Antonio Alarcó

Opinión

La sanidad que tenemos y la que necesitamos

Médico y político del Partido Popular

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Hace unos días tuvimos el honor de ser invitados a la Fundación Bamberg y al Executive Forum España, en respectivos coloquios, una vez más, para reflexionar sobre la sanidad y luego ser interpelado por una numerosa audiencia técnica con todo tipo de preguntas al respecto, e intercambiar ideas y propuestas.

Contamos esto como introducción porque nos permitió exponer una vez más, de forma amplia, un diagnóstico de la sanidad española, con sus debilidades, fortalezas y las soluciones que proponemos.

Una parte del título de este artículo-reflexión es tomado prestado de Schopenhauer, porque define muy a las claras el valor de la salud y nosotros añadimos lo del cambio de paradigma, porque creemos que no es una opinión sino una obligación.

Los mayores enemigos del cambio y progresión son: la rutina, manejo de la inercia, pues siempre son frustrantes y que no llegan nunca a ninguna parte e inhiben la creatividad y los cambios necesarios para que el mundo avance.

Nos gustaría destacar en estos momentos que la sanidad española es una historia de éxito permanente y que, hasta la fecha de la pandemia del COVID 19, era una constante y ahora lo que más la podía definir es que es una sanidad desbastada y exhausta.

Antes del COVID, quien nos media: Blumber, fundación Bill Gates, Lancet, etc... constataban que la sanidad española estaba siempre entre “las 3 mejores del mundo” y, además, teníamos el mejor estado de bienestar y como resultado teníamos “el país más sano del mundo”.

Como consecuencia de todo esto, la expectativa de vida del ciudadano español es de las más longevas del mundo junto con Japón. Como ejemplo, un niño que nazca hoy en España tiene un 90% de posibilidades de llegar a cumplir 100 años. Esto es un hecho histórico sin precedentes. También es oportuno decir, en estos momentos, que la natalidad en España sigue decreciendo y que la demografía es negativa, ya que hay más fallecimientos que nacimientos y que es un grave problema de efectos retardados.

Todo lo hablado precisa para construirlo y mantenerlo un cambio de paradigma claro y constante que es como dijimos de obligado cumplimiento, no como una moda sino como una necesidad ineludible del sistema. Este tren va lento, pero hay que cogerlo con valentía para poder seguir haciendo lo que hay que hacer, la evidencia científica y que sea equitativa y sostenible.

Que una vida no tiene precio, es una verdad (concepto moral de todo bien nacido) pero que la sanidad tiene un coste y es limitado. “No puede haber de todo para todos en todo momento” porque es falso. Habrá que hacer un “PACTO POR LA SANIDAD” que garantice una cartera de servicios universales. No conseguirlo crearía una gran frustración y además no sería perdonable.

El principio constitucional de que en España hay 17 Comunidades y 2 Ciudades Autónomas (Ceuta y Melilla) no tiene nada que ver que existan 17 sanidades distintas, porque es falso e insostenible y además irresponsable.

Luego, el desarrollo de este principio constitucional es patológico. La responsabilidad de garantizar la salud en este gran país, llamado España, a los ciudadanos es del Estado y otra cosa es la gestión descentralizada. La responsabilidad no se puede delegar, luego habrá que realizar un pacto sanitario donde se apruebe una cartera de servicios universal sin diferencia en el territorio nacional y que naciendo donde se nazca se tenga igual acceso a la salud evitando duplicaciones y triplicaciones innecesarias, siempre todo integrado en Europa (somos europeos) donde existe una agenda sanitaria común. Los retos y soluciones a los grandes problemas, sólo tienen soluciones europeas.

Por cierto, el modelo de sanidad española ya definido por el tratado de Lisboa que se sigue en toda la Unión Europea (UE) y que fuimos signatarios, dice claramente que la sanidad en los países signatarios de Maastricht (modificación de Amsterdam y tratado de Lisboa) será de financiación pública y provisión de servicio libre. “Que lo haga quien mejor lo haga con un sistema de acreditación europeo”.

También parece oportuno recordar que la palabra “GRATUITA” debe desaparecer del sistema y del vocabulario sanitario, porque aparte de no ser verdad, engendra una demanda infinita e inabarcable. Lo que es de financiación PÚBLICA y pagada con impuestos, que no es poco. Un gran logro de toda la sociedad española que hay que cuidar y mimar. Nos parece oportuno recordar que la salud sólo es el derecho de un 20% de la población mundial.

Luego, el modelo esta claro, que hay que cuidarlo, como hemos dicho antes, sino se nos “gripa”, también recordar que la salud es un “derecho” solo en el 20% de la población mundial, lo que nos tiene que hacer valora este bien tan preciado y que pertenecer a todos los que vivimos en España de todas las ideologías.

Defender la salud debe ser compromiso de todos. No es un gasto es una inversión productiva y además esta es una condición necesaria también para un buen funcionamiento de la economía. Es un círculo virtuoso y un matrimonio indiscutible ECONOMÍA-SALUD.

Recordar de forma contundente “EL COSTE DE LA NO SALUD ES INASUMIBLE”.

Luego hay dentro de este cambio de paradigma, medicina genónica, personalizada y de precisión, que es obligatorio. La aplicación de One Health donde la salud humana, animal y del medio ambiente estén juntas. Por ello nuestra propuesta es también semántica que pasa por el cambio del nombre de Ministerio de Sanidad por “SALUD”. No puede esperar más dentro de una Sanidad Europea donde el centro del sistema sea el ciudadano, con participación activa en su proceso curativo y de los profesionales en segundo lugar haciendo más hincapié en la “prevención” donde el binomio prevención-enfermedad, sea en este orden de esfuerzo y de cambio.

Uno de cada 3 españoles tiene 60 años o más, luego es imprescindible un pacto efectivo intergeneracional, que agravado por la nula natalidad, que permita de forma evidente realizar el principio de que todas las edades del hombre sean protegidas por igual y que no tenga sentido “JUBILAR EL TALENTO”. No lo hace ningún país serio y España si y esto tiene un precio social incalculable.

No tiene sentido que habiendo ganado 15 años a la vida en los últimos 30, en este país, sea la jubilación una obligación cuando tiene que ser un derecho intocable pero no una obligación ineludible. Hoy la edad es lo que es, pero de lo que tenemos que hablar es de “FRAGILIDAD” en donde la edad es un ítem entre 5 variables más. Por eso, uno puede tener 80 años y tener menos fragilidad que uno de 40 años. Ojo al cambio de paradigma que también es clave.

La genómica, medicina personalizada y de precisión es de obligado cumplimiento para realizar la evidencia que es ineludible para todos.

En 3 años el genoma será el carnet de identidad de todos nosotros, donde la superconmutación, la salud digital, el Big Data y la inteligencia artificial son imprescindibles.

Por cada euro que se invierta en genómica se reinvierten 4 euros en la sociedad. Pero los tratamientos, la adherencia al mismo y la prevención son de obligado cumplimiento. Europa (o sea, nosotros) se ha comprometido a que en el 2030 no exista ninguna enfermedad de origen genético (90 millones de europeos) tengan realizado el genoma. El manejo de tanta información precisa una superconmutación donde se garantice la confidencialidad. El Big Data y la inteligencia artificial facilitaran algoritmos que nos darán soluciones y pautas de actuación.

Las nuevas formas de gestión donde la buena voluntad y la improvisación no tengan cabida, solo la preparación. La adquisición de nuevas tecnologías con formulas distintas (La mitad de los quirófanos han quedado obsoletos en España) tiene que ser un obligado cumplimiento para abordar este gran problema. (Leasing)

Hospitales con personalidad jurídica propia, gerencia descentralizada, cartera de servicios, unidades de referencia (CSUR), centros de servicios, así como evitar duplicaciones innecesarias son parte importante también de este paradigma y además con el hándicap de que todo tiene que hacerse a la vez y ya, porque mañana puede ser tarde y no sería aplicar la evidencia científica ineludible. Las soluciones a los grandes problemas sanitarios sólo tienen soluciones nacionales y europeas.

El 40% de las profesiones que habrá en 10 años no existen hoy por eso también el cambio de paradigma tiene que llegar a las universidades españolas que se están quedando obsoletas, pues la misión fundamental que para nosotros tiene la universidad, es crear hombre y mujeres libres y hombres y mujeres empleables y eso no se está cumpliendo y está quedándose desfasada.

En definitiva, un tratamiento correcto de la natalidad( primando la maternidad), longevidad, listas de espera, soledad involuntaria(una estrategia-plan para abordar la soledad involuntaria y un plan de reconstrucción psicológica pos Covid con actuaciones y puesta en funcionamiento de un plan de salud mental para que deje de ser el “patito feo” de la sanidad española), reconstrucción psicológica, plan de salud mental, prevención del suicidio, ley de pandemia, así como una corrección de las interinidades injustas, de las profesiones sanitarias, profesiones de riesgo, COVID como enfermedad profesional y una absoluta necesidad de una ley de cuidados paliativos, son temas a cambiar para seguir siendo un gran país. Donde la palabra “NACIÓN” será una IDEA DE FUERZA permanente que ha conseguido que seamos 27 años seguidos los primeros en donación y trasplantes (ONT) y sea el factor de cohesión interterritorial y social más importante de la democracia española. La sanidad como “vertebración social” llegando más lejos que sólo garantizar la salud de la población.

El Dr. D. Santiago Ramón y Cajal decía “La verdad es un ácido que quema a quien lo dice”, pero añadimos nosotros que merece la pena decirla siempre.

El silencio no es rentable, generalmente es imprudente. BASTA YA.

Antonio Alarcó Hernández
Catedrático de Cirugía.
Director de la Cátedra de Telemedicina, Robótica y Telecirugía. Senador. Portavoz de Sanidad.