Loading...
Panorámica de El Hierro / HOLA ISLAS CANARIAS

Parece el Señor de los Anillos, pero está en Canarias y es único: "Una verdadera maravilla"

Canarias tiene paisajes de ensueño y esta isla, en concreto, parece llevarnos a los mejores lugares de la tierra de El Señor de los Anillos

Hay lugares en los que el tiempo parece detenerse. Donde el aire huele a historia antigua, los caminos serpentean entre el verde eterno y cada rincón guarda un secreto. Aunque suene a fantasía medieval, este escenario no está en la Tierra Media. Ni en Nueva Zelanda. Está mucho más cerca. Y es tan real como salvaje.

Este enclave canario ha enamorado a actores, periodistas gastronómicos y viajeros incansables. Quienes lo pisan por primera vez rara vez se marchan sin una palabra de asombro.

El bosque de los sueños

Para Clara Lago, actriz madrileña, su primera visita fue “como aterrizar en un cuento”, cuenta en una entrevista para la revista de la Guía Repsol. “Flipé con la diversidad de paisajes volcánicos, con las playas de arena negra, con esos bosques verdes que parecen de hadas…”, confiesa. Y no es la única. Otros rostros conocidos como Mikel López Iturriaga o José Ribagorda también han caído rendidos ante este rincón.

La artista compara los paisajes con los del universo de Tolkien. Y no es exageración: El Hierro, la isla más occidental del archipiélago canario, despliega una belleza natural, virgen y dramática que evoca lo más profundo de la fantasía épica.

El Hierro, otro mundo

Los bosques de Laurisilva tapizan con su humedad ancestral zonas como El Julan o La Llanía, donde la neblina forma parte del decorado natural. Senderos entrelazados por ramas, rocas cubiertas de musgo, árboles retorcidos por el viento y miradores que asoman a acantilados vertiginosos: todo en El Hierro tiene ese punto de realismo mágico que solo la naturaleza puede ofrecer.

Clara lo resume con una frase certera: “Una verdadera maravilla que queda aquí al lado”. Porque no hace falta volar al otro extremo del mundo para vivir una experiencia que despierte la imaginación.

Autenticidad sin masificación

El gran valor de El Hierro no reside solo en su belleza natural, sino en su autenticidad. Es una isla donde el turismo aún no ha transformado el ritmo de vida local. Aquí todo fluye con otra cadencia. Más lenta, más humana.

Esa desconexión, esa falta de explotación turística masiva, es precisamente lo que tantos destacan. Un destino íntimo y salvaje, que permite reconectar con la tierra y con uno mismo.