La pregunta puede parecer sencilla: ¿quién limpia, repara o ilumina los soportales de la avenida de La Trinidad y otros pasajes de La Laguna? La respuesta, sin embargo, es más difícil de responder, porque Aguere está plagada de espacios que, pese a ser privados, son de uso público.
Es el caso de los soportales o del túnel del Aguere o del Tintín, aunque hay muchos más ejemplos. Los ciudadanos pasean por ellos, pero no son de titularidad pública.
Para resolver el entuerto de su mantenimiento y gestión, el Ayuntamiento de La Laguna ha encargado a la Gerencia Municipal de Urbanismo la redacción de una ordenanza municipal que aclare quién tiene la responsabilidad de mantener, conservar y garantizar la accesibilidad en los llamados espacios privados de uso público y hacer un mapeo de cuáles son.
Soportales y pasajes
La realidad lagunera está llena de ejemplos. Los soportales de La Trinidad, los pasajes interiores del casco histórico y otros ejemplos funcionan como extensiones naturales de la vía pública. Son zonas privadas, pero su uso colectivo es tan habitual y pacífico que, en muchos casos, el límite entre propiedad y espacio común se difumina.
Urbanismo, que ha abierto a consulta pública la ordenanza, reconoce que en el municipio “coinciden espacios libres públicos con espacios privados de uso público, como soportales y zonas de paso, que sustituyen o complementan a los primeros”
Esa indefinición provoca roces administrativos y vecinales: ¿quién asume los desperfectos por el tránsito peatonal?, ¿qué ocurre si se rompe un pavimento o una luminaria?, ¿puede el ayuntamiento intervenir sin invadir la propiedad privada?
Una ordenanza para aclarar responsabilidades
En el documento de consulta pública, la Gerencia explica que en La Laguna “existen numerosos espacios urbanos residenciales que, pese a ser de titularidad privada, sirven a un interés público, pues están destinados a lugar de zona de paso o espacio abierto de tránsito peatonal”.
Añade que esta situación “cobra especial relevancia ante la existencia de numerosos soportales, pasajes y algunos espacios libres cuya situación no resulta, en ocasiones, claramente definida por tratarse de terrenos privados sobre los que se configura una servidumbre de paso público”.
El Ayuntamiento considera necesario “definir y ubicar estos espacios, así como delimitar el alcance de las obligaciones y deberes de la Administración y los propietarios en cuanto a su conservación y mantenimiento”.
Nuevas servidumbres
Urbanismo destaca que esta medida permitirá al ayuntamiento actuar con más agilidad en ámbitos clave para la movilidad peatonal, la accesibilidad universal y la preservación del patrimonio histórico, reforzando la imagen de la ciudad como entorno abierto y sostenible.
También contempla la posibilidad de crear nuevas servidumbres públicas sobre terrenos privados por razones de interés general, como ampliar zonas peatonales, mejorar la accesibilidad o instalar mobiliario urbano