Las razones por las que la erupción de La Palma es un reclamo turístico

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volcán de la palma- efe
volcán de la palma- efe

Las declaraciones de la ministra de Turismo de España Reyes Maroto invitando a los turistas a desplazarse a La Palma para contemplar el “espectáculo maravilloso” que supone la erupción del volcán de El Paso trasladan a la opinión pública la disyuntiva entre el potencial turístico que este fenómeno de la naturaleza puede suponer y los cuantiosos daños personales y materiales que puede llegar a causar.La ministra del ramo abogaba por que esta erupción podía abrir una ventana de oportunidad para la llegada de un turismo “de volcanes” que diera un valor añadido a la ya de por sí variada oferta turística de la Isla Bonita. No obstante, sus palabras fueron contestadas por numerosos rivales políticos como Teodoro García Egea, secretario general del PP, o Ana Oramas, representante de Coalición Canaria en el Congreso, quienes se apresuraron a afear las declaraciones de Maroto en un momento en el que se cuentan por cientos las viviendas afectadas y miles de personas han tenido que ser evacuadas.Lo cierto es que, según ha investigado AtlánticoHoy, si bien se puede discutir lo adecuado de las palabras de la dirigente socialista en un momento en el que la población palmera vive con la incertidumbre de saber qué pasará con sus casas o negocios, es innegable el potencial turístico que un evento como este puede reportar a la economía de la isla.Un buen ejemplo de ello es Islandia y el caso del volcán Eyjafjallajökull, que en el año 2010 puso en jaque a gran parte de la Europa continental debido a la nube de ceniza volcánica que se elevó varios kilómetros en la atmósfera y paralizó de facto el tráfico aéreo que la circundaba en el mes de abril de aquel año, afectando a más de 10 millones de pasajeros. Cinco meses después más de 260.000 personas habían visitado el país nórdico atraídos por el espectacular paisaje. Según reconoció entonces la directora de su Oficina de Turismo Sigridur Dögg Gudmundsdottir “la gente nos preguntaba si lo encendimos a propósito”. Ya en 2019 casi dos millones de personas visitaron la isla de poco más de 365.000 habitantes, consolidando su sector turístico como uno de los principales pilares de la economía islandesa, con un 8,1% del PIB. Hay que resaltar que nueve años antes, fecha en la que despertó el volcán, el país recibió 488.600 visitantes, que para ponerlo en contexto, supuso sólo un 2,7% menos de los que llegaron 2009.En un trayecto de ida y vuelta regresamos a La Palma, que en 1971 vivió la última erupción acontecida en España, la del volcán Teneguía que durante 24 días sobrecogió a la sociedad de entonces, lo que atrajo a miles de curiosos venidos de todas partes del mundo. El corresponsal de La Vanguardia en aquella época escribía que “es tanto el interés por conocer esta espectacular panorámica, que están agotadas las plazas de los servicios de comunicaciones”. El valor paisajístico de la orografía resultante derivó en una diversa oferta concebida para disfrutar de sus vistas, entre las que destacan la práctica del senderismo, las rutas en bicicleta y camello o el parapente. Alejada del turismo de masas que ya se practicaba en Tenerife, La Palma redirigió su oferta hacia un turismo especializado que halló su máximo exponente en el Teneguía, capitalizando en gran medida el interés por la Isla Bonita.Según varios testimonios de quienes recuerdan la erupción desde la isla de Tenerife se atisba un fenómeno turístico similar al vivido hace 50 años. La vecina de Santa Cruz Mery Yanes habla con mucho cariño de su viaje junto a su marido Juan para ver la lava brotar en los 70, y hoy, tantos años después, volverá con gran parte de su familia este mismo fin de semana para disfrutar de este hecho único. Por otra parte, hay que contar con la difusión que la comunidad científica hará de este acontecimiento y que ha empezado a verse reflejado en sectores como es el del alquiler de coches, donde ya se ha percibido la llegada de buen número de científicos y profesionales que aterrizan en la Isla para conocer y monitorizar la actividad del volcán, como confirmó a AtlánticoHoy Juan Carlos Curbelo, jefe de reservas de CICAR, la mayor compañía de alquiler de coches en Canarias.Además de los ejemplos ya citados, hay otros ejemplos de los beneficios en el ámbito turístico que tradicionalmente han venido acarreados de las erupciones volcánicas. Sirva como ejemplo el archipiélago de Hawaii, que comenzó a recibir turismo relacionado con los volcanes el siglo XIX y que desde entonces ha desarrollado un modelo turístico asociado a la vulcanología que se ha mantenido en el tiempo, gracias, en parte, a la intensa actividad del volcán Pu’u ‘O’o, en activo desde 1983, lo que lo convierte en la zona de erupciones más longeva de los últimos dos siglos. También es de reseñar el volcán de Sakurajima, en la península de Osumi, uno de los volcanes más estudiados y visitados del mundo, famoso por sus aguas termales (en coincidencia con La Palma y sus aguas de Fuente Santa, sepultadas en su día por el Teneguía) y que se erige como una de las principales atracciones de Japón.Como se puede inferir de lo dicho hasta ahora queda de manifiesto que las erupciones volcánicas tienden a producir un aumento de la actividad turística que repercute directamente en las economías locales, si bien no hay que obviar las pérdidas ocasionadas a particulares y empresarios, grandes o pequeños, que se enfrentan a pérdidas todavía difíciles de cuantificar, sobre todo en lo que a los efectos personales se refiere y su valor sentimental. También a las Administraciones Públicas, cuyas infraestructuras quedan dañadas por el paso irrefrenable de esta fuerza de la naturaleza con los consecuentes gastos adicionales que ello supone para la rehabilitación de carreteras, reacondicionamiento de servicios y ayudas, directas o indirectas, a los que tiene que hacer frente.Es por ello que las palabras de la ministra Reyes Maroto, faltas de sensibilidad con los perjudicados por la erupción, pero sin más consideraciones aparte de lo referido estrictamente al sector turístico, invitan a creer que el nacimiento del nuevo volcán, aun sin nombre, supondrá un impulso al mercado turístico de La Palma.

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