Fran Belín./ CEDIDA

Opinión

Tres apuntes en uno frente a la sequía y el cambio climático

Periodista

Guardar

Para la generalidad de la ciudadanía se está rozando ya lo que en nuestros hábitos, ciclos mentales, sociológicos y hasta antropológicos -si se quiere- constituye la vuelta a la cotidianeidad o ‘normalidad’ de septiembre, después de enfrentarnos a un agosto más que tórrido y en el que un fenómeno tozudo, la sequía, sigue revelándose como hecho inexorable en el avance de evidencias relacionadas con el cambio climático.

En esta columna siempre se pretende apuntar lo que son gestos por parte de todos-as, aunque parezcan nimios, para consolidar una sostenibilidad que no solo atañe al medio ambiente sino también a aspectos vinculados fuertemente a las economías locales y la solidaridad social. Es por eso que para despedir el mes estival y vacacional por excelencia les dejo tres apuntes como si en realidad se tratara de uno y envolvente acerca de realidades medioambientales dignas de mencionar.

Tenerife, energías alternativas en las balsas

Merece resaltar el empeño del Cabildo tinerfeño en la implantación de las renovables estos puntos sensibles en un marco de incertidumbre con el elemento vital que es el agua.

El consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Javier Parrilla, aseguraba días pasados que el Cabildo, a través de la empresa pública Balsas de Tenerife (Balten), avanza en la implementación de la primera fase del Plan de Reequilibrio Energético, con el que se pretende reducir los costes energéticos y medioambientales y limitar las emisiones de CO2 a la atmósfera.

“El objetivo es la apuesta por la descarbonización, invirtiendo en infraestructuras verdes, de manera que se transite desde las energías fósiles hacia un sistema energético limpio”, señala Ana Sánchez, gerente de Balten.

El citado Parrilla remarca que el agua regenerada es el presente y el futuro de estabilidad para el sector primario de la isla, pues con la tecnología se puede garantizar un agua de altísima calidad y caudales que satisfagan a los agricultores. Este agua para el sector primario en la isla cumple con todos los estándares que marca el Ministerio de Sanidad para el agua potable de consumo, lo que contribuirá a mejorar la productividad de los cultivos, así como a favorecer la introducción de otros nuevos.

Lanzarote y una fórmula de la cocina sostenible

En anteriores artículos para esta sección de Atlántico Hoy se defendía la sostenibilidad a través de la cocina y se aportaban argumentos acerca de la eficacia en este apartado. En otro reciente viaje a Lanzarote, uno más, verifiqué que la isla de los volcanes persevera en su senda del respeto a esos equilibrios del territorio y a la apuesta por el género de cercanía, base de la economía circular.

¿Se puede hacer mejor? Siempre y en todos los casos pero bien es verdad, y es evidente, que se van obteniendo los resultados de tal perseverancia. Todo un modelo que ejemplifica esta estrategia es, en particular, el de Luis Benito en su Chiringuito Tropical de Playa Blanca, cerquita del faro de Pechiguera. En su menú habitual –considerado ya como épico- brilla lo que para él es irrenunciable: tomate de Tinajo, sardinas de La Tiñosa, carabineros y gambas de La Santa…

El ciclo sostenible que ha conseguido este cocinero desde hace mucho tiempo contribuye a crear esos circuitos en los que los productores, los pescadores ya tienen la confianza de establecer con el restaurador no sólo su economía sino también el prestigio que debe atribuirse al sector primario a partir de la gastronomía.

En sus ‘Cenas de una noche de verano’, en este agosto, Luis Benito adquirió 100 kilos de pitayas. ¡100 kilos! El producto se hubiera ‘atascado’ y Luis valoró la posibilidad de crear una línea de platos para consumirlo. Chapó Luis y equipo.

Familia Torres y la viticultura regenerativa

He escrito no pocas veces acerca de los procesos que están haciendo sufrir a los viticultores, con vendimias que se adelantan sobremanera, falta de relevo generacional y la sequía que acecha de continuo como advertía la bodeguera Vicky Torres Pecis desde La Palma.

Una vez más aludimos a fórmulas que se generan de compartir conocimientos sobre los ciclos naturales y la regeneración de los suelos. La agricultura regenerativa se basa en la comprensión de dichos ciclos naturales y cómo, en la actividad vitícola, se pueden regenerar los suelos, reducir la erosión, fomentar la biodiversidad y aumentar la capacidad de la tierra de absorber y almacenar carbono.

Eso contribuye a mitigar el calentamiento global y eliminar productos fitosanitarios y fertilizantes; se apuesta por las cubiertas vegetales, el pastoreo en los viñedos... formas de restaurar la salud de la tierra y de hacerla ambientalmente más eficiente en la captura de carbono y que sea fuente de riqueza y trabajo para las personas.

Tanto cultivos como animales participan de una relación con beneficios para todo y para todos. Es por eso que el cambio a la agricultura regenerativa es tan recomendable ante los problemas de agotamiento del suelo y es que regenerarlos es imprescindible. El director general de Familia Torres, Miguel Torres Maczassek, reivindica la viticultura regenerativa como respuesta a las amenazas del cambio climático, la erosión y la pérdida de fertilidad de los suelos.

Como presidente de la Asociación de Viticultura Regenerativa, Torres alude a las experiencias de algunos de sus miembros en el camino para volver la vida a la tierra y hacerla más fértil para que contribuya a mitigar los efectos del cambio climático y la sequía de una manera parecida a como lo hacen los bosques. Hay varios métodos, de elaboración de biofertilizantes a pastoreo para controlar la cubierta vegetal, uso eficiente del agua, aumento del sistema inmunológico de las plantas...

Todos ellos tienen un elemento en común: conocer la tierra y cómo funciona para ayudarla a estar más sana; restaurar el daño causado y que dé los máximos beneficios posibles aprovechando los procesos que la naturaleza ha desarrollado a lo largo de millones de años.