En el corazón de la Villa de Teguise, una casona del siglo XVII está viviendo uno de los momentos más brillantes de su historia reciente. Palacio Ico, un pequeño hotel boutique situado en una vivienda histórica de 1690, se ha convertido en 2025 en una de las referencias culturales, gastronómicas y arquitectónicas más celebradas del Archipiélago. Sus reconocimientos de este año lo confirman: un Sol Repsol, el galardón al Mejor Desayuno de Hotel de Canarias, el premio a la Mejor Carta de Vinos del Archipiélago y varias nominaciones que lo sitúan entre los proyectos más influyentes del turismo de calidad en las islas.
Pero este espacio —alabado en su día por César Manrique, quien lo incluyó en Lanzarote, arquitectura inédita— no solo brilla por su historia. También lo hace por su manera de entender la cultura, el diseño y la gastronomía como elementos inseparables de la experiencia de hospedarse en Canarias.
Casa con historia
El edificio en el que se ubica Palacio Ico conserva la esencia de las grandes casonas lanzaroteñas: techos de madera de más de cinco metros, muros de piedra volcánica de medio metro de grosor, un patio interior típicamente canario y suelos originales del siglo XVIII. Manrique lo destacó como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura tradicional de Lanzarote y hoy continúa siendo un símbolo de esa herencia.
En su interior conviven piezas de artesanía local, cerámicas hechas a medida, esculturas de artistas insulares y obras firmadas por nombres clave de la cultura canaria, como Ildefonso Aguilar o la propia Heidi Bucher, que vivió y creó en esta casa. Las fotografías originales de Manrique realizadas por Linus G. Jauslin completan una atmósfera que mezcla historia, sensibilidad y diseño contemporáneo.
Experiencia gastronómica
Desde 2023, el hotel organiza unas jornadas gastronómicas que se han convertido en uno de los puntos de encuentro más importantes para los cocineros del Archipiélago. Los llamados “Encuentros con Estrella” reúnen a chefs que suman actualmente 12 estrellas Michelin, que cocinan, dialogan y experimentan juntos en un formato íntimo y muy ligado al territorio.
Estas sesiones, ya en preparación para su edición de 2026, han situado a Palacio Ico en el mapa gastronómico por derecho propio. Y no solo por sus eventos: el restaurante del hotel, con una carta centrada en producto local y una bodega dirigida por el reconocido sumiller Iván Monreal, también contribuye a su reputación.
Un desayuno premiado
El desayuno de Palacio Ico, elegido como Mejor Desayuno de Hotel de Canarias 2025, se sirve completamente en mesa y se ha convertido en un pequeño ritual. Incluye panes artesanos, bizcochería del día, quesos locales, fruta de temporada, granola casera, salmón de Uga y hasta un cortador de jamón en directo. Se completa con cafés de especialidad, infusiones y varios tipos de huevos, todo acompañado de una puesta en escena cuidada que cambia con las estaciones.
Asimismo, el hotel cuenta solo con nueve habitaciones, cada una distinta. Cinco son suites amplias, de hasta 70 metros cuadrados, y cuatro son dobles. Todas mantienen elementos originales del edificio y combinan microcemento, piedra volcánica y una estética basada en el Wabi Sabi, el concepto japonés de encontrar belleza en la imperfección y en los materiales naturales. La serenidad, el silencio y la luz son protagonistas en estos espacios, pensados para quienes buscan una experiencia íntima, pausada y profundamente ligada al entorno.
Presencia en el cine
La singularidad de Palacio Ico ha llamado la atención dentro y fuera de las islas. En 2025, Pedro Almodóvar eligió el hotel para celebrar la cena de fin de rodaje de Amarga Navidad, aprovechando su estética luminosa y su atmósfera creativa. Publicaciones como The New York Times, National Geographic, AD, Condé Nast Traveler o Monocle han dedicado reportajes a su propuesta cultural, convirtiéndolo en uno de los alojamientos más mencionados de Canarias este año.
Más que un hotel, Palacio Ico se ha consolidado como un lugar donde se entrelazan arte, gastronomía, arquitectura tradicional y vida cultural. Un espacio que invita a conocer Lanzarote desde su sensibilidad más profunda y que, tras sus numerosos premios, se ha convertido en un referente para los viajeros que buscan autenticidad y belleza en cada detalle.