Al sur de Gran Canaria, donde el mar se funde con cielos despejados y la calma parece haberse instalado a perpetuidad, existe un lugar que, pese a su modesto tamaño, ha logrado convertirse en un enclave imprescindible.
Su alma marinera, su historia silenciosa y su magnetismo para quienes buscan huir del frío lo han convertido en un pequeño paraíso. Este pueblo es también la cuna de uno de los futbolistas más emblemáticos del país: David Silva.
Arguineguín, refugio de invierno
Ubicada en el municipio de Mogán, Arguineguín ha sido durante décadas el destino predilecto de los noruegos para pasar los meses de invierno.
Las razones son múltiples: temperaturas suaves durante todo el año, escasas lluvias, playas tranquilas y un entorno donde las horas de sol superan ampliamente a las de sombra. Entre sus playas más destacadas se encuentra Las Marañuelas, de arena negra volcánica, ideal para el esnórquel y los atardeceres que tiñen el cielo de tonos cálidos.
También sobresale El Pajar, una cala acogida por restaurantes tradicionales donde conviven la cocina canaria y la noruega. Por su parte, Anfi del Mar, fundada por el empresario noruego Björn Lyng, ofrece todos los servicios imaginables en una playa de arena clara situada entre Arguineguín y Puerto Rico.
El lugar que vio nacer a un mago del balón
David Josué Jiménez Silva, nacido en Arguineguín el 8 de enero de 1986, creció entre redes de pesca y campos de tierra, antes de comenzar una carrera que lo llevaría a lo más alto del fútbol mundial. Con 125 partidos con la selección española, fue parte esencial de la generación dorada que ganó dos Eurocopas (2008 y 2012) y el Mundial de 2010.
Apodado "El Mago" por su visión de juego, regate y capacidad para filtrar pases imposibles, Silva es considerado una leyenda tanto en España como en la Premier League, especialmente por su trayectoria con el Manchester City. Aunque colgó las botas tras su paso por la Real Sociedad, su legado se mantiene vivo, y su pueblo natal se enorgullece de haberlo visto dar sus primeros pasos.
Arguineguín no solo es una joya turística, sino también un lugar de origen e inspiración para quienes, como Silva, han sabido conquistar el mundo sin olvidar de dónde vienen.