El ficus centenario del Risco de San Nicolás no será talado, pero su historia ha dejado un profundo malestar en el barrio. El emblemático árbol, cuya tala fue frenada gracias a la movilización vecinal, ha sido declarado salvable tras un segundo informe encargado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Este nuevo estudio, realizado por Dasotec, una empresa de Madrid, descarta el “peligro inminente de caída” que señalaba el informe inicial realizado por FCC, pero los vecinos exigen responsabilidades por lo que consideran una gestión negligente.
Muy grave
La asociación Los Vigilantes de los Árboles, activa en la defensa del ficus, ha calificado de “muy grave” el primer informe. En sus redes sociales denunciaron: “Nos han engañado con informes maliciosos. Queremos que rueden cabezas de los técnicos irresponsables que querían talar”.
El segundo informe, elaborado tras la presión ciudadana, concluye que aunque el árbol presenta daños por su edad, puede mantenerse con medidas como ampliar el alcorque, realizar podas selectivas y colocar apoyos artificiales.
Movilización ciudadana
Este resultado ha dado la razón a los vecinos, quienes bloquearon la maquinaria en noviembre y enfrentaron a las autoridades para impedir la tala.

“El árbol no estaba tan mal como se decía. Esto demuestra que los vecinos tenían razón", declaró un portavoz de la asociación. Sin embargo, la alegría por la salvación del árbol viene acompañada de fuertes críticas hacia el Ayuntamiento y FCC.
“No se puede jugar así con nuestro patrimonio natural", señaló una vecina del barrio. Para muchos, el intento de tala refleja una falta de sensibilidad hacia los espacios verdes y el patrimonio histórico.
Un barrio que florezca
Ahora que el ficus seguirá en pie, los vecinos han renovado sus demandas para que el Ayuntamiento impulse la plantación de más árboles en el Risco y adopte políticas más cuidadosas con el medio ambiente. “El árbol vive, pero queremos un barrio que florezca", concluyen los residentes.
Esta victoria vecinal sobre un gigante como FCC, celebrada en pleno ambiente navideño, se ha convertido en un símbolo de resistencia ciudadana y defensa del entorno urbano. El Risco vive, el ficus también.

