[Vídeoblog] La diversificación de la economía canaria pasa por la formación

Las administraciones públicas de las Islas tienen la oportunidad de situar a la región en la avanzadilla de la cuarta revolución industrial

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La diversificación de la economía de Canarias funciona, cada cierto tiempo, como una especie de comodín. Es cíclico. Se habla del asunto, de rebajar la dependencia de las Islas respecto al turismo, cuando quiebra una gran compañía —como Thomas Cook—, cuando sufrimos una gran crisis —como en el crac de 2007— o cuando pasa algo tan extraordinario que se para el mundo —como durante la pandemia provocada por el Covid-19—. 

Como concepto, en general, la idea no está mal pese a que algunos, durante los últimos tiempos, la hayan confundido con algo tan peligroso como la turismofobia. No olvidemos un par de datos: el turismo genera el 35% del producto interior bruto de las Islas, sólo el año pasado visitaron el Archipiélago 12,3 millones de viajeros y la estimación para este año es que la cifra llegue a los 16 millones. Guste o no, el sector ha sido fundamental en el desarrrollo de Canarias durante el último siglo.

Más que ventajas fiscales y buen clima

Entre esta realidad y el recuerdo que dejó la pandemia han provocado que la idea de la diversificación económica vuelva a sonar con fuerza. Sobre todo ahora que se acercan las elecciones. Canarias ofrece unas condiciones fiscales, a través de su Zona Especial, que pueden atraer a grandes multinacionales. 

Pero más allá de esas ventajas, las administraciones públicas de las Islas tienen la oportunidad de situar a la región en la avanzadilla de la cuarta revolución industrial: los tiempos de la industria pesada, de sectores de extracción y transformación primaria de la materia prima, empiezan a ser un viejo recuerdo para dejar paso a nuevas tecnologías, la industria audiovisual, la energía sostenible o la economía azul.

Sistema educativo

Pero nada de eso será posible si no hay cambios en el sistema educativo de Canarias. El informe PISA, referente para las grandes empresas a la hora de buscar nuevos nichos, es demoledor con las Islas. Las compañías ya radicadas en nuestro territorio lamentan continuamente la falta de mano de obra cualificada. Y las universidades públicas mantienen programas obsoletos, del siglo pasado, con poca salida. La FP Dual aparece como la gran esperanza, pero la apuesta debe ser decidida y no partidista. 

Las fuerzas políticas deberían tener alturas de miras y alcanzar un pacto real para remodelar nuestra educación, porque si no el resultado será el de siempre para las Islas: las empresas recurrirán a profesionales foráneos y el trabajo precario será para los canarios y las canarias.