La Guardia Civil y el Cabildo de Gran Canaria han intensificado las labores de vigilancia y prevención en la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas, donde se calcula que entre 150 y 300 personas acceden indebidamente cada día, atravesando zonas restringidas y saliéndose de los senderos delimitados.
El momento de mayor presión se produce al atardecer, cuando pueden congregarse hasta 500 visitantes sobre la arena, según informó este martes el Instituto Armado, que alertó del daño que provoca esta masificación: se pisa la flora autóctona y se provoca la huida de la fauna que habita en el enclave.
Las normas, ignoradas
“Pese a la cartelería, cuerdas de delimitación y espacios habilitados para la observación, muchos visitantes ignoran las normas con el único propósito de obtener una fotografía del paisaje”, advirtió la Guardia Civil.
Para frenar estas conductas, el Seprona y los agentes de Medioambiente del Cabildo mantendrán una presencia activa, tanto con carácter disuasorio como de control directo sobre el terreno, promoviendo además la sensibilización ambiental.
Medidas de refuerzo
Entre las medidas complementarias se encuentran la instalación de sensores para monitorizar la afluencia, un nuevo sistema de señalización digital con códigos QR, la colocación de pantallas informativas en puntos estratégicos y el refuerzo del control ambiental de la laguna.
“La riqueza natural de las Dunas de Maspalomas justifica esta atención especial: en su singular paisaje conviven especies vegetales como los tarajales, balancones y siemprevivas, junto a una valiosa avifauna en la que destacan el charrán, el chorlitejo, el cernícalo y más de veinte especies que utilizan este ecosistema para anidar”, subrayó la Guardia Civil.
Sanciones económicas
El Instituto Armado recordó que está terminantemente prohibido acceder a zonas restringidas y que el incumplimiento puede acarrear sanciones económicas desde 150 euros, en aplicación de la Ley 4/2017 del Suelo y de los Espacios Naturales Protegidos de Canarias.
Tanto la Guardia Civil como el Cabildo subrayaron que la conservación de este patrimonio natural y cultural depende de la implicación de todos. Por ello, pidieron respetar la señalización, atender a las indicaciones de los agentes y utilizar de forma responsable las zonas habilitadas para la observación del paisaje, “para asegurar que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando de las Dunas de Maspalomas”.