En medio del paisaje volcánico de Lanzarote, se esconde una de las maravillas naturales más fascinantes del archipiélago canario. Su impactante color verde esmeralda y el contraste con la arena negra y el azul del Atlántico lo convierten en un espectáculo único. A pesar de su belleza, el acceso al agua está estrictamente prohibido.
Situado en la costa occidental de Lanzarote, este lago se encuentra en el pequeño pueblo pesquero de El Golfo. Su formación es el resultado de la actividad volcánica que moldeó la isla hace millones de años. El cráter, ahora parcialmente sumergido, ha dado lugar a este fenómeno geológico de gran valor ecológico.
Color verde
La laguna se separa del mar por una fina franja de arena volcánica negra, lo que resalta aún más su peculiar tonalidad. Su intenso color verde no es casualidad: es el resultado de la alta concentración de azufre en el agua y la presencia de un alga denominada ruppia marítima, que varía su tonalidad según la estación del año.
Popularmente conocido como Charco de los Clicos, el lago debe su nombre a los antiguos moluscos bivalvos que habitaban la zona. Durante siglos, estos pequeños mariscos fueron abundantes en la región, pero su introducción en un entorno cerrado, junto con dos tortugas, llevó a su desaparición.
Prohibido el baño
Actualmente, el Lago Verde está protegido dentro del Parque Natural de los Volcanes, lo que impide cualquier tipo de actividad en su interior. Su conservación es prioritaria debido a su valor ecológico y geológico. No obstante, su acceso es libre, y desde un mirador cercano los visitantes pueden contemplar este paisaje sin igual en cualquier momento del día.
Con el paso de los años, la acumulación de arena ha ido reduciendo la superficie del lago, amenazando su existencia. Por ello, se han llevado a cabo trabajos de rehabilitación para recuperar su tamaño original. Actualmente, el lago cubre unos 7.000 metros cuadrados, aunque su profundidad apenas alcanza unos centímetros.
