Canarias es sinónimo de paisajes espectaculares, naturaleza desbordante y rincones llenos de historia. Sin embargo, no todos los pueblos del archipiélago aparecen en las listas de los más bonitos. Algunos, de hecho, se cuelan en ránkings menos amables que despiertan el debate.
La revista especializada Viajar ha recopilado, con la ayuda de inteligencia artificial, un listado con los pueblos "menos atractivos" de cada provincia de España. Ha creado, de esta forma, "El mapa de España con el pueblo más feo de cada provincia".
Vencindario
Según el artículo, el pueblo más feo de la provincia de Las Palmas es Vecindario y de Santa Cruz de Tenerife, Guargacho. La elección no está exenta de polémica. Como aclara el propio medio, se trata de una valoración subjetiva, basada en criterios como el diseño urbano, la escasez de elementos patrimoniales o la estética general.
Ubicado en el sureste de Gran Canaria, Vecindario ha sido señalado por su urbanismo funcional, su proximidad a zonas industriales y la falta de elementos históricos destacados. También se menciona la escasez de espacios verdes o paisajísticos que le den atractivo turístico a primera vista. Sin embargo, quienes conocen bien la zona defienden su vida comercial activa, su cercanía a la costa y su potencial como enclave económico más que vacacional.
Guargacho
En el sur de Tenerife, Guargacho ha sido elegido por su apariencia poco definida y su falta de identidad cultural según la IA. Pero este pequeño núcleo, que forma parte de los municipios de San Miguel y Arona, alberga el Barranco de Guargacho, un yacimiento arqueológico de gran valor.
Descubierto por el arqueólogo Diego Cuscoy en 1972, este lugar revela que incluso los espacios menos reconocidos guardan huellas importantes del pasado aborigen.
No todo es estética
Este tipo de clasificaciones siempre generan debate porque, al fin y al cabo, lo que se considera "feo" o "bonito" depende mucho de la mirada. Y en Canarias, hasta los pueblos menos fotogénicos pueden ofrecer historias, vivencias y tesoros ocultos que merecen ser descubiertos.
Al final, incluso en los rincones más inesperados, la diversidad del archipiélago se abre paso con carácter propio.
