En lo alto de un acantilado, allí donde el viento acaricia las nubes y el horizonte parece un lienzo en movimiento, se esconde uno de los lugares más impresionantes de Canarias. Una atalaya esculpida por el hombre, pero tan integrada en la roca que parece nacida del propio paisaje.

Su belleza no solo está en lo que se ve desde él, sino en cómo está hecho para ver. Una experiencia que conjuga arquitectura, arte y naturaleza, pensada para conmover desde el primer paso.

Un mirador entre el cielo y el mar

Situado a 500 metros sobre el nivel del mar, el Mirador del Río, en Lanzarote, se levanta sobre el Risco de Famara y ofrece una de las vistas más inolvidables del Archipiélago Chinijo. Diseñado por César Manrique en los años 70, es una de sus obras más representativas, concebida como una simbiosis perfecta entre lo natural y lo humano. Su acceso está flanqueado por una escultura del artista que representa un pez y un ave, símbolos del agua y el aire.

Al cruzar su entrada serpenteante, dos ventanales abovedados actúan como ojos que se abren al paisaje: La Graciosa, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste y Alegranza se alinean sobre un Atlántico de azul inabarcable. Desde la terraza superior, el espectáculo se multiplica, especialmente en días nublados, cuando el "mar de nubes" añade una atmósfera de otro mundo.

Qué ver en el Mirador del Río

Dentro del recinto encontramos esculturas colgantes de hierro, cerámicas aborígenes y una escalera helicoidal que da paso a espacios como la cafetería o la tienda de recuerdos. Desde allí se puede admirar la Salina de Guza, la base del risco con sus tonos rojizos, o la pequeña playa bajo el acantilado.

Una de las joyas arquitectónicas del lugar es su integración con el entorno: la piedra volcánica recubre el edificio, camuflándolo con el risco para que apenas se perciba desde fuera. La colaboración con Eduardo Cáceres y Jesús Soto fue clave en esta hazaña.

Información práctica para tu visita

• Ubicación: Carretera de Ye, S/N, 35541 Haría – Lanzarote.
• Horario: Todos los días de 10:00 a 17:00. Última entrada a las 16:40.
• Duración estimada de la visita: 45 minutos.
• Servicios: Cafetería con tronas infantiles, tienda, acceso adaptado (excepto planta superior).
• Recomendaciones: Llevar ropa de abrigo entre octubre y mayo; no se permite comida externa. Los perros de asistencia sí están autorizados.

Una postal viva de Lanzarote

El Mirador del Río no es solo una atracción turística, sino una experiencia sensorial y cultural. Es el mejor lugar para entender la visión artística de Manrique, para observar el paisaje canario desde otra perspectiva y para sentirse, aunque sea por un instante, suspendido entre el cielo y el mar.

Perfecto para amantes de la fotografía, la arquitectura y la naturaleza, este mirador es un imprescindible en cualquier viaje a Lanzarote. Y como todo lo que de verdad conmueve, te dejará con ganas de volver.