenen catástrofes y sostienen biodiversidad.
Por ahora, sólo Tenerife y Gran Canaria han solicitado aplicar el céntimo forestal, en parte porque son las islas con una política forestal activa, estructuras técnicas y planes de gestión capaces de ejecutar de forma eficaz los fondos recaudados, apunta el hilo de la asociación.
Gran Canaria y Tenerife
El Cabildo de Gran Canaria formalizó en junio de este año la implantación del “céntimo verde” tras finalizar el verano. La entidad insular estima una recaudación adicional de más de cuatro millones de euros anuales, que se destinarán a prevención, reforestación, agricultura de montaña, pastoreo prescrito y lucha contra la erosión.
En el caso del Cabildo de Tenerife, la entidad aprobó el gravamen el 2 de julio con la intención de implantarlo a finales de año. Quedarán excluidos tanto los vehículos destinados al transporte de mercancías como los del transporte público de pasajeros.



