Raquel Marín

Opinión

Las amistades pueden contribuir a mejorar el Párkinson

Neurocientífica

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Para Epicuro (filósofo griego, 341 a.c.) la amistad era una de las herramientas de la sabiduría para la felicidad de toda la vida. La neurociencia está demostrando que los amigos son también “paliativos” de enfermedades del cerebro, como el Párkinson.

Mi Párkinson no ha empeorado

María del Carmen (de la Asociación Pepita de personas con Párkinson) me escribió un correo electrónico hace unas semanas para informarme que había participado en un gran estudio que, según sus palabras textuales, “Realmente lo que hace es confirmar lo que nos llevas diciendo tú sobre dieta, ejercicio y socialización”.

Ella misma manifestaba no observar ningún empeoramiento en su enfermedad y afirmaba encontrarse estupendamente. Ella hace ejercicio, socializa y se alimenta bien. Además, sonríe mucho.

Tú no eres tu Párkinson

Una vez se tiene un diagnóstico de Párkinson, hay personas que “tiran la toalla”. Sobre todo si son jóvenes, a veces se avergüenzan y se aíslan. En realidad, se puede hacer mucho de primera mano para mantener la salud de los nervios a flote.

En un estudio “Living healthy with Parkinson” efectuado en la  University of Washington School of Public Health reclutaron unas 1.500 personas con un diagnóstico de Párkinson idiopático. Algunos incluso habían sido diagnosticados hacía más de 20 años. Como seguramente sabéis, el Párkinson es una enfermedad neurodegenerativa incurable que suele manifestarse sobre todo en personas de edad avanzada, si bien actualmente hay un número mayor de casos de personas jóvenes que empiezan a manifestar los síntomas.

El Párkinson es una de las enfermedades del cerebro más comunes en la sociedad y de la que aún se desconocen muchos aspectos sobre cómo evoluciona, su origen o tratamiento óptimo. Sin duda, yo lo defiendo y lo divulgo, las personas pueden contribuir “para bien o para mal” al progreso de esta enfermedad.

El objetivo del estudio “Living healthy with Parkinson” era precisamente establecer si había una relación entre factores sociales, nutricionales y de estilo de vida que pudieran asociarse con una ralentización o aceleración del progreso de la enfermedad. El seguimiento se hizo durante 6-12 meses.

Come verde para temblar menos

Cuando analizaron la alimentación de estas personas, observaron que tomar entre 2-4 veces por semana uno de estos alimentos EMPEORABA los síntomas:

– Frutas y vegetales envasados
– Refrescos (light o no light, incluso peor los light)
– Fritos
– Carne de buey o cerdo
– Lácteos

Otros alimentos ingeridos entre 2-4 veces por semana uno de estos alimentos MEJORABAN los síntomas:

– Frutas, vegetales y hierbas frescos
– Frutos secos
– Pescados
– Aceite de oliva o aceite de coco

Los mejores alimentos eran los vegetales frescos con una diferencia muy importante en la sensación de bienestar de estas personas sobre el resto de alimentos.

Un aspecto curioso es que el vino también parecía mejorar los síntomas. En la dieta mediterránea se admite 1 vaso de vino tinto diario como neurosaludable, si bien lo que se adopta como mejor para la salud es “alcohol cero”.

Menos sobrepeso y más ejercicio

Al analizar la actividad física de estas personas comprobaron que aquellas que tenían sobrepeso eran las más proclives a empeorar los síntomas de Párkinson con el tiempo.

Por el contrario, los que practicaban 30 minutos de ejercicio físico (por ejemplo, caminando a buen paso) notaban mejoría. Además, la actividad física tenía efectos más beneficiosos cuanto más se practicaba. Es decir, que las personas que hacían ejercicio todos los días 30 minutos se encontraban mucho mejor que aquellos que dedicaban 4, 3 o 2 días a la semana a la actividad física.

¿Todos los tipos de ejercicio valen? Sin duda, el mero hecho de ponerse la ropa de deporte y motivarse para iniciar la actividad física ya es en sí un efecto positivo. Pero además, observaron que entre las actividades más beneficiosas se encontraba correr o hacer senderismo frente a simplemente caminar.

Los ejercicios mente-cuerpo como el yoga, el Tai chi también generaban un beneficio significativo, así como la bicicleta o el baile.

Vida social por encima de todo

Lo más impactante en el estudio fue comprobar hasta qué punto la vida social contribuía a aliviar los síntomas de Párkinson en las personas. El ser humano es social por naturaleza, y el cerebro humano se forjó para interactuar con los demás.
De hecho, emocionarse proviene originalmente del latín “emovere”, moverse hacia fuera, dando a la emoción y al ánimo una connotación de movimiento.

Con el cultivo de la vida social y de las amistades también estamos emocionándonos, poniéndonos de alguna forma en movimiento en nuestra mente y en el ánimo.

El estudio concluía que de todos los parámetros analizados, la vida social pobre o inexistente era el factor que más contribuía a empeorar los síntomas del Párkinson con el tiempo. La soledad en particular generaba los síntomas más severos mientras que el número de amigos determinaba los mejores beneficiosos.

Extendiendo la reflexión de Epicuro seguramente se podría decir que la felicidad de toda una vida con Párkinson venía directamente determinada por la amistad.

Para todo lo relacionado con las pautas óptimas de prevención del Párkinson, puedes acudir a mi libro “Pon en forma tu cerebro” que incluye todos los ingredientes y nutrientes, así como estilo de vida, para que la prevención de la neurodegeneración sea un éxito.

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