Las estaciones de guaguas, cualquier calle céntrica de la isla cuando el reloj marca hora punta, los centros comerciales —que no hay pocos— o incluso ese rincón escondido que al caer la noche gana presencia. Todos son puntos que a los más precavidos les puede dar pudor transitar en Gran Canaria después de leer la prensa en la última semana. Pero como en la vida hay que ser racional —o, al menos, intentarlo— es importante plantearse si el miedo está justificado.
Para conocer el suceso que más conmoción ha generado se debe poner la vista en la localidad de El Salobre (San Bartolomé de Tirajana). Allí, dentro de una villa de lujo, se perpetró el secuestro de una mujer y su hijo. El motivo fue un supuesto ajuste de cuentas entre bandas rivales del narcotráfico por un vuelco de cocaína.
No es el único que parece haberse dado. Este miércoles, un hombre fue secuestrado presuntamente en el barrio de 7 Palmas y horas después apareció con bridas y ensangrentado en el municipio de Telde. Otros hechos relevantes como alunizajes o el intento de robar un furgón blindado en la capital se suman a lo que puede parecer una ola de criminalidad.
Armas blancas
“La tendencia es que cada vez aumentan más las agresiones con armas blancas y las peleas”, afirma Marcos Santiago, secretario general del Sindicato Unificado de Policías (SUP) en el Archipiélago. Aunque hace un llamamiento a la calma y apunta que Gran Canaria es segura, recuerda que es necesario contar con más efectivos para poder frenar los episodios de violencia.
El agente admite que controlar el 100% de la droga que entra a la isla se les resiste un poco más. “Es prácticamente imposible”, sostiene. “En Canarias tenemos un problema porque es todo costa, hay un montón de puertos pesqueros y deportivos”, apostilla. Merece la pena resaltar que el control de las fronteras es responsabilidad de la Policía Nacional —a la que él pertenece— y de la Guardia Civil.
Delitos más escurridizos
Por esa razón pide más medios tanto humanos como materiales para combatir uno de los delitos más escurridizos. “Demandamos más personal para poder hacer frente a todas las mafias de tráfico de droga y de seres humanos”, apunta. Sostiene que no se puede olvidar la condición de región ultraperiférica que tiene el Archipiélago. “Estamos a 2.000 km de Madrid”, agrega.
Otras fuentes policiales que han decidido permanecer en el anonimato aseguran que hay un incremento del tráfico de drogas, pero “no se puede demostrar”. “El SIVE en las Islas no está funcionando al 100%”, indican. Además, ponen sobre la mesa que “es casi imposible controlar todo lo que entra y sale por los puertos deportivos” independientemente del número de agentes que haya.
Falta de agentes
Señalan que en 1989 había 64 agentes en el Puerto de La Luz y en la actualidad no ha aumentado la plantilla a pesar de que las instalaciones portuarias sí han crecido. “El narcotráfico no se puede detectar, como mucho un 20% de toda la cantidad que entra. La jugada les sale barata [a los delincuentes] porque si te pillan con 1.500 kilos de hachís te caen tres años de cárcel”, inciden.
“Esto”, dicen, “nadie tiene cojones para decirlo públicamente”. “Porque si se hace, la teoría de que somos un territorio seguro se va al carajo”, apuntan. La realidad es que son muchos los puertos —además del ubicado en Las Palmas de Gran Canaria— por donde pueden entrar los fardos: Taliarte (Telde), Arinaga (Agüimes) o Pozo Izquierdo (Santa Lucía de Tirajana).
Los puertos
También están los de Castillo del Romeral (San Bartolomé de Tirajana), El Pajar (San Bartolomé de Tirajana), Arguineguín, Anfi del Mar, Puerto Rico y Mogán. Todos son competencia de la Guardia Civil y tendrían que vigilarlos la patrulla fiscal que está compuesta por cinco agentes. El problema es que, en términos futbolísticos, se trata de una portería sin guardameta: el gol rival está asegurado.
Las mismas fuentes señalan que se está viendo un cambio de delincuencia porque el poder legislativo no implanta penas duras para los infractores. “En España te cae la misma pena por tener un machete de tres metros que por disponer de una pistola”, afirma. Ahora bien, matizan que “todo lo que está ocurriendo ahora antes también pasaba, pero se desconocía” al no haber redes sociales.
Problemas en el norte
“¿En qué nos estamos convirtiendo? Aquí los delincuentes pueden hacer lo que quieran porque saben que las penas son muy laxas, no va a pasar nada, la policía no tiene ninguna autoridad. El poder legislativo no está haciendo su trabajo y las penas son irrisorias, pero bueno, a vivir”, reflexionan con cierta ironía.
No dudan tampoco en poner sobre la mesa que algunos días para toda la comarca norte de Gran Canaria hay solo una patrulla o dos por cada turno de trabajo. “Si estás en Agaete, tienes otra en Arucas y hay un jaleo en San Mateo o en Tejeda, ¿cuánto tiempo se tarda en llegar? La respuesta que le vas a dar al ciudadano no es óptima”, cuentan.
Una falta "alarmante"
Exponen que en San Bartolomé de Tirajana hay 400 policías destinados y, aunque entienden que es el motor turístico de Gran Canaria, “a lo mejor son excesivos los agentes que hay allí y en Telde, por ejemplo, faltan”. “La escasez de efectivos policiales es alarmante”, sentencian.
Volviendo al secretario general del SUP, comenta que los tres alunizajes que ha habido en Las Palmas de Gran Canaria —dos en bares y uno en un concesionario de coches eléctricos— hacía tiempo que no se veían. “Vamos a esperar a ver cómo avanza este tema, pero sí es verdad que hay una pequeña alarma que se debe intentar apaciguar y borrar”, resalta.
"Un territorio seguro"
Pero la cosa no queda ahí porque el secuestro en El Salobre, como publicó este periódico, ha generado revuelo entre los policías nacionales de Maspalomas, donde desde hace tiempo reivindican contar con más chalecos antibalas para poder enfrentar las situaciones de riesgo.
Juan Couce, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), asevera que bajo su punto de vista “Canarias es un territorio seguro y esperamos seguir siéndolo”. “Necesitamos que el Gobierno siga mandando agentes por el volumen de turistas que tenemos”, dice. Han reclamado 1.000 agentes desde que Reino Unido salió de la Unión Europea porque hay que revisar todos los equipajes que vienen de allí.
Prevenir el delito
En la capital grancanaria, los policías locales se encuentran en conflicto laboral con el Ayuntamiento porque no cobran las horas extras desde hace tiempo. Víctor García, portavoz de la Unión Sindical de Policías y Bomberos de la ciudad (USPB) asegura que los delitos cometidos en las últimas semanas están, en cierta manera, relacionados con la falta de agentes en las calles.
“Una de las funciones de la policía local no solamente es reaccionar al delito, es prevenirlo, y en eso estamos fallando. Todos sabemos que cuando no hay gatos, los ratones campan a sus anchas”, relata.
Llamadas a emergencias
“No estamos llegando a los barrios con las suficientes unidades a patrullar ni a vigilar en todos los espacios públicos. Como consecuencia de todo esto se deteriora la propia convivencia porque aquellas personas que tienen unas conductas delictivas empiezan a salir”, prosigue.
Explica que reciben en el 092 más de 100.000 llamadas al año, de las cuales, con datos del año 2023, 21.000 fueron del 112 y “todo eso requiere una respuesta policial”. “Estamos viendo que no llegamos con la garantía de realizar las intervenciones con la seguridad adecuada desde el punto de vista profesional”, apunta.
La RPT
No deja de lado que incluso acaban realizando funciones de seguridad ciudadana por las propias carencias de efectivos con las que cuenta también el Cuerpo Nacional de Policía en su Relación de Puestos de Trabajo (RPT).
Yasmina Montelongo Suárez, responsable de los servicios jurídicos de la Confederación Española de Policías (CEP), destaca que "todo está relacionado con la falta de personal". Indica que, ante la falta de agentes, la percepción del ciudadano es de mayor inseguridad y la del delincuente es que tiene vía libre para delinquir.
Francisco Melián, delegado sindical de CSIF en la Policía Local tiene una opinión muy parecida: “Es más que evidente, por lógica humana, que si a una ciudad segura le restas en seguridad se convertirá en un caos de la noche a la mañana. Es lo que estamos empezando a ver, si no se le pone remedio por parte de los responsables, irá a peor”.
Medios a la altura
Enuncia que cada vez se afrontan un mayor número de servicios por el uso de armas blancas. Todo unido a que, dice, existe un mayor riesgo por falta de apoyo con medios que estén a la altura en esas situaciones.
“La falta de presencia policial, que es una herramienta en prevención superimportante, se palpa en el día a día en la ciudad. También la perciben aquellos que no tienen reparos a la hora de de infringir esas leyes”, asevera el delegado sindical.
No crear alerta
Los diferentes testimonios permiten concluir que los cuerpos policiales viven una situación complicada. Les resulta muy difícil frenar todo el narcotráfico que actúa en la Isla, el tipo de delitos puede estar cambiando y los medios con los que cuenta no son suficientes.
A pesar de todo, parece que Gran Canaria sigue siendo una isla segura y Melián apunta —en sintonía con el resto de los entrevistados— que jamás van a alertar "o a crear una alarma que no sea racional”.
