El Risco de San Nicolás, uno de los barrios más singulares y antiguos de Las Palmas de Gran Canaria, arrastra desde hace años problemas estructurales que comprometen la vida diaria de su vecindario. La falta de transporte público, vertidos fecales, accesos peligrosos y la inacción municipal han llevado a colectivos como AmiRisco a alzar la voz.
“Las cosas en el palacio van despacio, y en el Ayuntamiento, aún más”, resume con ironía Aurora Ramón Molina, miembro del grupo motor de AmiRisco, asociación sociocultural del barrio.
Filtraciones y vertidos fecales
Uno de los problemas más graves que afectan al barrio es el estado del saneamiento. Según Aurora Ramón, muchas viviendas sufren filtraciones de aguas residuales, lo que genera un problema sanitario persistente.
Además, denuncia que una parte del alcantarillado de la calle Párroco Francisco Rodríguez vierte directamente al barranco del Guiniguada. Esta propuesta fue la más votada en los primeros presupuestos participativos, pero no se ha ejecutado. La única respuesta oficial: “es zona privada”. Esta situación fue ya documentada en 2017 y 2019 en informes técnicos, y respaldada por entidades del barrio como Cofiris, Cáritas o la parroquia.
Muro en ruinas
Otro símbolo del abandono es el muro colapsado en la calle Gaviota, derrumbado desde 2018. Pese al riesgo estructural que supone, la disputa de competencias entre el Ayuntamiento y EMALSA ha paralizado cualquier actuación.
“Está avalado de mala manera y es un peligro”, resume Aurora. Más de cinco años después, la situación sigue sin solución y sin plazos claros.
Transporte deficiente
El barrio carece de un servicio regular de guaguas, según denuncian sus vecinos. Las dificultades de acceso para vehículos pesados y emergencias agravan el aislamiento de muchas viviendas situadas en cotas altas o de difícil entrada.
Además, hay zonas que permanecen inaccesibles por derribos no ejecutados y obras paralizadas, como las relacionadas con el Mirador Punta de Diamante. Los residentes insisten en que restablecer algún servicio de transporte adaptado sería clave para aliviar la movilidad del barrio.
Escaleras peligrosas
Las escaleras del barrio, muchas sin descanso ni barandillas, son especialmente peligrosas cuando llueve. “No se puede subir con carritos de compra ni con personas mayores”, explica Ramón Molina.
En los presupuestos participativos también presentaron propuestas para mejorar las calles Domingo Guerra del Río y Real del Castillo, dos arterias principales. Ninguna ha sido ejecutada. El informe de Geursa pedía medidas provisionales urgentes ante su mal estado y falta de accesibilidad.
Plan aprobado, pero parado
En 2023 se aprobó el Plan Especial del Risco, tras años de trabajo vecinal. Incluye nuevas vías, aparcamientos y zonas verdes, pero ninguna de las acciones previstas se ha ejecutado hasta hoy.
“Nos pegamos un curro impresionante con el plan. Alegaciones, reuniones, paseos... pero seguimos esperando”, lamenta Aurora, que teme que el documento acabe siendo “papel mojado”.
Entre sus propuestas, el colectivo planteó renombrar el plan como “El Risco” para preservar su identidad histórica, crear un parque agrario sobre la antigua finca de plataneras junto al colegio y recuperar la acequia de la calle del mismo nombre como elemento patrimonial.
Árbol centenario sin solución
El caso del ficus centenario junto a la ermita de San Nicolás, que el Ayuntamiento intentó talar en 2023, se ha convertido en símbolo del abandono institucional. La movilización vecinal logró detener la tala, y un segundo informe técnico avaló su conservación.
Sin embargo, el árbol sigue vallado y sin el refuerzo estructural prometido. “Nos enteramos por el barrendero, no por el Ayuntamiento. No se puede decir que haya comunicación institucional”.
Sin comunicación institucional
Desde AmiRisco denuncian una falta total de información por parte del Ayuntamiento. Pese a las reuniones con responsables municipales, las decisiones llegan sin previo aviso, incluso cuando afectan al patrimonio natural o histórico.
“No es solo que no nos consulten: es que ni nos avisan. Y eso, después de haber trabajado y colaborado con generosidad durante años”, critica la portavoz de AmiRisco.
Espacios sin uso
El barrio reclama también zonas verdes, culturales y de descanso, a partir de los solares públicos existentes. Muchos de estos espacios llevan años vacíos o en mal estado, pese a que el Plan Especial los identifica como estratégicos.
Uno de ellos, en la parte alta del barrio, lleva décadas señalado como futuro equipamiento cultural. Vecinas y vecinos incluso pintaron un mural reivindicativo, pero no se ha hecho nada. En sus alegaciones, AmiRisco también reclamó un centro para atención a toxicomanías, hidrantes contra incendios y habilitar solares ocupados ilegalmente como zonas comunitarias.
Riscopaseo: protesta a pie de calle
Este sábado 28 de junio a las 10:00 horas, la asociación AmiRisco convocará una acción vecinal bajo el nombre Riscopaseo, con punto de encuentro en la puerta de entrada del Hospital Juan Carlos I.
El objetivo de esta caminata es denunciar que la administración pública proyecta una nueva urbanización junto al hospital ignorando los planes de reposición de viviendas para el vecindario. Mientras tanto, el barrio de San Nicolás se degrada y cuenta con decenas de casas vacías o en ruinas.
“Pretendemos dar a conocer el lugar, valorar su oportunidad y reivindicar una rehabilitación y reposición de viviendas para los barrios vulnerables de San Nicolás y San Francisco”, explican desde AmiRisco. La convocatoria está abierta a toda la ciudadanía.
