Fibras Naturales Canarias nació en 2021 como spin-off de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con un propósito claro: dar valor a los residuos agrícolas. Su CEO, Néstor Santiago Ávila, lo resume así: “Queremos crear una economía circular en Canarias que diversifique la economía de las islas”.
Aunque comenzaron trabajando con el tronco de la platanera —el conocido rolo—, su objetivo va más allá: explorar otros residuos naturales como el yute o la lana. “Nuestra visión es aprovechar cualquier recurso natural para obtener nuevos productos en las islas”, afirma el joven emprendedor.
De residuo a producto útil
Del rolo extraen tres materias primas: fibra natural, pulpa y agua. Con ellas desarrollan distintas líneas de negocio que van desde filamentos para impresión 3D hasta mobiliario sostenible y souvenirs hechos en Canarias. “En el caso del agua, la estamos certificando como fertilizante natural. Y con la fibra producimos filamento 3D para fabricar desde trofeos hasta decoración de interiores”, explica Ávila.
El impacto medioambiental es doble: se evita que miles de toneladas de residuos agrícolas acaben desechadas y se generan productos con valor añadido. “Queremos que ocurra en Canarias lo mismo que en Portugal con el corcho: que la fibra de platanera se convierta en un sello de identidad”, asegura.
Retos de una industria pionera
Construir una industria desde cero no ha sido fácil. Sin inversión inicial y sin apenas infraestructuras, el equipo tuvo que diseñar sus propias máquinas y acudir a talleres locales. “Lo más importante ha sido la paciencia y la resiliencia. Aquí no tenemos un ecosistema industrial como en Bilbao, donde puedes probar materiales en fábricas ya existentes”, admite Ávila.
El apoyo de premios y subvenciones ha sido vital para avanzar paso a paso. Gracias a proyectos competitivos han conseguido adquirir maquinaria, contratar ingenieros y desarrollar procesos propios. “Si no hubiéramos ganado esos premios, hoy no estaríamos aquí”, reconoce.
Alianzas clave en Canarias
La empresa destaca por su capacidad de tejer alianzas. Como spin-off, la universidad les aporta credibilidad y conocimiento técnico. También instituciones como la Mancomunidad del Norte o el Cabildo de Gran Canaria se han convertido en socios estratégicos. “El Cabildo no solo nos ha apoyado con subvenciones, sino también como cliente. Ese tipo de alianzas son esenciales porque este proyecto no es solo nuestro: es de todos los canarios”, señala el CEO.
La acogida en las islas ha sido positiva desde el inicio, con empresas e instituciones interesadas en incorporar sus productos. “Se nos acercan cada vez más entidades para proponer colaboraciones y eso nos demuestra que vamos en el camino correcto”, comenta.
ADN sostenible
Si algo distingue a Fibras Naturales Canarias es su compromiso con la sostenibilidad. La empresa no tuvo que adaptarse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sino que nació con ellos en su esencia. “Más que implementarlos, lo que hacemos es ponerles nombre a lo que ya veníamos haciendo”, explica Ávila.
Desde reutilizar embalajes y piezas defectuosas de impresión 3D para fabricar tablones hasta alimentar toda su producción con energía fotovoltaica, la compañía se esfuerza por generar “prácticamente cero residuos”. “Soy muy quisquilloso con eso: aquí no se tira nada”, recalca.
Un mensaje para emprendedores
Con solo unos años de recorrido, el proyecto ya ha demostrado que es posible transformar un residuo agrícola en motor de innovación. Para Ávila, el mensaje a otros emprendedores es claro: “Haciendo las cosas bien se puede lograr. Habrá piedras en el camino, pero son parte del juego. Canarias es un lugar ideal para proyectos de innovación y tenemos el talento para sacarlos adelante”.
Su visión es sembrar hoy para cosechar mañana: un futuro donde la fibra de platanera sea tan reconocida como el propio plátano canario.
