La borrasca Bernard convierte en un caos las calles de Las Palmas de Gran Canaria

Desde las 18:00 del domingo la borrasca comenzó a arreciar, provocando inundaciones, colapso de alcantarillas y desprendimientos de rocas

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Inundaciones en Guanarteme (izquierda) y a la salida del Centro Comercial La Ballena en la GC-23./ MI PLAYA DE LAS CANTERAS / POLICÍA LOCAL DE LPGC
Inundaciones en Guanarteme (izquierda) y a la salida del Centro Comercial La Ballena en la GC-23./ MI PLAYA DE LAS CANTERAS / POLICÍA LOCAL DE LPGC

La borrasca Bernard ha pasado por Las Palmas de Gran Canaria y lo ha puesto todo patas arriba. Sobre las 18:00 horas de este domingo comenzó a llover con intensidad en la capital grancanaria, arreciendo durante toda la noche. El saldo: calles anegadas, autopistas intransitables y hasta 28 litros por metro cuadrado en algunas zonas como Tafira.

El sistema de alcantarillado de la ciudad ha demostrado no estar a la altura para las cada vez más habituales borrascas. Tapas colapsadas, agua embalsada y hasta una imagen del todo desagradable de aguas fecales descargando en Las Canteras por el colapso de las alcantarillas de Guanarteme.

Inundaciones

El tráfico tuvo que restringirse en la GC-23 por una inundación en salida del túnel del Centro Comercial La Ballena en sentido GC-3. La avenida Marítima y en Mesa y López, entre otras vías, también se vieron comprometidas.

Precisamente la GC-23 fue de las vías más afectadas, con un gran embolsamiento de agua que bloqueó dos de sus tres carriles. La circulación volvió a la normalidad sobre las 22:00 horas después de que Conservación de Carreteras del Cabildo de Gran Canaria tuviese que achicar el agua embalsada.

El sur

En el sur de la capital, más de lo mismo. El carril de salida de la avenida Marítima hacia las zonas de Hoya de la Plata y Pedro Hidalgo quedó anegado y la Policía Local tuvo que pedir a los conductores que utilizasen otros caminos para dirigirse a esos barrios. En El Lasso, según relataron los vecinos, el agua corría llena de barro calle abajo.

La lluvia provocó también el desprendimiento de varias piedras en carreteras como la GC-300, la GC-340 y la GC-21.