Adolfo López es arquitecto técnico de formación y vicepresidente del Real Club Náutico de Gran Canaria. Le sobra tiempo porque está jubilado, y esa dedicación exclusiva es la que promete a los 6.000 socios si sale elegido en las próximas elecciones. Se presenta como presidente, con la intención de modernizar el funcionamiento de la institución y atraer a la juventud.

En esta entrevista repasa los proyectos ejecutados por su directiva y los que están aún por hacer, como la reforma de los vestuarios y una terraza chill out para disfrutar del sol, la música y la gastronomía. También aborda otros proyectos más ambiciosos, como el retranqueo de la entrada al Club o la compra de terrenos a la Autoridad Portuaria de Las Palmas, una operación que ya está aprobada y que "garantiza el funcionamiento del Náutico de por vida", destaca. 

[Pregunta] Imagínese que estamos en la tele y tiene dos minutos. ¿Qué le dice a los socios del Náutico para que le voten?

[Respuesta] Después de una situación compleja y de incomodidad, el Club tiene ahora estabilidad, porque estamos en una época extraordinaria. Mi filosofía es de continuidad con el sistema de estos últimos seis años, donde ha habido una Junta Directiva que ha funcionado bien, pero con objetivos por cumplir todavía. No me refiero solo a grandes proyectos y obras, sino también a un sistema de funcionamiento y una estructura de personal que mejore la comodidad del socio.

Antes, dígame, ¿quién es Adolfo López?
Soy arquitecto técnico y estoy jubilado. Con una arquitecta externa hemos hecho recientemente una serie de proyectos estrella, como es toda la cobertura de la terraza, que antes era de lona y ahora es un techo rígido. También la remodelación de la piscina, que estaba mal diseñada y ejecutada, la escuela de vela Ventura Quevedo, que había colapsado con unas patologías muy graves, un gimnasio nuevo o la cancha de frontón y la de futbito. Son obras importantes que no han tenido sobrecostes, porque las hemos colmatado con 10.000 o 20.000 euros por debajo del presupuesto previsto.

¿En qué gana el Club si sale elegido?

Es fundamental estar aquí y dedicarle tiempo a los socios. Afortunadamente soy una persona jubilada y conozco el Club desde los 14 años. Dispongo de todo el tiempo, como he demostrado con las obras mencionadas, porque mi dedicación ha sido prácticamente de 7 a 8 horas diarias para conseguir esa optimización de los recursos, siempre con bondad y determinación para cumplir con los presupuestos y la calidad. 

¿Dedicación exclusiva?

Por supuesto.

¿Es compatible la presidencia con otras actividades o existe el riesgo de usar el cargo como trampolín social?

Sí es compatible, pero creo que no tiene una motivación política ni debe tenerla. La relevancia y la proyección social es evidente, pero hasta ahí. Aquí hay que ser simpático, amable, cordial y efectivo, además de cumplir con las obligaciones que se asumen al ser directivo. No nos podemos molestar porque un socio nos pida cinco minutos para atenderlo cuando vamos camino de la piscina.

En su discurso hace bastante hincapié en la comodidad del socio...

Vamos a prestarle una atención especial, cercana, que el socio vea que la puerta del despacho de presidencia o del directivo está abierta, que vamos a recibirlo con los brazos abiertos para atender sus sugerencias, que se le va a escuchar para que se sienta atendido.

¿Cuántos socios hay?

Unos 6.000 aproximadamente, pero de uso somos unos 18.000.

¿Se refiera a amigos y familiares?

Sí, 6.000 son los que pagan, pero claro, con la familia y demás estamos aquí 18 000 personas. Hace 6 o 7 años esto parecía un centro de día, muchas veces había que darse codazos para entrar a algunas zonas. Antes el padre disfrutaba del hijo, porque teníamos una una línea de edad muy alta, de 50 a 55 años de media, pero se bajó. Ahora estamos en 47, pero proponemos bajarla a 35 años. Tenemos que cambiar muchas cosas para lograr la atracción de la gente joven. No solamente nuevos socios, sino también los que se tuvieron que irse por la crisis. A esas personas hay que rescatarlas, porque el Club está aquí gracias a ellos que lo fundaron.

¿Atraer a los jóvenes es uno de los objetivos?

De los más importantes.

¿Cómo es ahora hacerse socio?

Tenemos varios sistemas, como la entrada normal, que se hace a lo largo de todo el año, con una fórmula de pago flexible. Desde hace muchos años no hacemos derramas, y tampoco vamos a hacerlas ahora, que conste.

¿A cuánto está la cuota?

80 y algo de euros. Gracias a Dios pertenezco a ese grupo que por estatuto no paga la cuota. La otra forma de entrar es mediante plazas en las que se aminora la cuota, entre 20 y 30 al año. Hay cola porque mucha gente quiere aprovechar esas plazas.

¿En qué estado está la negociación con el Ayuntamiento para retranquear la entrada del Club?

Muy verde todavía, solamente hay un documento de intenciones. Hay que contemplar la salida desde la Marina Deportiva, que no está incluida, con una solución real, porque si retranqueamos y dejamos la calle donde está, o bien nos quedamos en medio de la vía o hay que salir con un 4x4. Eso hay que estudiarlo, igual que las entradas a ese futuro parking, o los sótanos del club, que están en nuestra parcela.

¿Pero hay intención de hacerlo?

Sí, por supuesto, pero hay que trabajar el proyecto, sobre todo para que no se pierda la importancia de la fachada de Club, entre otras modificaciones.

¿Cómo va la compra de terrenos a la Autoridad Portuaria de Las Palmas?

Ese suelo va desde la terraza a la marina, y esperamos que la operación esté cerrada en un mes o así. Hace 15 días aprobamos en Junta General que vamos a comprar. Ese suelo garantiza de por vida que el Club va a seguir existiendo, nuestra economía está muy saneada. Esperamos solventar el pago en 6, 7 u 8 años, sin derramas ni pagos extraordinarios. El club seguirá funcionando con sus inversiones normales porque tenemos una economía sólida.

¿Pero tendrán que pedir hipoteca o pagan los 6 millones con recursos propios?

Estamos todavía en el inicio de ese proceso. Esperamos firmar el mes que viene o el otro, pero tenemos soluciones bancarias en las que no nos piden garantía hipotecaria. Es la prueba de que estamos bien económicamente. El acuerdo de compra preferente está ahora en Madrid. Nosotros hemos dicho que sí. Cuando vuelva el expediente tendremos 20 días para cerrar el trato. Es muy importante para nosotros. Además, en 2027 se renueva la concesión del muelle deportivo de la marina, que también está concesionada.

Al ser suelo en primera línea de costa parece un chollo, ¿no?

Es el precio de la tasación, que se realiza conforme a unos parámetros por metro cuadrado. Nosotros hicimos una oferta en su día, con diferentes profesionales de la arquitectura y de la ingeniería. Planteamos una solución, pero luego vino la tasación oficial del puerto, que dobló nuestra propuesta. No había otra posibilidad que decir que sí y eso hicimos. El precio final no es bajo.

¿Qué proyectos hay para ese espacio una vez sean propietarios?

La marina obliga, entre comillas, a hacer una serie de inversiones anuales para mantenerla bien atendida. Hay que mejorar los asfaltados y la rampa del varadero, que con el deterioro del agua salada se cascarea y se hace incómoda. Queremos hormigonarla de inmediato con un sistema muy moderno, que permite mantenerla sin estropearse largo tiempo. La zona de varada se acaba de arreglar y el travel se ha puesto en funcionamiento con sus revisiones anuales. En el paseo marítimo, al que va la gente a caminar y bañarse en la escalerilla, queremos plantar cocoteros en las escolleras, como hizo la Autoridad Portuaria en la zona del centro comercial El Muelle. También hay que reforzar la iluminación y vamos a solicitar este año la bandera azul porque el muelle está muy limpio.

¿Algún servicio que mejorar?

Si sale nuestra plancha vamos a mejorar los vestuarios, que están obsoletos y viejos, con muchas cosas que no funcionan porque tienen un uso muy intenso. Tenemos un proyecto para hacerlos más grandes, con sauna y baño turco nuevos, así como una zona de chill out en la parte del solárium, un proyecto moderno para que te puedas tomar una cerveza en verano o te atiendan en el restaurante. La cafetería también se va a modernizar. Son proyectos muy inmediatos que no tienen un coste muy grande, como sí ocurre con el del vestuario, al que procuraremos aplicar el mismo sistema de ahorro que en las obras anteriores.

¿Qué caracteriza a su plancha?

Dedicación y tiempo. Eso fundamental para nosotros, porque nuestro lema es "lo vamos a hacer". En materia económica llevamos primeros espadas, gente eficaz y de profesionalidad contrastada, varios abogados, economistas, seis mujeres y un marino mercante para el sector náutico, muy vinculado a la Federación de Vela. Hay que estar muy preparados porque el año que viene habrá dos campeonatos del mundo. Organizarlos es una labor exigente que no debe de depender solo de una directiva de 15 miembros, sino también de asesores externos que te ayuden con todo ese trabajo, con olímpicos y campeones del mundo. Tenemos que modernizar nuestro sistema de funcionamiento. Nos gusta decir que no somos 1 + 14, sino 14 + 1.

¿Qué quieren decir?

Pues que debe haber una cabeza gestora, una cabeza que represente, pero no una cabeza que ordene y mande. Cuando surja un problema vamos a debatirlo entre las 15 personas, para que salga un buen producto hecho un poquito por todos. Eso es fundamental en el funcionamiento de este Club y en nuestro equipo.

¿Qué cargos mantienen de la actual directiva?

Conmigo somos tres. Nos llevamos al antiguo comodoro, que pasará a ser vicepresidente si salimos elegidos, así como al vicecomodoro para ese mismo puesto. El comodoro ha hecho una labor magnífica y extraordinaria, me faltan calificativos. Está muy integrado en el funcionamiento de todos los áreas. Tiene la cabeza muy bien amueblada. Opina de casi todo, pero con mucho consenso, y acierta en un porcentaje muy alto en sus consideraciones. Es una persona a tener en cuenta, muy escuchada.

¿Algún rival más temido que otro?

Creo que nos presentamos cuatro planchas, todas magníficas. El hecho de presentarse a candidato ya denota un mérito, porque es meter tiempo en el club y ese tiempo tiene muchas alegrías, pero también sus sinsabores.