En un rincón apartado de las rutas turísticas más transitadas de Gran Canaria, existe un lugar que ha sido comparado con Grecia. Este sitio no solo es hermoso por su arquitectura y su ambiente, sino también por sus paisajes naturales y la tranquilidad que ofrece.
Se encuentra en el norte de la isla, donde los paisajes volcánicos y los acantilados hacen que el lugar sea aún más espectacular. Aquí, puedes disfrutar de un paraíso sin las aglomeraciones de los destinos más conocidos.
Un puerto con todas las comodidades
El puerto al que nos referimos es un punto estratégico, ya que cuenta con ‘travelift’, gasolinera y servicio de capitanía con vigilancia las 24 horas del día.
Además, este puerto tiene capacidad para hasta 160 embarcaciones de hasta 14 metros de eslora, con un calado de 10 metros en pleamar y 2 metros en bajamar, lo que lo convierte en un lugar ideal para los amantes de la navegación. Muy cerca del puerto se pueden encontrar cafeterías y supermercados, lo que lo hace aún más cómodo para aquellos que pasan allí el día o la noche.

Navegar entre acantilados y disfrutar del entorno
Navegar por la costa de este hermoso pueblo y admirar sus acantilados, especialmente al ponerse el sol, es una experiencia que puedes disfrutar durante todo el año gracias al clima cálido de Gran Canaria.
Después de una jornada de navegación, nada mejor que atracar en este puerto y disfrutar de un delicioso plato de pescado o unas papas arrugadas acompañadas de un buen vino local, todo mientras disfrutas de un entorno único.

La playa y los alrededores
La playa cercana al puerto es de piedras redondas y aguas cristalinas, perfecta para un baño refrescante. Con 500 metros de largo y 20 metros de ancho, esta playa es de fácil acceso y cuenta con un paseo marítimo que está lleno de bares y restaurantes ideales para disfrutar de la gastronomía local entre baño y baño.
Además, si deseas explorar más, el entorno cercano esconde rincones llenos de historia, como la Hermita de la Virgen de las Nieves y el casco antiguo del pueblo de Agaete, que puedes recorrer a pie o en bicicleta.
Este encantador rincón de Gran Canaria es un lugar que se aleja del turismo masivo, ofreciendo a sus visitantes una experiencia tranquila, cómoda y llena de belleza natural. Es el lugar ideal para aquellos que buscan desconectar, explorar y disfrutar de un ambiente único, tanto en sus calles blancas como en sus impresionantes paisajes.