En las profundidades de la isla de La Palma, lejos de los focos turísticos y las rutas más concurridas, existe un pueblo con encanto medieval que parece detenido en el tiempo. No se trata de Vegueta ni de La Laguna, sino de un rincón menos conocido pero igualmente fascinante: Las Tricias, un caserío lleno de historia y cultura, situado cerca de las enigmáticas Cuevas de Buracas.
Este pequeño enclave no solo ofrece una ventana al pasado, sino también una de las rutas de senderismo más impresionantes de Canarias, además de un museo que rinde homenaje a uno de los ingredientes más icónicos de la gastronomía canaria: el gofio.
Un caserío con raíces milenarias
Antes de la llegada de los castellanos, la isla de La Palma estaba habitada por los benahoritas, un pueblo de origen bereber que llegó al archipiélago entre los siglos IV y V. En aquel entonces, la isla estaba dividida en doce demarcaciones territoriales, cada una gobernada por su respectivo jefe o "mencey".
La zona de Las Tricias y el cercano Barranco de Los Canarios fueron testigos de esta época prehispánica. Hoy en día, aún es posible encontrar vestigios de la presencia aborigen, como grabados rupestres y antiguos asentamientos en cuevas.
El Museo de Interpretación del Gofio (MIGO)
Uno de los grandes atractivos de Las Tricias es su Museo de Interpretación del Gofio (MIGO), inaugurado en 2016. Este museo rinde homenaje a una de las tradiciones gastronómicas más antiguas de Canarias: la elaboración del gofio, un alimento esencial en la dieta de los antiguos habitantes de las islas.
Los benahoritas recolectaban frutos y raíces que luego tostaban y molían para obtener una harina que servía como base alimenticia. Más tarde, con la llegada de los molinos de viento, los habitantes del archipiélago perfeccionaron el proceso. En el museo, los visitantes pueden conocer el funcionamiento de los antiguos molinos, que no solo eran centros de producción, sino también puntos de encuentro para la comunidad.
Un sendero entre dragos y grabados rupestres
Para los amantes de la naturaleza y la aventura, Las Tricias es el punto de partida de un sendero que lleva hasta el poblado de las Cuevas de Buracas, uno de los enclaves arqueológicos más importantes de la isla.
Se trata de una ruta de 4,68 kilómetros que atraviesa un bosque de dragos, una de las especies más emblemáticas de Canarias. El recorrido, que suele completarse en aproximadamente tres horas, ofrece vistas espectaculares del barranco y permite descubrir antiguas cuevas utilizadas por los aborígenes palmeros. Visitar Las Tricias es mucho más que conocer un caserío: es viajar en el tiempo y sumergirse en la historia de La Palma. Desde su pasado prehispánico hasta sus tradiciones más arraigadas, este pequeño rincón de la isla ofrece una combinación única de historia, naturaleza y cultura.