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Búnker de El Confital. /Cedida

Las Palmas expulsa a los okupas del búnker de La Punta de El Confital, de la II Guerra Mundial

La construcción forma parte de un conjunto de fortificaciones que el Ayuntamiento pretende poner en valor. En abril de 2024 ya se había recuperado otra instalación cercana compuesta por dos búnkeres interconectados

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en coordinación con la Demarcación de Costas de Canarias, ha recuperado este lunes el búnker histórico de la Segunda Guerra Mundial situado en la Punta de El Confital, tras ejecutar la orden de desalojo dictada por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 4. El inmueble, de titularidad pública, llevaba varios años ocupado.

La intervención contó con la participación de Costas, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, junto a la Concejalía de Ciudad de Mar y su servicio de limpieza de playas gestionado por FCC, el Servicio Municipal de Limpieza, la Unidad de Protección Animal, la Policía Local y la Policía Nacional. Durante la jornada, se retiraron enseres acumulados en la construcción defensiva, se procedió a su limpieza e higienización y se cerró el espacio para garantizar su preservación.

Rehabilitación y gestión cultural

El concejal de Ciudad de Mar, Pedro Quevedo, destacó que con esta acción “concluye el proceso administrativo y judicial que solicitó el Ayuntamiento a Costas para recuperar y proteger un inmueble de titularidad pública, que es de todos, que se encuentra en un entorno privilegiado, en una zona de dominio público marítimo-terrestre. Es un paso más dentro de la estrategia municipal de conservación y recuperación de parte de nuestra historia”.

El búnker, construido en la II Guerra Mundial, forma parte de un conjunto de fortificaciones que el Ayuntamiento pretende poner en valor. En abril de 2024 ya se había recuperado otra instalación cercana compuesta por dos búnkeres interconectados.

Quevedo aseguró que el Consistorio seguirá trabajando con las instituciones competentes “para impulsar la rehabilitación y gestión cultural y educativa de estos equipamientos de extraordinario valor paisajístico, etnográfico e histórico, que tenemos el deber de conservar”.