En lo alto del casco urbano de Arucas, Gran Canaria, se alza una imponente construcción que, aunque no ostenta oficialmente el título de catedral, ha ganado este reconocimiento popular por su majestuosa arquitectura.
Con sus torres de piedra volcánica negra, arcos ojivales y una atmósfera que parece sacada de un relato fantástico, la iglesia de San Juan Bautista se ha convertido en uno de los emblemas más reconocidos de las Islas Canarias.
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De una humilde ermita a un templo imponente
La historia de este impresionante edificio comienza en el siglo XV, cuando en el mismo lugar existía una pequeña ermita dedicada a San Juan Bautista, patrón de Arucas. A medida que la villa fue creciendo, también lo hizo este lugar de culto, hasta convertirse en una iglesia renacentista de tres naves en el siglo XVII.
Sin embargo, a principios del siglo XX, la comunidad decidió dar un salto ambicioso: construir un templo más grande y espectacular. Así, en 1909, comenzaron las obras para la nueva iglesia, bajo la dirección del arquitecto Manuel Vega. El proyecto, que se extendió por casi 70 años, culminó el 24 de junio de 1977, coincidiendo con el día de San Juan.
Un monumento al estilo neogótico
El diseño del templo está profundamente influenciado por el estilo neogótico, con elementos que recuerdan a grandes catedrales europeas como la de Barcelona. La piedra negra de Arucas, extraída de las renombradas canteras locales, da al edificio una estética única y una conexión especial con el entorno.
Cada detalle de la iglesia, desde los arcos ojivales hasta las vidrieras de colores que iluminan su interior, fue trabajado por artesanos canteros locales, que dejaron su huella en este monumento. En el momento de iniciar la construcción, se estima que más de mil canteros trabajaban en las canteras de Arucas, un testimonio del talento y dedicación de este gremio.
La joya de Arucas
Aunque su fachada principal cuenta con dos torres de gran tamaño, es la torre campanario, terminada en 1977, la que domina el conjunto. Desde esta torre, la vista se extiende por toda la localidad y sus alrededores, convirtiéndola en un punto imprescindible para los visitantes.
En el interior, destacan piezas históricas como el Cristo Crucificado del siglo XVI, procedente de la antigua iglesia, así como las espectaculares vidrieras, algunas de las cuales fueron creadas por la reconocida firma francesa Maumèjean y Hermanos.
Cómo llegar y qué hacer en Arucas
Llegar a la iglesia de San Juan Bautista desde Las Palmas de Gran Canaria es sencillo: en coche, se tarda unos 15 minutos por la GC-3, mientras que el trayecto en autobús (línea 205) lleva alrededor de 36 minutos.
Una vez allí, no te pierdas la oportunidad de explorar otros encantos de la localidad, como las Destilerías Arehucas, famosas por su ron, o los restaurantes locales que ofrecen deliciosos platos canarios.
Aunque no sea oficialmente una catedral, la iglesia de San Juan Bautista es sin duda un lugar que encapsula la magia y la historia de Gran Canaria, invitando a todos a descubrirla en persona.