Imagen de una persona de ruta haciendo running / PEXELS
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El pueblo de Canarias perfecto para una escapada en el puente de agosto: miradores, montañas y rutas

Además, el municipio acoge restaurantes y casas de comida donde se pueden degustar platos tradicionales canarios acompañados de vistas espectaculares | Una experiencia que combina el sabor con el paisaje

luna moya

Hay lugares que parecen resistir al paso del tiempo. Rincones de Canarias donde la naturaleza impone su ritmo, las montañas guardan secretos y el aire fresco invita a quedarse. Son sitios que, lejos del bullicio costero, ofrecen un tipo de escapada distinta: más pausada, más auténtica, más conectada con la tierra.

En pleno corazón de una isla volcánica, existe un pueblo que combina paisajes espectaculares, tradiciones vivas y una gastronomía que se saborea con calma. Un lugar perfecto para perderse durante el puente de agosto y regresar a casa con la sensación de haber viajado a otro tiempo sin salir del archipiélago.

Hablamos de Tejeda

Tejeda, en Gran Canaria, es uno de los municipios más singulares de las islas. Situado en el centro de la isla, a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, se asienta en la Caldera de Tejeda, una impresionante formación volcánica rodeada de abruptos barrancos y coronada por dos iconos geológicos: el Roque Nublo y el Roque Bentayga.

Este pueblo, que forma parte de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, está rodeado por paisajes protegidos: desde el Monumento Natural del Roque Nublo hasta la Reserva Natural Integral de Inagua, pasando por el Patrimonio Mundial de la UNESCO “Paisaje Cultural de Risco Caído y Montañas Sagradas de Gran Canaria”.

Miradores y rutas

Tejeda es sinónimo de vistas panorámicas. Sus miradores permiten contemplar el mar de nubes, los picos más altos de la isla e incluso, en días despejados, la silueta del Teide en Tenerife. Desde el casco urbano parten rutas de senderismo que recorren antiguos caminos reales, como la que lleva al Roque Nublo atravesando el barrio de La Culata.

En el recorrido, el visitante se encuentra con flora autóctona y paisajes cambiantes, desde zonas áridas hasta pinares frondosos. No faltan rincones para detenerse, tomar aire y disfrutar del silencio roto solo por el viento y los pájaros.

Patrimonio y tradición

El casco histórico de Tejeda conserva la arquitectura tradicional canaria, con casas encaladas, balcones de madera y calles empedradas. Entre sus monumentos destaca la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro, cuyo actual retablo neoclásico fue elaborado artesanalmente y colocado en 2003, sustituyendo al destruido por un incendio en 1920.

La historia del municipio está marcada por episodios como la resistencia indígena en el Roque Bentayga durante la conquista de Gran Canaria o el devastador temporal de 1946. Estos acontecimientos han dejado huella en la memoria colectiva y en el carácter de sus habitantes.

Sabores de altura

La gastronomía de Tejeda es otro de sus grandes atractivos. Aquí se elaboran productos que se han convertido en auténticos símbolos de la isla, como el mazapán de almendra y el bienmesabe. También hay heladerías artesanales que utilizan ingredientes locales, ofreciendo sabores únicos que solo se pueden encontrar aquí.

Además, el municipio acoge restaurantes y casas de comida donde se pueden degustar platos tradicionales canarios acompañados de vistas espectaculares. Una experiencia que combina el sabor con el paisaje.

Aventura y deporte

La orografía de Tejeda lo convierte en un paraíso para los amantes de la montaña. Escaladores, corredores y senderistas encuentran aquí un terreno variado y exigente. La Circular de Tejeda Trail, que se celebra en mayo, es una de las pruebas más destacadas, pero no la única: también se organizan eventos como la Cronotrail Almendro en Flor o el Plenilunio Tejeda Trail, que aprovechan la luz de la luna para ofrecer una experiencia única.

La escalada cuenta con rutas abiertas desde los años 50, con niveles para principiantes y expertos. Y para quienes prefieren un plan más tranquilo, siempre queda la opción de recorrer sus calles, visitar sus museos y disfrutar de la calma que envuelve al municipio.