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Opinión

Lo del gorro de cocina tiene su tela

Podemos asombrarnos de la enorme diversidad de diseños y colores que se apartan visualmente de la clásica “alcachofa”.

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BLOG CON CÚRCUMA


Acerca de la práctica cotidiana de la restauración podremos observar, en reportajes periodísticos o en redes sociales, fotografías del personal de cocina en plena faena con sus chaquetillas y delantales, con o sin guantes (en cuanto a opiniones acerca de seguridad alimentaria se pueden escribir ríos de tinta), pero me da a mí, y en una percepción muy personal, que lo del gorro ya no está tan arraigado como antaño. 

Podría parecer que no pocos de los que ofician en los fogones entienden que esto de la cocina está a merced de un constante “photocall”., aunque no creo que tenga que ver esto con el uso del tocado que, como todo, obedece a normas básicas en las facetas relacionadas con la manipulación de alimentos.

Simplemente, y sin entrar en más detalle, atrás queda la imagen del majestuoso gorro del recordado Paul Bocuse. Como ocurrió en el tenis, por ejemplo, deporte en el que se pasó del estricto blanco, si acudimos a páginas de mercado de estos artículos podemos asombrarnos de la enorme diversidad de diseños y colores que se apartan visualmente de la clásica “alcachofa”. Desde el tipo badana de pirata al tan parecido a la chapela, hay todo una variación para elegir.


El chef francés Paul Bocuse | atlanticohoy.com


Pero ahí está. El cuidado riguroso de la higiene en las panzas de las cocinas no es un asunto baladí y será de perogrullo aseverar que no se trata de estar ‘guapos-as’ (mejor que mejor), sino de ser (y parecer, que diría Julio César) limpios y en condiciones higiénicas para desempeñar cometidos tan específicos.

Aunque, bien es verdad, que esto de despistarse de lo que son focos de posibles intoxicaciones alimentarias tiene que ir a menudo de la mano de una sociedad a la que hay que recordar lo fundamental de lavarse las manos más de dos veces al día.

No es un capricho el gorro (en francés toque blanche) y curiosamente en la progresión geométrica de la cocina se da el caso inverso del cada vez menos utilizado adminículo (que ha desembocado en gorra o pañuelo de pirata del oficio en contraste a aquellos tocados para el personal culinario ya en la corte papal de Aviñón, en el siglo XIV.


Gorro "tipo Nilson" | atlanticohoy.com

No se trata este artículo de particularizar en cómo debe ser la vestimenta de los cocineros-as para desempeñar su cometido diario, pues está claro que lo importante, la obligada observancia de la limpieza, va implícita en un mundo profesional que debe optar por la comodidad en espacios que adquieren muchos grados de temperatura.