Se llama Diego Rombolá y es el dueño de una de las productoras de bebidas espirituosas más importantes de Canarias, Destilería Santa Cruz, que fabrica marcas como Ron Santa Cruz o Macaronesian Gin, titulares indiscutibles en los estantes de los supermercados canarios.
Es el empresario canario detrás del relanzamiento de una de las fábricas de cerveza más prometedoras de Madrid en la última década, Cervezas La Vigen, que cesó sus actividades en marzo 2024 tras un agridulce enfrentamiento con el Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid, donde tenía la fábrica, pero que venía años acumulando millones de euros en pérdidas.
Las marcas
Rombolá supo ver la oportunidad para rescatar con un nuevo proyecto la esencia de La Virgen. Sus productos se llaman Cerveza Amiga y Mad91, unas nuevas marcas con una imagen y una esencia muy similar al de la extinta cervecera roceña. En 2024, el empresario canario lanzó la empresa Cervecera Madrileña Independiente S.L., que gestiona estas nuevas enseñas. Poco después compró la antigua fábrica de La Virgen y está preparándose para abrirla al público.
Y ahí está el quid de la cuestión, en abrirla al público. No es una expresión en sentido figurado, sino que es la verdadera esencia de aquella fábrica y una de las varias razones que convirtieron a La Virgen en probablemente la marca emergente más prometedora de Madrid: su concepto de taproom, o consumo en la propia productora. De hecho, durante siete años consecutivos, La Virgen Lager fue reconocida como la mejor lager de España en los prestigiosos World Beer Awards, los Cannes de la cerveza, por delante de Mahou, Estrella de Galicia o Estrella Damm, según explicó en un artículo para el digital Anuncios Ángel Riesgo, unos de sus fundadores.
Siempre llena
Si algo llamaba la atención de aquella fábrica durante los años que estuvo abierta era lo difícil que era conseguir mesa para poder sentarse a beber una de sus múltiples versiones de cerveza y comer una hamburguesa o un perrito caliente servidos de un foodtruck.
La Virgen estaba siempre atestada de clientes que venían de todos los rincones de la Comunidad de Madrid. Por eso fue un shock cuando en 2024, después de meses de disputa con el Ayuntamiento de Las Rozas de Madrid por una cuestión de licencias, acabó cesando operaciones, despidiendo a todos sus trabajadores y liquidando la empresa.
Declive
Fundada en 2011 en el polígono Európolis, la marca se había convertido en un símbolo del movimiento craft de Madrid gracias a este modelo, pero, con el paso de los años, el espacio había dejado de ser solo un punto de degustación y había comenzado a funcionar como un auténtico bar. El foodtruck dio paso a una cocina, se ofrecía comida y se organizaban eventos, conciertos y celebraciones. Lo que en origen era una fábrica con catas se transformó, de facto, en un restaurante con fábrica.
A finales de 2023, el Ayuntamiento de Las Rozas inició una revisión de licencias en el polígono Európolis, tras detectar varios negocios que operaban con usos distintos a los autorizados. La Virgen fue uno de los casos más visibles, pues el suelo donde estaba la fábrica era industrial y no estaba prevista una actividad hostelera.
El consistorio solicitó a la compañía que regularizara su situación, pero el cambio de licencia resultó inviable porque el local no reunía las condiciones urbanísticas para obtener un permiso de restauración. En marzo de 2024, Las Rozas dictó orden de cierre por incompatibilidad de usos y la fábrica cesó su actividad, cosa que sorprendió profundamente al ayuntamiento del municipio madrileño porque La Virgen sí que tenía licencia para producir su cerveza, ya que era una fábrica en suelo industrial.
Deuda
Pero detrás del cierre, justificado por los dueños a cara de perro en el precinto municipal e incompatibilidad de usos del suelo, venían varios años de pérdidas millonarias que el público general jamás advirtió. En 2017, los fundadores de La Virgen habían vendido la empresa a AB inBev, el mayor grupo cervecero del mundo, propietario de grandes marcas como Budwaiser, Stella Artois o Corona y, en Canarias, de Dorada y Tropical.
La Virgen había llegado a su límite de capacidad en Las Rozas, con una producción cercana al millón de litros anuales. Necesitaba inversión para ampliar sus canales de distribución y exportación, y el gigante cervecero belga estaba muy interesado en adquirir marcas que explotasen el concepto de cerveza artesanal que tanto estaba pegando entre los jóvenes españoles. En los años previos a la venta, La Virgen estaba facturando más de 1,5 millones de euros anuales.
Pero no es plata todo lo que reluce. Ángel Riesgo, uno de los fundadores de la empresa, explicó en 2024 que AB inBev no había sabido gestionar bien la marca, reduciendo mucho su inversión en márketing, sacando a La Virgen de los canales de distribución contratados con Mahou y despidiendo al resto de fundadores que permanecían en la compañía tras finalizar el plazo acordado en el acuerdo de compraventa de la empresa. Eso, sumado a la pandemia de la COVID-19, había dejado a la cervecera con unas pérdidas millonarias que, en 2022, se estimaban en 17 millones de euros acumulados.
Cierre de la fábrica
Los Riesgo, al enterarse en 2024, intentaron recomprar a AB inBev la marca, pero la multinacional prefirió cerrar y despedir a todos los trabajadores. Desde entonces, la fábrica estubo trístemente cerrada en el polígono industrial Európolis hasta que el canario Diego Rombolá entró en juego con Cervecera Madrileña Independiente SL.
Ahora la nueva cervecera volverá a los orígenes, esta vez con un nuevo uso del suelo en el ordenamiento urbanístico, que permitirá a la empresa de Rombolá volver a servir comida en la fábrica, ahora de Cerveza Amiga y Mad91. El 11 de junio de 2025, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó la “Modificación Puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Las Rozas de Madrid en el ámbito PR.V-1 y resto de suelo de Európolis”. La reforma permite una “flexibilización de los usos y actividades a implantar en el polígono, adecuándolos a las necesidades funcionales actuales”.
Vuelve la fábrica de La Virgen y vuelve el concepto de taproom, esta vez con capital canario detrás y un entusiasta empresario de larga trayectoria en marcas de bebidas alcohólicas con su destilería tinerfeña, pero también con experiencia en el mundo de la hostelería del Archipiélago. Y, sobre todo, con nuevas caras y recetas: Amiga y Mad91.