La empresa ECOS, Estudios Ambientales y Oceanografía, ha sumado un nuevo hito a su trayectoria: este jueves recibió un galardón en los Premios Canarias a la Excelencia Empresarial que entrega el Gobierno regional. La compañía ha logrado abrirse paso en un sector que tenía poco peso en la economía de las Islas cuando arrancaron hace 18 años.

Su fundador y director, Manuel Ruiz, ha concedido una entrevista a Atlántico Hoy en la que reflexiona sobre los desafíos ambientales que enfrenta el Archipiélago. La empresa, además de centrarse en la consultoría medioambiental, desarrolla estudios de impacto y calidad de las aguas, así como proyectos vinculados a la transición energética.

[Pregunta] Recibir un galardón en los Premios Canarios a la Excelencia Empresarial del Gobierno siempre es motivo de alegría. Pero más allá del reconocimiento, ¿qué implica para ustedes? Se lo pregunto porque cada vez se apuesta más por la ciencia en esta tierra.

[Respuesta] Para nosotros, que llevamos 18 años como empresa, es un espaldarazo brutal. Tanto mi socio como yo veníamos de la ciencia, sin una formación empresarial específica. Con los años nos hemos tenido que ir adaptando, pero sobre todo poniendo al equipo en el centro de todo. Hoy en día parece que cuando las compañías van creciendo, las personas se transforman en números.

Hace 18 años, la ciencia tenía menos peso que ahora en el Archipiélago. Puede parecer que al tener un nicho de mercado casi vacío es más fácil, pero no sé si es como lo percibieron ustedes en aquella época.

Complicaciones surgen siempre, sobre todo en sectores que no son tan habituales. Hace unos 20 años, las actividades de consultoría ambiental estaban más ligadas a las universidades y centros de investigación. Durante ese tiempo hemos tenido que hacernos un hueco y poco a poco nos ha estimulado el aumento de la conciencia ambiental que existe en las empresas debido, por ejemplo, al cambio climático.

¿El asunto ha ido más allá?

También ha conseguido que nuestro sector tenga cada vez un papel mucho más troncal en la sociedad y en los negocios.

Conciencia empresarial

El trabajo de Ecos está centrado, entre otros, en la consultoría ambiental tanto marina como terrestre. ¿Las empresas en las Islas han ganado conciencia en este ámbito? ¿Tienen vocación por ser sostenibles o lo hacen porque es lo que toca hoy en día?

Hay de todo. Hace ocho o diez años te podían llamar unas empresas para decirte que necesitaban un estudio ambiental de cara a cubrir un trámite. Hoy en día nuestro papel está mucho más asociado al desarrollo del proyecto. Trabajamos con el equipo de ingeniería y nuestra opinión tiene mucho más valor. Muchas compañías e incluso administraciones tienen en cuenta que vale la pena hacer las cosas bien.

En ECOS han desarrollado múltiples proyectos en el mar: un estudio de Impacto Ambiental para el Puerto Deportivo de Meloneras, un seguimiento de la calidad del agua en los puertos de la provincia de Las Palmas o un análisis para el desarrollo del parque eólico marino Gofio en el sureste. ¿Qué conclusiones sacan? ¿Cómo están nuestros océanos?

Quizás no es la mejor semana para preguntar cómo están las costas, sobre todo en el sureste de Gran Canaria con cierres [de algunas playas] por contaminación biológica. Pero todavía nos queda mucho por hacer. El océano tiene una capacidad de regeneración brutal pero necesitamos hacer más.

¿Hace falta una mayor conciencia?

En zonas como Canarias con más de la mitad del territorio protegido, donde dependemos principalmente del turismo, tenemos que ser conscientes de que no podemos matar esa gallina de los huevos de oro. Todo depende de los ecosistemas.

En definitiva, falta camino por andar. 

Todavía nos queda mucho por hacer en gestión de vertidos, en gestión de las costas o en contaminación. Y ya no solo desde el punto de vista marino sino que cualquier escorrentía o lluvia puede llevar gran parte de contaminación. Todos debemos ser mucho más conscientes de lo que tenemos y poner nuestro granito de arena para conseguir un cambio real.

Vertidos al mar

Canarias tiene un problema recurrente: los vertidos al mar. Sin ir más lejos, la semana pasada, como usted comentaba, cerraron varias playas en Gran Canaria por contaminación. ¿Por qué se dan situaciones así? ¿Es un reto para compañías como la suya?

Se trata de un reto y creo que es solventable. Coincide también con que las épocas de septiembre, octubre e incluso noviembre son momentos de cierta calma marina donde las corrientes disminuyen y se ve incrementado [la contaminación por vertidos]. Todavía es uno de los grandes retos que nos quedan por resolver.

¿Es viable hacerlo?

Hoy en día hay estrategias desde la planificación marítima para compatibilizar usos, reducir los efectos sinérgicos y sobre todo reducir los episodios de contaminación. Son muchos los factores que pueden influir. Sobre todo trabajar en la prevención, que a la larga es mucho más rentable que dedicarse a la resolución de problemas.

¿Por dónde hay que empezar? ¿Cuáles deben ser los primeros pasos?

Canarias tenía el pasado mes de julio 403 puntos de vertidos desde tierra al mar en el Archipiélago, de los que 291 no disponían de una autorización vigente. Primero hay que saber lo que vertemos, cómo lo vertemos y tener información. Creo que eso es fundamental a la hora de poder plantear soluciones. Y luego empezar a trabajar desde las administraciones en medidas preventivas.

¿Y ser más exigentes?

Tenemos que ser mucho más estrictos en el control, puede ser desde las sanciones, el seguimiento ambiental o poder evaluar del mismo modo a diferentes fuentes de vertidos. Las empresas tienen que saber que están obligadas a cumplir.

Sistema energético

Hace unos días conocimos la noticia de que el Gobierno de Canarias estudia colocar un buque en el Puerto de Las Palmas para suministrar a la isla de energía y evitar futuros apagones. Entiendo que el mar aporta mucho desde el punto de vista tecnológico, de investigación y energético.

Efectivamente. Lo que hace 15 o 20 años se veía como algo imposible por las profundidades en las que trabajamos, hoy en día es viable. A día de hoy ya hay tecnologías en esa línea igual que plantas desaladoras en buques que se mueven en función de la necesidad del territorio. La tecnología avanza mucho más rápido que la legislación y tenemos que ser ágiles para poder adaptarnos a lo que viene.

¿Cuál es la situación actual?

Tenemos el territorio de España con mayor coste energético, dependemos prácticamente íntegramente de quemar carbón. Contamos con grandes bondades naturales y biodiversidad y tenemos que buscar la manera de trabajar en ese equilibrio con las renovables. Incluso ser incluso autosuficientes energéticamente.

¿Es sencillo el trámite?

Es verdad que no vale cualquier sitio, que hay que analizar muy bien dónde ponerlas y cómo hacerlo, pero es posible. Todo depende de ciertas regulaciones de la administración y todo eso hace que se vaya yendo ese tren. De esos proyectos de renovables que en su momento parecía que iban muy rápido y ahora parece que van muy lento.

Energías renovables

La teoría es clara: el Archipiélago es un entorno privilegiado para aprovechar las energías renovables, desde la eólica hasta la fotovoltaica por todas nuestras horas de sol. Ahora bien, ¿se les saca el suficiente partido o aún queda camino por recorrer?

Tenemos un territorio limitado y no siempre se pueden poner proyectos en muchos sitios. Tanto en Tenerife como en Gran Canaria tenemos el sureste de las islas bastante condensados en cuanto a renovables. Tenemos que empezar a plantear proyectos de repotenciación e hibridación de fotovoltaica con eólica. Debemos mejorar la toma de decisiones en la ubicación de las zonas donde ponerlas y ser más ágiles en las tramitaciones.

Si nada cambia el devenir de los acontecimientos, San Bartolomé de Tirajana se puede convertir en el primer punto de España en tener molinos frente a su costa para generar energía eólico-marina. ¿Será una buena oportunidad?

Considero que sí. Entiendo que si es el primer proyecto, tendrá un foco internacional. Tiene que ser un proyecto ejemplar donde se acuerde y se trabaje con todos los usuarios, agentes y sectores implicados. Sería un mito ya no solo para Canarias, sino para el sector de la industria eólica flotante a nivel mundial. Puede atraer a un turismo que esté más a favor de destinos verdes.

Turismo

Las Islas tienen cada día más población, no solo residente, sino que también se deben sumar los 18 millones de turistas que visitan Canarias cada año. ¿La planificación ambiental se ha hecho de forma correcta o hay que empezar a trabajar cuanto antes para evitar efectos negativos?

Hay que empezar a trabajar cuanto antes porque todavía estamos gestionando con unas herramientas que fueron diseñadas para otra carga de trabajo y de turismo. Hay que tener la agilidad de actualizarlo y proponer medidas que sean escalables. No soy especialista en turismo, pero desde el punto de vista ambiental es fundamental evaluar la capacidad de carga de los territorios. Se está viendo con Maspalomas, donde están gestionando el acceso.

¿Cómo se conjuga investigar el estado del medioambiente sin causar demasiado impacto sobre él?

Es algo que debemos tener en cuenta siempre. Nosotros lo tenemos muy arraigado con todas las normas y certificaciones que tenemos de gestión y de calidad como entidad colaboradora con la administración en materia de contaminación ambiental. Buscamos siempre la forma de poder trabajar con el menor impacto posible. Contamos, al igual que el resto de empresas del sector, con un personal que tiene mucha vocación ambiental. Y en el caso de los barcos, optimizamos las rutas.