Raquel Marín

Opinión

Trasplantes fecales para mejorar la salud del cerebro

Neurocientífica

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Las bacterias del intestino están dando mucho que hablar en los últimos años. Actualmente hay muchos laboratorios que analizan cuál podría ser el equilibrio ideal de la microbiota para tener la mejor salud y longevidad. Por otra parte, se intentan identificar aquellas bacterias que podrían fomentar la mala salud. El cerebro es uno de los órganos afectados por los desequilibrios de la microbiota intestinal, denominadas disbiosis.

El ingente mundo escondido de los microorganismos del cuerpo

Nuestro organismo es un ecosistema con 100 veces más de microorganismos que de células propias. Los microbios nos ocupan de la cabeza a los pies, y están hasta en los pulmones, en la piel y en el cerebro. Se calcula que el metagenoma (genes ajenos al propio del ser humano) sea unas 150 veces mayor.

En particular, el intestino cuenta con un ejército de miles de billones de bacterias y otros microorganismos que pertenecen al menos a 1.000 especies distintas. Se denominan de manera genérica microbiota. A pesar de ser microscópicos, si se alinearan en fila india llegarían a la Luna saliendo del intestino.

La microbiota intestinal es el verdadero artífice de que el alimento se convierta en algo útil para el organismo. Compiten vorazmente por la comida que les llega por el tubo digestivo. No todas las bacterias «comen» lo mismo ni tienen los mismos horarios. La inmensa mayoría son beneficiosas si se encuentran en la adecuada proporción. De hecho, han convivido con la especie humana desde nuestros orígenes, y sin ellas no sobreviviríamos. Además de fabricar un 30% del “combustible metabólico” diario, evitan que proliferen las infecciones y reducen el riesgo de enfermedades del cerebro, las enfermedades gastrointestinales e inflamatorias.

Cada persona tiene un perfil personalizado de microorganismos en el intestino. Para conocer el enterotipo de cada persona se puede efectuar un análisis de los perfiles microbianos a partir de muestras de heces en laboratorios analíticos especializados. Por añadidura, el perfil de una persona cambia según el estilo de vida, el ejercicio, las dietas, el nerviosismo, los cambios de temperatura, las emociones, los cambios de horario o de residencia y, evidentemente, de los tratamientos farmacológicos.

Las enfermedades pueden alterar la flora intestinal, y viceversa, las alteraciones en la flora intestinal pueden ser desencadenantes de enfermedades cerebrales.

El estado de las tripas coincide con el de la mente

El análisis de los microorganismos del intestino para conocer diversos aspectos de la salud mental de las personas está de actualidad. La microbiota es particularmente primordial para la salud del cerebro. Cada vez más estudios demuestran que es en parte la responsable del estado de ánimo. Cuando hay desequilibrios,  se asocia a muchas patologías como alzhéimer, párkinson, esclerosis múltiple, insomnio, autismo, depresión, esquizofrenia, etc.

Para ello, se analizan tanto las bacterias que podrían estar en exceso como aquellas que podrían estar en bajos niveles. El reto actual es dar con la clave de cuáles son los mejores perfiles microbianos para un cerebro saludable y anímicamente estable. El siguiente reto es dar con las mejores estrategias para poder reintroducirlos en las tripas para recuperar un equilibrio saludable.

El análisis de los perfiles microbianos de las tripas precisa de unas herramientas científicas que aún están en desarrollo. Uno de los mayores hándicaps es conocer cómo se comportan los alrededor de mil tipos de especies distintas a las que pertenecen estos microorganismos según las condiciones de cada persona y cómo detectar los cambios en los valores normales que pueden aumentar el riesgo de enfermedad.

El reto principal es elucidar cómo se modifican y comparan los perfiles microbianos según la persona, la nutrición y el estilo de vida.
De esa manera, se podrían plantear intervenciones específicas para cada persona según los posibles desequilibrios asociados, entre otros, al riesgo de enfermedades mentales.

Mejorar la microbiota mediante trasplantes fecales

¿Cómo reponer lo que te falta en las tripas? Una de las técnicas propuestas consiste en trasplantar los microorganismos de personas sanas a enfermas, para que las segundas reestablezcan las proporciones óptimas.

Fuera de la cabeza, los trasplantes fecales se están utilizando para repoblar el microambiente bacteriano en problemas intestinales que tienen difícil cura. Ya existen países como Australia en los que se ha incluido oficialmente el tratamiento con trasplantes fecales como vía de mejoría para el alivio de enfermedades intestinales severas. La técnica consiste en utilizar la materia fecal de un donante sano para inocularlo en el tracto intestinal de una persona con una enfermedad del sistema nervioso y restaurar así el equilibrio de la microbiota del paciente. Esta técnica está aún poco desarrollada, pero se han obtenido resultados prometedores en algunos casos de pacientes con Párkinson, Alzhéimer o esclerosis múltiple, que presentan mejoría tanto en el cerebro como en el intestino. Un ejemplo muy llamativo está asociado con los desequilibrios intestinales comunes en el autismo. De hecho, algunas investigaciones pioneras proponen una mejoría del espectro autista mediante trasplantes fecales.

¡Los trasplantes fecales podrían salvar vidas!

En busca de los unicornios

Aunque parezca una solución fácil en su desarrollo, el problema principal en esta terapia radica en encontrar el donador/a adecuado/a. Se requiere cumplir un conjunto de requisitos que pocos afortunados llegan a conciliar. Por esa razón, a los donadores “de lujo” se les ha denominado “unicornios” ya que son bichos raros.

Los unicornios tienen que estar libres de infecciones, problemas gastrointestinales, llevar una alimentación equilibrada, no haber seguido tratamientos farmacológicos durante un largo periodo de tiempo, no padecer problemas psíquicos, cambios de humor, etc. Son pocos los que cumplen el gran número de requisitos que se precisan para ser donante de este (ahora) preciado elemento.

¿Qué puedes hacer para mejorar la flora intestinal?

Lo ideal es que la microbiota sea muy variada y rica en aquellos microorganismos que contribuyen a su equilibrio. A continuación, se describen algunos factores que pueden cambiar la microbiota intestinal.

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Enriquecimiento de la microbiota./ Raquel Marín

¡Cuidemos de las tripas para que cuiden de nuestra cabeza!

Para saber más, puedes acceder a listas exhaustivas de alimentos para la microbiota intestinal y la salud cerebral en mis libros, en particular en “Pon en forma tu cerebro” (RocaEditorial).

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