Corviniano Clavijo

Opinión

Un derbi histórico

Presidente de Crónica del Atlántico Hoy, SL

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En un artículo anterior titulado “Tenerife, isla de primera división” intenté plasmar, desde mi propio criterio y experiencia, las ventajas que suponía este ascenso a primera del Club Deportivo Tenerife para la capital tinerfeña en particular, para la isla de Tenerife y para las Canarias en general. Hasta este momento, el destino no nos había puesto delante este atípico play-off, lo que hace que fuera un derbi muy emocionante.  

Se trata de algo que va mucho más allá de un encuentro deportivo, pues están en juego también los sentimientos de todos los que amamos a este club, un sentimiento que se transmite generación tras generación. Es una pasión que llevamos muy dentro y, en mi caso particular, los culpables son mis hermanos Rafael y Jorge, pues son lo que me han transmitido el verdadero significado de nuestro escudo y de nuestros colores.

Esta gran pasión se multiplica a la hora de vivir un play-off que ha deparado un enfrentamiento entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas. El ambiente y el colorido de los aficionados en ambos feudos refleja que son partidos realmente diferentes, más aún cuando entra en juego el pase a la final de la eliminatoria y, por ello, la posibilidad de estar en Primera División la próxima temporada.

En el caso particular del CD Tenerife, nos encontramos en un momento espléndido, aparte de por los buenos resultados deportivos logrados en esta temporada, por la celebración del Centenario de la fundación de la Institución que transciende a lo deportivo.

Al margen de aceptar deportivamente lo que ha significado el doble enfrentamiento, he de resaltar que, salvo excepciones muy particulares, nuestras aficiones han estado de sobresaliente. Los casos aislados de afición y jugadores no puntúan en la valoración final, pues empañarían una evaluación global de un encuentro muy distinto, un derbi con mucho en juego.

Esta cita, la de las grandes ocasiones para el fútbol canario, no pudo ser más emocionante en el encuentro que abría un emparejamiento, que inicialmente no era el más deseado, pero que finalmente se ha llevado el cuadro tinerfeño.
 
Mi normalmente tranquilo pulso cardiaco no baja en pulsaciones, ya que arrastramos dos encuentros a un “ralentí” muy alto, acontecidos en tan solo tres días. No obstante, no hay que confiarse porque el pescado no está todo vendido y toca vernos las caras con el Girona. Debemos seguir con la máxima concentración y apoyo.

Creo que ha sido una situación histórica y que, ante el gran público de todo el país, y fuera de él, el CD Tenerife y la UD Las Palmas han sabido dar una lección de nobleza atribuible a dos equipos que siempre están llamados a militar en la máxima liga del mundo, nuestra Liga.

La final del play-offf será un cara o cruz, como hace algunas temporadas atrás se dio la circunstancia, pero los corazones blanquiazules latirán con la fuerza necesaria para que esa gran esperanza del “ascenso” se haga realidad.

Por esta Isla, no faltará el aliento, que estoy seguro de que llegará a un magnífico grupo humano que componen la plantilla de jugadores y el cuadro técnico y que siempre, ante esta situación, cabe resaltar su máxima profesionalidad, y todos, como buenos canarios.

¡Esto sigue, lo lograremos seguro!