José María Cabrera

Opinión

Bajada al Puertito

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BAJADA AL PUERTITO
BAJADA AL PUERTITO

Lámina 46, lápiz sobre papel | Si hiciésemos una relación de los cientos de parajes espectaculares que tenemos en Canarias, seguramente uno que pasaríamos por alto se encuentra en la isla de La Palma. Nos referimos al camino desde Fuencaliente a la playa del Puertito, situado al sureste de la isla, bajo el barrio de Las Caletas.

Es imposible recorrer la carretera desde Santa Cruz a Fuencaliente y no detenerse para contemplar la impresionante pendiente que predomina en el sur de la isla desde Cumbre Vieja al nivel del mar, parece físicamente imposible que haya fuerzas capaces de dar estabilidad a un terreno que llega a tal punto de inclinación que prácticamente en ningún momento nos permite ver la línea de costa.

En la misma carretera general y bajo las ruinas de la antigua casa de los Camineros, hombres que dedicaron su vida a limpiar firmes y cunetas o recogiendo rastrojos y derribos con tanta dedicación tal si fuese su finca en la ruta que unía por tierra Fuencaliente a Santa Cruz, se divisa el barrio de Las Caletas, al que solo se puede acceder viniendo desde Fuencaliente y es desde ahí de donde parte el camino a la costa, hacia el Puertito y su playa, por un terreno tan escarpado y sinuoso que necesitamos recorrer más de 10 kilómetros repletos de curvas para llegar a un punto que en línea recta está solo a 3. El tramo hasta Las Caletas está asfaltado, no así los últimos 4 kilómetros que transcurren por una pista de tierra y aunque está acondicionada, es preferible hacer a pie o con un vehículo especial.

La zona está permanentemente azotada por un viento y unas condiciones que solo permiten cultivos de secano, principalmente de batata, tubérculo muy popular allí, plantadas en un sistema de Caletas (de ahí el nombre del barrio), que no son otra cosa que estrechos bancales propios de la zona debido a la gran pendiente que hemos comentado.

Conforme seguimos bajando, dejamos atrás las casas aisladas de Las Caletas y el terreno deja de ser cultivable para convertirse en el típico malpaís salpicado de vegetación costera de tipo basal, tabaibas en su mayoría, y más tarde luego de atravesar las negras lavas que generó un cono volcánico muy cercano a la costa llegaremos a una pequeña playa de no más de 75 metros de longitud y 10 de ancho, de un moderado oleaje y con unas pocas construcciones de costa en las que aún hoy podemos ver secaderos de chochos, percheles para su curtido y que también son usados para colgar y secar redes.

La playa es de arena negra y piedras, no tiene servicios de ningún tipo, pero la vista que tendremos de la costa sur merecerá la pena.

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